OPINIÓN
Justicia y periodismo por la verdad sobre “desaparecidos” del Delta de Entre Ríos
Por Eduardo García Jurado (*)
En el año 2003 en el despacho del Juzgado de Instrucción N°1 de Gualeguaychú, por la tarde casi noche, atendí a un agente –retirado-de la Policía de Entre Ríos. Este muy acongojado relató que una novia que había vivido en Villa Paranacito, le comento que su padre y tío, en la época de la dictadura militar , en la zona del arroyo Martínez habían encontrado un tambor de gasoil con un cuerpo tapado con cemento y la cabeza afuera, y le dieron cristiana sepultura. Relato de suma gravedad, que dio lugar inmediato a un causa, con intervención del Fiscal de turno. Se podía deducir, por investigaciones en trámite, que la zona aludida podría haber sido otro lugar de sistemático “vuelos de la muerte”. Mecanismo aberrante y secreto, que utilizara la dictadura militar, para encubrir el cínico relato sobre la desaparición forzada de personas.-
A fin de asegurar la prueba testimonial de la mujer mencionada, facilité el automotor particular a otro agente policial- de confianza y pariente político de la testigo- para que viajara a una localidad del sur del gran Buenos Aires, agilizando su presencia.- En su testimonio negó todo, empero fue tal la situación de temor a la vista y a su vez profundizada por su esposo-miembro de la Prefectura Naval quien ya había exteriorizado informalmente en mesa de entrada del Juzgado-, que la testigo nada podía aportar para la investigación. Ello motivó la continuidad de la búsqueda de otros elementos de prueba.-.
El periodista de Gualeguaychú, Fabián Magnotta, reconocido por su capacidad y honestidad profesional, enterado del caso, inicio una intensa y fecunda tarea de investigación periodística, paralela a la actividad jurisdiccional.
En el año 2009, en una causa también a mi cargo, por la muerte de un ciudadano uruguayo, de apellido Barrio, acaecido en el río Uruguay, prestó declaración testimonial Norberto M. y en la parte final de su relato contó que (bajo la dictadura militar) encontró cuatro cuerpos en la costa cercana de su casa. Al dar conocimiento a la Prefectura le preguntaron si eran parientes suyos… “que, si no eran que los dejara, no tenía razones para denunciar” …
En el mismo año 2009, por pedido-exhorto- de un Juez Federal de la ciudad autónoma de Buenos Aires, en la que se investigaba el secuestro sin señales de vida del empresario Rodolfo Clutterbuck, concretamos una inspección ocular en el cementerio de Villa Paranacito y en el Registro Civil de dicha localidad, sin resultados positivos, pero pudieron comprobarse supuestas anomalías en cuanto a la ubicación de tumbas , y respecto a la identificación de las mismas, producidas por el transcurso del tiempo y la zona inundable o hipotéticamente por acción deliberada.-
Todos estos elementos de prueba, habilitaban la continuidad investigativa de presuntos delitos de acción pública, pero con marcada competencia de la Justica Federal, razón por la cual las actuaciones fueron giradas al Juez Federal de Concepción del Uruguay.-
Por su lado el periodista Magnotta, continuaba con su incansable trabajo para verificar-dentro del marco periodístico- la hipótesis de que en la zona de Paranacito, sobre los cauces más profundos (arroyo Martínez) o en las misma islas, por su conformación de humedales, podía haber sido utilizado para vuelos de la muerte-desaparición forzada de personas-, en el marco de la ilegal represión sufrida.
Durante años Magnotta reunió testimonios y rearmo la historia, visitando los pobladores. En base a su investigación y lo actuado por el Juzgado de Instrucción N°1, fue dando nacimiento al libro “El lugar perfecto”. Toda una labor significativa que ayuda a reconstruir el siniestro período de violaciones a derechos humanos- delitos de lesa humanidad-, con la desaparición de ciudadanos mayores, adolescentes y menores de edad.
En 2016, todo lo relatado y descripto con claridad y honestidad periodística, fue presentado ante la Procuración General de la Nación. En 2020 toma intervención la Fiscal Federal de Concepción del Uruguay, Josefina Minatta. Junto al Juez Federal Pablo Seró van al lugar y convocan al Equipo Argentino de Antropología Forense. Se realizan unas 10 exhumaciones en el cementerio de Villa Paranacito, y luego una más en el cementerio de Ibicuy. En el primer caso, por testimonio del viejo encargado del cementerio, Román Venencio, y en el segundo por testigos que señalan un lugar y luego se utiliza el geo radar en tierra, al costado del cementerio. Esos restos se encuentran en análisis, con las dificultades propias porque han sufrido el paso del tiempo. A la vez, se analizan restos de dos tachos con cemento encontrados en la costa del río Sauce, lugar donde los testigos coinciden que hubo varios lanzamientos.
La Justicia Federal considera probado el hecho histórico, que el delta entrerriano fue utilizado para la desaparición de personas mediante los llamados” vuelos de la muerte”. Esperamos que el esfuerzo periodístico y de la Justicia Penal, pronto arribe a conclusiones favorables a fin de cerrar-en parte-, lo acontecido y que “nunca más” suceda.
(*) Eduardo García Jurado fue juez en la jurisdicción Gualeguaychú e Islas del Ibicuy.