Iglesia Evangélica del Río de la Plata: 80 años de presencia en Gualeguaychú
La Biblia, al alcance de la gente común
Uno de los grandes aportes de Martín Lutero y la Reforma fue la traducción de las Sagradas Escrituras a distintos idiomas. Eso reivindicó en la ciudad el teólogo René Krüger en el marco de los festejos de la iglesia evangélica local.
Martín Lutero creía firmemente en el principio de que todos los creyentes deberían tener acceso directo a la Biblia sin necesidad de intermediarios.
En su tiempo, la Sagrada Escritura estaba mayormente disponible en latín, un idioma que solo los eruditos, clérigos y las élites podían entender.
Como el reformador quería que las personas comunes pudieran leer y comprender la palabra de Dios en su propio idioma, emprendió en el siglo XVI la traducción al idioma de su pueblo, el alemán.
De esta manera inició un proceso imparable de difusión de la Biblia en Europa y luego en todo Occidente, convirtiéndose el gesto en un acto de rebeldía ante la curia romana, que resistió el cambio.
La traducción de la Biblia formó parte de los esfuerzos de Lutero por reformar la iglesia cristiana. Y era consistente con su nueva teología de acercar la Escritura al pueblo creyente.
Martín Lutero.
Esto explicó el teólogo René Krüger, durante una charla ofrecida en el templo de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) en Gualeguaychú.
Lo hizo en el marco de los actos de festejos por los 80 años de presencia de esa comunidad en la ciudad. En una didáctica exposición que fue acompañada de imágenes, el disertante trazó un panorama de las distintas versiones de la Biblia, tras el proceso de traducción iniciado por la Reforma.
Krüger es pastor (hoy jubilado) de la IERP, y miembro destacado del Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET), con sede en Buenos Aires. Doctor en Teología, ha escrito ensayos y libros sobre la especialidad.
El expositor refirió que en América fue la versión Reina-Valera la punta de lanza del protestantismo en el continente, donde actualmente los textos sagrados vienen siendo traducidos a los idiomas de los pueblos originarios.
Según dijo, la imprenta de Johannes Gutenberg, que revolucionó la producción de libros al permitir la impresión en masa de textos, fue una tecnología que facilitó la rápida difusión de la Escritura y de las ideas reformistas de Martín Lutero y otros líderes protestantes.
“Hace más de cinco siglos, los libros eran una rareza. Los pocos que había eran copiados a mano. Las Biblias, que eran de un gran tamaño, estaban encadenadas a los altares de las iglesias para que no las robaran. Y además la gente no sabía leer y escribir. Y por tanto estaban lejos de la cultura, pero lo más lamentable: lejos de la palabra de Dios”, describió Krüger.
Señaló que durante la Edad Media se había formado una “litocracia” o gobierno de los que dominaban la lecto-escritura, identificado sobre todo con el alto clero católico.
Se había creado una brecha, dijo, entre el habla del pueblo llano, aferrado a sus idiomas autóctonos, y el idioma del poder, el latín, en el que estaba codificada la Biblia.
La revolución luterana consistió en hacer que los fieles pudieran leer la Escritura en su propio idioma. El proceso empezó en Alemania, la patria de Martín Lutero.
En 1522, el reformador tradujo el Nuevo Testamento del griego al alemán en tiempo récord (en sólo 11 semanas), en el castillo de Wartburg, en pleno conflicto con los poderes de la época.
“Fue un hecho extraordinario. Porque la última traducción al latín que se había hecho del Nuevo Testamento fue la de San Jerónimo, ocurrida en el siglo IV. Es decir, 1.100 años después, Lutero se atrevió a repetir eso, no al latín, sino al buen alemán”, remarcó Krüger.
Según el disertante, esta traducción tuvo un profundo impacto en la sociedad alemana y en toda Europa. No solo fomentó la expansión de la alfabetización, sino que también aceleró la Reforma Protestante al permitir que más personas pudieran leer y reflexionar sobre las Escrituras por sí mismas.
Además, el trabajo de Lutero ayudó a consolidar el idioma alemán y tuvo una influencia duradera en la cultura y la identidad alemana. Según Krüger, el reformador también tradujo la misa del latín al alemán, y predicó en este idioma, una práctica que recién hizo suya la Iglesia Católica en la segunda parte del siglo XX, tras el Concilio Vaticano II.
