La bronca de los comerciantes, la irrupción policial y el bloqueo de la camioneta municipal

Los representantes y trabajadores del comercio de la ciudad se autoconvocaron a bordo de sus vehículos en la 25 de Mayo, frente a la Plaza Belgrano. Poco a poco se fueron congregando y a las 11 en punto un centenar de autos y camionetas pusieron primera. El recorrido fue por 25 para luego doblar por Irigoyen y pasar frente al Palacio Municipal. Allí dieron varias vueltas a la plaza Urquiza haciendo sonar sus bocinas. Hasta allí no hubo ningún inconveniente, pero cuando la protesta estaba por culminar un móvil policial estacionó sobre Rivadavia, a pocos metros de Irigoyen. Acto seguido, un número importante de uniformados cortó el paso de la caravana en Rivadavia e Irigoyen. Y lo mismo pasó en todas las esquinas que rodean la Plaza Urquiza, sitiando la zona. Todos los manifestantes quedaron demorados varios minutos por la policía, que actuó por motus propio al aguardo de instrucciones del Juzgado Federal, según manifestó el propio Comisario Inspector Urroz Denadey, a cargo del operativo. Mientras escalaba la tensión, efectivos uniformados y civiles conformaron una barrera humana en calle Irigoyen y Rivadavia. Luego de varios minutos, Urroz Denadey informó que por directivas del sub jefe de Policía Yari Sosa, tenía que tomar los números de las patentes de los autos que quedaron varados y que formaban parte de la caravana, lo que generó aun más bronca en los comerciantes, a varios de los cuales también se les pidió el dni para identificarlos. Finalmente, no hubo ninguna orden por parte de la Justicia Federal para que se les labre un acta de infracción por incumlimiento al DNU de Aislamiento, y los manifestantes pudieron retirarse. Testimonios de impotencia Una joven tomó la posta del reclamo, y a los gritos pidíó que el intendente Martín Piaggio "salga a dar la cara". Entrevistada por ElDía, relató que "en marzo, luego de cinco años de trabajo, perdí mi agencia de turismo, vendí mi auto y puse una tienda de ropa que ahora tuve que cerrar, quedándome sin trabajo y sin auto". Muchos de los presentes optaron por no hablar públicamente. "Después nos llueven las inspecciones si hacemos declaraciones públicas", denunciaron."Es un atropello más y no nos merecemos esto; genera mucha bronca", expresó Carlos, reconocido comerciante. Otra vecina pidió que "que el intendente explique porque nos tuvieron tres días sin trabajar, cuando el decreto se firmó en la noche del miércoles". Joaquín, integrante de una familia que hace años se dedica a la venta de calzados con varios locales en la ciudad, lamentó que este "es el peor año de todos los que llevamos en el comercio. Así no se puede seguir, estamos muy preocupados, afligidos y vivimos en un marco de tristeza". "La marcha es una de las pocas opciones que nos quedan para que nos escuchen. No queremos perder los 34 años de trabajo en la ciudad, no podemos seguir bajando en las ventas y perdiendo público", agregó. Por su parte, René, que tiene su negocio en la zona céntrica, cuestionó que "estamos atrapados en una situación en la que no nos dejan trabajar, cuando ha quedado comprobado que el comercio no contagia, mucho menos atendiendo desde la puerta". no nos dejan trabajar, cuando ha quedado comprobado que el comercio no contagia Consideró que "esto es un atropello a nuestro bolsillo, de donde sale el dinero para abonar todos los servicios, por lo que urge rever la situación", señaló el empleador de 4 personas, con las cuales "mantenemos una excelente relación, entienden la situación". La camioneta de la polémica Extrañamente, cuando la caravana se desplegaba por el centro de la ciudad un vehículo de la Municipalidad se detuvo en el medio de la Urquiza, presuntamente por "problemas mecánicos", dividiendo e interrumpiendo a la protesta de los comerciantes. Lo que se puede observar en los videos a los que accedió ElDía, es que la camioneta venía por Magnasco, dobló en Urquiza y se detuvo intencionalmente dividiendo la caravana de autoconvocados e interrumpiendo su paso por varios minutos. Luego, los trabajadores a bordo adujeron inconvenientes mecánicos, pero en ningún momento pudieron comprobarlo ni se esforzaron por mover el vehículo hacia un costado para dejar de interrumpir el tránsito. Un hecho insólito y sin precedentes por el cual la municipalidad aun no brindó explicaciones.