OPINIÓN
La ampliación de derechos como bandera
Hace unas semanas el ejecutivo municipal envió un proyecto de licencias al HCD que contempla, entre otras, licencia por razones de violencia de género. Es importante dimensionar que esta decisión política que permite tener días de licencias (20) es un avance muy importante en materia de derechos.
Por Belén Biré*
“Se considera imprescindible avanzar en derechos que protejan integralmente la situación de las mujeres trabajadoras municipales que atraviesan situaciones de violencia de género.
El estado municipal, desde un tiempo a esta parte ha dispuesto diversos dispositivos y normas que pretenden abordar la temática de la forma más amplia posible. A modo ejemplificativo, se ha dispuesto de un programa de capacitación en cuestiones de género, en el marco de la Ley Micaela, llevada adelante por un equipo de trabajadoras y trabajadores municipales. El mismo consta de un total de 20 hs de capacitación dispuestos en cuatro (4) encuentros presenciales y cuatro (4) encuentros virtuales. Por otro lado, se encuentra en pleno funcionamiento el Órgano de Aplicación del protocolo de acción para situaciones de violencia y discriminación por cuestiones de género en el ámbito laboral, teniendo facultades de dictaminar y aconsejar al Departamento Ejecutivo respecto de los pasos a seguir.
Que estas como otras tantas políticas públicas se enmarcan en una decisión de abordar todas las problemáticas por cuestiones de género.
Que en este marco se propone una instancia más y es la de incorporar a nuestro régimen una nueva licencia para aquellas trabajadoras que se encuentren atravesando situaciones de violencia de género. Disponiendo de un total de veinte (20) días en el año, pudiendo usufructuarse de forma continua o alternada y debiendo acreditarse mediante denuncia policial o certificación emitida por un efector de servicios públicos y asistencia a la víctima”.
Claro que nos gustaría no tener que contar con esta licencia porque no haya casos de violencias, pero la realidad es que hasta que no profundicemos otras políticas que nos llevan a erradicar las violencias por razones de género, necesitamos contar con esta medida.
Sin esta licencia hoy debemos presentar certificados médicos, por ejemplo, y no estamos enfermas sino que somos víctimas del sistema patriarcal. Avanzar por este camino nos permite, desde lo individual contar con días para organizarnos, para tener tiempo de asimilar y resolver todo lo que implica una situación de violencia, muchas veces, tener que irnos de nuestra casa con nuestros gurises y gurisas. Además de no tener que ir a trabajar con las marcas de la violencia, que a veces son visibles y no hay maquillaje que las cubra.
Desde lo colectivo, nos permite el tratamiento de las violencias por razones de género como una problemática social, que nos puede tocar a todas y que requiere de un Estado que brinde posibilidades para atravesar esta problemática.
Recuerdo que una vez fui al kiosco de la escuela donde trabajo, y la compañera me atendió con gafas negras que no tapaban la tristeza y el dolor de su cuerpo. Le pregunté si estaba bien, y se bajó los anteojos para mostrarme su ojo morado. Lo primero que me salió decirle es que cómo podía haber ido a trabajar después de eso. Me respondió que no tenía quien la cubra y que tenía que seguir alimentando sus hijos…
La gestión de gobierno de Martin Piaggio, viene impulsando políticas que reflejan la decisión de no retroceder en la lucha por una sociedad más justa, y eso no puede pensarse sin violencias por razones de género. Por eso este proyecto de licencia además de ser un importante avance en la gestión, es, por sobre todo, una conquista de las trabajadoras que organizadas vienen impulsando proyectos que brindan mejoras en la calidad de su trabajo.
El Órgano para la Aplicación del Protocolo para casos de violencias dentro del municipio, es una muestra de ello, así como la aplicación de la Ley Micaela, que, en correlación con la gestión de gobierno, permite avanzar y este proyecto de licencia también va por ese camino, el de transformar todo lo que haya que transformar hasta hacer posible un mundo mejor.
Las mujeres y diversidades ya no estamos solas, estamos organizadas en las calles, en los sindicatos, en las universidades, merenderos, diversos lugares de trabajo, exigiendo al Estado el avance que nos lleve a nuevos escenarios, con gobiernos como el local que interpreta estas demandas y las convierte en políticas, porque estamos convencidos y convencidas que un mundo mejor para nuestros hijos, hijas e hijes, que el que nos tocó a nosotres de gurises, es posible.
*Corresponsable del Área de Género y Diversidad Sexual de la Municipalidad de Gualeguaychú.