ALIMENTACIÓN Y ECONOMÍA
La baja de precio en el pollo responde a una mayor demanda por parte del usuario
Si bien hace unos días se experimentó una fuerte suba, el precio de la carne aviar se volvió a establecer por debajo de la vacuna y porcina. Los costos más económicos permiten mantener los precios en niveles populares, lo que aumenta su consumo. Esto puede traer, en consecuencia, una merma mayor en el futuro. Cómo está el mercado de los derivados de este producto.
Por Fabián Miró
Ahora ElDía conversó con un comerciante que se dedica a la venta de pollos y derivados, como así también productos con valor agregado, como medallones, milanesas y otras. Contó que en su momento el producto subió repentinamente un 50%, luego un 20%, para luego bajar a precios “normales”. Señaló que los mismos frigoríficos establecieron puestos de venta en la ciudad con otros valores e indicó que la proliferación de comercios que se dedican al rubro obedece a que es un producto que tiene salida.
El comerciante, que lleva 8 años en el negocio, indicó que “el consumo ha ido aumentando porque la gente se fue volcando al pollo por una cuestión de precios”.
Consultado por un brutal aumento de precios, recordó que “esto se dio hace 45 días con una trepada de los valores de un 50% del pollo. Los precios se manejan de forma diferente. El pollo entero, los congelados y el trozado, aumentando, en su momento, el pollo entero y los cortes como pata muslo y la suprema”
“Lo aumentaron un 50% y luego le metieron otro 20 %, quedando muy cerca o igual que los valores de la carne vacuna, superando la de cerdo. Cuando pasa eso, la venta se frena bruscamente. La gente sabe que la carne vacuna rinde más que la aviar y a igualdad de precios se inclina por la carne de vaca o de cerdo”, explicó.
“El pollo se maneja por oferta y demanda directamente con los frigorífico. Si hay mucha oferta de pollo baja que es lo que está pasando ahora. Desde hace dos semanas a la fecha los precios retrocedieron un 40%, en una variable de precios que te obliga a remarcar todo el tiempo. Normalmente estamos subiendo, pero ahora bajamos la suprema unos 400 pesos el kilo. Si bien por esto de la oferta y demanda, subía y bajaba, pero que baje 400 pesos de una, jamás nos había pasado”, se asombró.
“Estaba 2300 pesos al público, casi el precio de un kilo de pulpa vacuna, quedando a la venta con un valor de 1900 pesos. El kilo de pollo o de pata muslo no bajó del todo todavía, porque es lo que más varía. No sabemos si mañana o en un par de días sube de vuelta, razón por la que hay que bajar los precios gradualmente”, manifestó.
“El pollo en galpón tiene un determinado tiempo de crianza, y una vez que está listo para faena se lo manda a frigorífico. Llega un momento en que se acumulan las faenas, el producto, y aunque los frigoríficos tienen cámaras gigantes de congelado, hay momentos en que las cámaras están repletas. La faena no puede detener su marcha y se genera un cuello de botella”, informó.
Sobre el aumento desmedido de precios, contó que “duró unas dos semanas en donde las ventas fueron muy pocas. Nos manejamos con lo que teníamos y la poca comercialización hasta que los precios bajaron, en una de las pocas cosas que bajan en este país, aunque claro el menor precio se dio a lo que se había elevado el mismo en su momento”.
Siempre en el rubro aviar, sostuvo que “el precio de los huevos no ha bajado· y acotó que “es un producto bastante similar al pollo en lo que refiere a los valores, con el agregado de que no hay huevos. Según me dicen los distribuidores no hay producción suficiente. Estuvo hasta hace poco la influenza aviar, también conocida como gripe aviar, que afectó a la producción. Hoy no tenemos ese producto en la cantidad que la gente te pide y todo bien que escasea tiende a subir el valor”.
“Lo mismo pasa con el pan rallado y los condimentos que, junto al huevo, son esenciales para hacer la milanesa. Si lo que se necesita para la elaboración sube, la milanesa se mantiene, más allá de que baje la suprema”.
Consultado por el costo de un kilo de milanesa, indicó que anda entre “los 800 y los 1000 pesos como mínimo. La venta se reactivó porque se retornó a precios razonables, en tanto que el de carne vacuna se mantiene en los mismos valores desde el mes de enero”, sostuvo.
Sobre la cantidad de pollerías que se han sumado, en distintas escalas, en la ciudad, dijo que “el pollo en sus diversas formas, con valor agregado, es algo que se vende, que tiene salida, más allá de los vaivenes de los precios por la oferta y demanda ya mencionada”.
“El número se ha incrementado como así también la competencia, con la particularidad de que lo más destacado de la competencia en sí no pasa por las pollerías, pasa por los frigoríficos que compiten con las pollerías de barrio vendiendo en forma directa. Hasta no hace demasiado tiempo repartía pollos a distintos comercios en la ciudad. Un reparto al por mayor que se terminó porque el frigorífico directamente le vende a todas las pollerías, ya sea 20 un cajón, una caja de pata muslo, en lo que es un poco el final anunciado del intermediario”, narró.
Consultado otro comerciante que en este caso vende las tres carnes (vacuna, porcina y aviar) el mismo indicó que “el salto que dio la carne vacuna en enero se mantiene hasta el momento con subas muy mínimas. Eso sí, los valores de costo de faena, transporte, energía eléctrica y carga impositiva no paran de subir. El caso de la luz es terrible y es casi insostenible los aumentos en la tarifa. El cajón (20 kilos) pasó a valer de 8000 pesos a 12.000 para luego bajar a 8.300. La Energía en lo que va del año casi se ha duplico y se anuncian subas importantes que no sé cómo vamos a afrontar”
Recordó que el “asado en enero pasó de casi 1500 pesos a rondar los 2000, en lo que fue una suba muy fuerte de golpe. Ahora ha subido unos 20/30 por mes con los gastos que demanda poner la carne en góndola que no han parado de subir”.
Contó que en “las últimas dos semanas la baja en las ventas en todas las carnes se sintió por el cada vez menor poder adquisitivo”.