ES LA PRIMERA ACCIÓN DE ESTE TIPO EN LA PROVINCIA EN 17 AÑOS
La cuenca del río Gualeguaychú en la mira: El desafío de gestionar un recurso estratégico
El clima extremo, que se refleja en fuertes sequías seguidas de grandes inundaciones, más las modificaciones humanas del entorno, ha puesto sobre la palestra el valor de los bienes hídricos. Al respecto, acaba de anunciarse la creación del Comité de Cuenca del río Gualeguaychú.
El agua es un tópico cada vez más presente en la agenda pública. Producto de la recurrencia de fenómenos climáticos extremos y de la degradación ambiental, ha ido creciendo la conciencia sobre este bien de la naturaleza, del que depende el quehacer humano.
Sea por escasez aguda (sequía) o por exceso hídrico (inundaciones) a ningún actor social le resulta indiferente la temática. No debería serlo a priori en Entre Ríos, una provincia emplazada virtualmente en un gran humedal.
Se trata de una geografía dominada por el agua, elemento que configura su identidad. Al respecto, probablemente no haya ningún tema medioambiental más prioritario en la provincia que preservar sus recursos hídricos.
Ocurre que la presión humana sobre el bien es creciente. La industria y la agricultura, por caso, son los grandes consumidores del líquido. A esto se le ha sumado el turismo, a través de la explotación comercial del recurso termal; y también el avance de las urbanizaciones en áreas inundables.
Mientras tanto, hace tiempo que los científicos dedicados al medio ambiente vienen alertando que el agua es un bien escaso. Y que este recurso será, en un futuro no muy lejano, motivo de guerras y su posesión el trofeo más preciado.
Los llamados “conflictos socio-ambientales”, provocados por una explotación irracional del agua, interpelan a los poderes públicos. Estos últimos deben velar por la conservación de este bien “común”, evitando consecuencias dañinas sobre los ecosistemas de las cuencas hídricas.
Entre Ríos cuenta con gran cantidad y diversidad de cursos y cuerpos de agua, los cuales se encuentran organizados en 10 cuencas hidrográficas, entre las cuales sobresale la del río Gualeguaychú.
La Organización Mundial para la Agricultura y Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) describe a una cuenca como “una unidad físico-biológica, y también como una unidad socio-política para la planificación y ordenación de los recursos naturales”.
Estas cuencas en Entre Ríos, en una definición integral, involucran tanto el agua superficial como el que está debajo del suelo. La primera es aquella que al precipitar (en forma de lluvia) circula o se acumula en la superficie terrestre (ríos, arroyos, lagunas), mientras que el agua subterránea es la otra parte del elemento vital que tras precipitar se infiltra a través de rocas y materiales porosos bajo el suelo (acuíferos).
La creación tardía de un comité
La novedad informativa de estos días es que la Provincia acaba de constituir el “Comité de Cuenca del río Gualeguaychú”, a la par de otros dos (los de los arroyos Perucho Verna y Las Tunas).
La medida fue dictada por el Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Aguas de Entre Ríos (Corufa), que es el órgano de aplicación de la Ley de General de Aguas de la Provincia (Nº 9.172/98).
El impulsor de la iniciativa es el gualeguaychuense Osvaldo Fernández, actual Director General Legal y de Gestión Ambiental del Agua de la Secretaría de Ambiente, en cuyo ámbito se inició el trámite administrativo.
En diálogo con Ahora ElDía, Fernández confirmó que el 1 de febrero de este año envió un escrito a la actual titular de esa secretaría, ingeniera Rosa Hojman, para que por su intermedio se agilice la creación de las tres cuencas.
Allí se dice, textualmente, que “los vecinos de Gualeguaychú han solicitado públicamente la creación del comité, y es desde esta Dirección General que contribuiremos a su creación y funcionamiento con los recursos disponibles”.
Al respecto, Fernández comentó a este medio que esta creación “no significa nueva burocracia”, ya que no se crearán cargos públicos para hacer operativa la iniciativa.
“La provincia de Entre Ríos no cuenta con ningún comité de cuenca activo pese a la vasta red hídrica que sostiene ciudades, actividad productiva diversificada, industrial y turística. Particularmente, la actividad turística, con la oferta de playas en todo el territorio, requiere de una adecuada calidad del agua, y ésta a su vez de una gestión que involucre a todos los actores”, refiere Fernández en su escrito de febrero.
