EDITORIAL
La doctrina del justo medio entre dos vicios
Según el filósofo Aristóteles (siglo IV a.C.), la virtud humana reside en el "justo término medio" entre dos actitudes extremas, a las cuales denomina "vicios" y ahí radica, según el pensador griego, la vida feliz.
El filósofo oriundo de Estagira concluyó que la clave de la sabiduría, en esta vida, pasa por esa equidistancia entre el exceso y la carencia. Una doctrina típicamente griega, toda vez que exalta la armonía y el equilibrio en todos los ámbitos de la conducta humana. El “justo medio” es la filosofía de la moderación y de la sobriedad, la permanente búsqueda del equilibrio para lograr el bienestar individual y colectivo. Es la ética que se desprende, según Aristóteles, de ese “animal racional” que es el hombre. En efecto, para él todos los actos humanos deben estar sometidos a la razón, que es la cualidad humana específica. Es esa racionalidad la que aconseja al hombre optar entre dos vicios, y permanecer donde está la virtud y, por ende, la felicidad. Así, la fortaleza es el justo medio entre la temeridad y la cobardía, la generosidad lo es entre la avaricia y el dispendio, la templanza es la virtud entre dos vicios: el libertinaje y la insensibilidad. En cuanto a la ira, Aristóteles afirma que es tan malo el enojo que puede degenerar en locura furiosa, como la debilidad de carácter, que puede conducir a la impasibilidad ante las ofensas. Al respecto, dice que la clave pasa por saber usar la ira cuando es el momento adecuado y en la medida apropiada, ni con exageración ni siendo timorato. “Hemos estudiado, pues, la naturaleza de la virtud, y hemos visto que es una especie de medio en las pasiones del alma. Y así el hombre que quiera adquirir mediante su moralidad una verdadera consideración, debe buscar con cuidado el medio en cada una de las pasiones”, escribe el filósofo. Según él, “es una obra grande en el hombre el ser virtuoso y bueno; porque en todas las situaciones es difícil encontrar este medio”. “Por ejemplo –dice-, si es fácil a cualquiera trazar un círculo, es muy difícil encontrar el verdadero centro de este círculo, una vez trazado. Esta comparación se aplica igualmente a los sentimientos morales”. Y añade: “Tan fácil es encolerizarse constantemente como permanecer en un estado contrario a este; pero mantenerse en un medio conveniente es cosa muy difícil. Por punto general se ve en todas las pasiones indistintamente, que es fácil girar en torno del medio, pero que es difícil encontrar el que verdaderamente merece alabanza, y por esta razón es tan rara la virtud”. El justo medio es un principio de vida que se aplica a todos los asuntos humanos. De su aplicación a la vida política nacen las posiciones moderadas o centristas, regidas por la virtud de la prudencia. Para los modernos seguidores de esta filosofía, la política virtuosa busca el justo medio de las cosas, rechazando las posturas radicales o extremistas, siempre nocivas. Así como el justo medio se postula como la sensatez y el realismo en el plano político, desde el punto de vista económico alienta la equidad en la distribución del ingreso, al tiempo que predica la moderación en el consumo o en el trabajo, y el cuidado de la salud y del dinero. En cuanto al mundo laboral, esta doctrina sugiere que así como trabajar mucho es alienante y produce estrés, en el otro extremo la ociosidad, la pérdida de interés laboral, el “cansarse de no hacer nada”, tampoco es bueno.
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