En cuanto al Antiguo Testamento, Lutero trabajó en esta tarea durante varios años, consultando textos hebreos y griegos, así como otros eruditos. Finalmente, en 1534, completó la traducción de toda la Biblia al alemán.
“Desde entonces la Biblia de Lutero, como también sus libros y escritos, breves y largos, alcanzaron una distribución jamás vista hasta ese momento en toda la historia cultural de la humanidad”, destacó el expositor.
La Biblia protestante en América
Durante su exposición René Krüger señaló que la versión Reina-Valera es una de las traducciones más importantes de la Biblia al español y ha tenido una gran influencia en la historia del cristianismo en el mundo de habla hispana, especialmente en América Latina.
Esta biblia tiene su origen en la traducción realizada por Casiodoro de Reina, un monje español que se convirtió al protestantismo. Tras huir de la Inquisición, Reina se estableció en el extranjero, donde completó la primera traducción completa de la Biblia del hebreo al español en 1569.
Esta primera edición es conocida como la “Biblia del Oso” debido a la imagen de un oso en la portada, alimentándose de un panal de miel.
La traducción de Reina fue revisada luego por otro exiliado protestante español, Cipriano de Valera, en 1602. Esta edición revisada es la que da origen al nombre “Reina-Valera”, en honor a ambos traductores.
“Este texto fue considerado, por muchos especialistas en la lengua, como una obra maestra de la literatura del Siglo de Oro español, el mismo que además produjo El Quijote”, señaló Krüger.
A medida que las iglesias protestantes y evangélicas crecieron en América Latina, la Reina-Valera se consolidó como la Biblia de referencia.
El disertante explicó que la traducción de la Escritura a lenguas indígenas ha sido una parte importante del trabajo de misiones protestantes en América Latina y otras regiones.
Al respecto mencionó las traducciones al idioma quechua, aymara, guaraní, náhuatl, maya yucateco, mapudungun, zapoteco, mixteco, tarahumara, tzotzil y shipibo-conibo, entre otros.
Paralelamente en Argentina, diferentes organizaciones han trabajado en la traducción de los textos sagrados o partes de ellos a varios idiomas indígenas del país, como es el caso del guaraní, el qom (toba), el wichí, el moqoit (mocoví), el mapudungun (mapuche), el pilagá, el chorote, etc.
80 años de vida religiosa
El 6 de febrero de 1944 se celebró el primer culto en Gualeguaychú de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, acontecimiento religioso que marca el comienzo de la comunidad religiosa local.
La celebración tuvo lugar en la casa del pastor Jakob Riffel, situada en Santa Fe 280. Este ministro vino desde la aldea San Antonio, donde estaba asentada la congregación vinculada a los inmigrantes alemanes provenientes del Volga.
Su llegada a Gualeguaychú, según explicó a Ahora ElDía Leandro Hildt, miembro de la congregación, se enmarcó dentro de un trabajo pastoral “pensando en los jóvenes que cumplían el servicio militar, las chicas que venían del campo a trabajar en servicio doméstico y algunos ancianos que estaban internados en el asilo”.
“Riffel visitaba también a los pacientes internados en los sanatorios y en el hospital, que eran muchos ya que los enfermos de todo el departamento Gualeguaychú y de Gualeguay recurrían a los centros médicos locales para atenderse”, refirió Hildt.
Y añadió: “En el primer año se convocó a las familias para llevar los niños a la escuelita dominical que también se realizaba en la casa de calle Santa Fe los días domingo a partir de las 15:00 hs. a cargo de Lydia Heine, esposa del pastor. Posteriormente, en la década de 1950, asumió esa actividad Luisa Riffel, hija del pastor”.
Con el tiempo la comunidad religiosa fue creciendo y ejercieron en ella el ministerio distintos pastores como Dieter Knoblauch, César David von Gostomski, Reinich, Alfredo Diem y Lothar von Gostomski.
Ante el crecimiento de la membresía, en el año 1983 surgió la idea de construir un nuevo templo. La obra se inició en junio de 1986 siendo entonces René Krüger pastor de la comunidad, quien luego fue reemplazado por Carlos Neibirt.
En marzo de 2005 arribó el pastor Delcio Källsten, quien fue sucedido en 2019 por el pastor Waldemar Oscar von Hof, el cual permaneció en la comunidad hasta marzo del año 2023.
En abril, proveniente de Alemania, se hizo cargo de la comunidad la diacona Luise Zupke.