Al respecto, cabe agregar que fue en enero de 2007, durante el gobierno de Jorge Busti, que la legislatura entrerriana sancionó la Ley Nº 9.757 de Comités de Cuencas y Consorcios del Agua.
Pero desde entonces, como remarca Fernández, no se había creado ningún comité de este tipo en el territorio entrerriano. Es decir que han pasado 17 años para que por primera vez se haga efectiva la figura del Comité de Cuenca.
Dicha legislación señala que estará conformado “por reparticiones públicas y asociaciones no gubernamentales abocadas a le gestión coordinada y participativa de los recursos hídricos, de manera sostenible y racional, dentro de los límites de la cuenca definida por la Autoridad de Aplicación”.
Los problemas
Los bienes hídricos de la cuenca están sujetos a múltiples demandas: agua potable, higiene, producción de alimentos y bienes industriales. Y su disponibilidad está afectada por los impactos originados por las actividades humanas, que ocasionan pérdidas y degradación ambiental, como los procesos de contaminación de distinto origen.
Cabe mencionar, al respecto, los problemas que se producen por descarga de aguas residuales crudas en los cursos de agua provenientes de centros industriales y urbanos.
A su vez, la agricultura genera distintos impactos. Desde prácticas forestales impropias hasta la salinización y contaminación de acuíferos por filtración de fungicidas, herbicidas y fertilizantes químicos ricos en nitratos.
En la cuenca del río Gualeguaychú, dado que el agua circula de norte a sur, toda la contaminación que se genera aguas arriba termina depositándose aguas abajo, de tal manera que las localidades sureñas, como Gualeguaychú y Pueblo Belgrano, por caso, reciben un impacto medioambiental mayor.
Esto se hace ver sobre todo con las inundaciones. Se sabe que las grandes lluvias en la cuenca, que incrementan la escorrentía aguas abajo, impactan de lleno en una ciudad como Gualeguaychú, que suele sufrir grandes pérdidas ante eventos hídricos de este tipo, por ejemplo, en la industria turística.
Un tema sensible es el avance urbano en el valle de inundación del río Gualeguaychú, asociado a lo cual se produjo el sonado pleito judicial local que frenó el barrio náutico proyectado por la firma Amarras.
A todo esto, hay que sumarle la recurrencia de “anomalías” en el clima, según los científicos por efecto del calentamiento global. Por ejemplo, el verano 2022/23 fue extremadamente cálido y con una brutal sequía, que obviamente provocó una crisis hídrica de proporciones en toda la región.
Toda esta problemática ha generado la necesidad de encarar una gestión de los bienes hídricos desde los poderes públicos, con la idea de afrontar el desafío de equilibrar por un lado las necesidades de los diferentes usuarios del agua y por otro la de asegurar la sostenibilidad de la cuenca como ecosistema natural.
En este sentido, vale enfatizar que los “territorios hidrosociales”, como se puede calificar a una cuenca, no sólo integran el espacio físico con los espacios sociales (relativo al uso que hacen los actores sociales del agua) sino que también son espacios político-administrativos, en cuyo ámbito debería desarrollarse la gobernanza del agua.
La cuenca
Situado en el sudeste provincial, el río Gualeguaychú es el segundo en importancia en Entre Ríos. Con marcada dirección norte-sur corre en paralelo con el río Uruguay, adonde desagua.
Nace en una zona denominada Lomada Grande, en el centro-este de la provincia, y abarca parte de los departamentos Gualeguaychú, Uruguay y Colón.
La cuenca ocupa una superficie de 6.082 km2. Limita al este y norte con la cuenca internacional del río Uruguay, al oeste con la cuenca del río Gualeguay y por el sur con arroyos afluentes del río Uruguay.
Las principales localidades que involucra son Gualeguaychú, Villa Elisa, Basavilbaso, Pueblo Gral. Belgrano, Herrera, Villa Mantero, Santa Anita y Pronunciamiento, con una población estimada de 180.000 habitantes.
La cuenca presenta 4 subcuencas: Gualeguaychú Superior I y II, y Gualeguaychú Inferior I y II. Cada una de ellas tiene importantes afluentes, que les dan forma a las subcuencas y establecen los límites.