La era del movimiento
Antes predominaba el reposo como terapia. Hoy en cambio, la visión es dinámica. Por Dres. Norberto Furman y Abel LemiñaJefe y Sub-Jefe Equipo de QuiropraxiaInstituto Furman de Bs. As. Durante muchos años el reposo fue el rey de los tratamientos, no habiendo receta médica que no lo incluya. La frase "tome este remedio cada 6 u 8 horas y métase en la cama, guarde reposo durante unos días" era el comodín reglamentario del ejercicio de la medicina.No era por mero capricho o simple comodidad del profesional, sino el concepto reinante tanto en los claustros universitarios como en los mejores hospitales y centros de salud. Conste que este paradigma estático predominaba en el mundo, no era un fenómeno argentino. Antes era asíLos que tenemos años en la profesión recordamos aquellas cirugías de cadera en que el mayor riesgo para los ancianos que le colocaban prótesis no era la cirugía en sí misma, sino las complicaciones del reposo al que se sometía al o a la paciente, lo que lamentablemente a algunos hasta les costaba la vida.Complicaciones circulatorias, escaras (úlceras) por el apoyo prolongado sobre el sacro, los trocánteres o los talones, neumopatías, etc. Entonces había que atenderlo más por esos efectos secundarios producto del reposo obligatorio, que por la operación de la cadera.En los casos que se operaba la rodilla, aún no existente la artroscopía, la quietud recetada pos-quirúrgica era la promotora de rigideces articulares contra las que los kinesiólogos tenían que lidiar para ganar unos grados de movimiento articular. La cirugía había sido exitosa, pero el problema era el después. Reposo y después reposoEn los casos de lumbalgias agudas, se lo "metía" en la cama, por supuesto se lo medicaba, y a esperar. Incluso en algunos casos se le colocaba un corsé de yeso para inmovilizar la zona. Así la quietud se pensaba que desinflamaría y podría volverse al estado normal.Rara vez se curaban con esa metodología, salvo los casos en que la causa era meramente muscular o inflamatoria, pero cuando la causa era compresiva, la cirugía era la opción, pero adivinen, después de la operación, se volvía a recetar reposo. Además de las lógicas complicaciones de esta modalidad, la persona operada tenía un listado de prohibiciones que en cierto modo lo condenaban a una vida casi nula de actividad.Y así tantos otros ejemplos que son historia, la cual por suerte ha cambiado y hoy se ha enviado al reposo, valga la redundancia, a hacer reposo. El movimiento como terapiaHoy se coloca una prótesis de cadera y a las 48 horas el paciente comienza a caminar, así se dijo adiós a las complicaciones colaterales de la cirugía, que en sí dependían del reposo.Las artroscopias de rodilla permiten al operado irse caminando ese mismo día hacia su casa, sólo con cuidados lógicos pero con indicación de comenzar la rehabilitación en forma inmediata. No más adherencias, bridas y por ende la rigidez pasó a retiro.Las lumbalgias, incluso originadas por hernias de disco tienen tratamientos dinámicos, con manipulaciones que modifican las fuerzas internas disminuyendo la compresión del disco sobre el nervio, se complementan luego con ejercicios de rehabilitación, y así hoy casi no se operan ese tipo de pacientes, y además mantienen su disco, sus posibilidades laborales y de movimientos en general. ReflexiónDe esta manera, los que egresamos de la facultad cuando aún predominaba la Era del reposo, asistimos a un cambio del que fuimos y somos parte activa desde el inicio de ese proceso renovador. Por eso festejamos y disfrutamos que la medicina viva hoy su Era del movimiento.
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