LOS DRAMAS NACIONALES DESDE UNA MIRADA ENTRERRIANA
Julio Majul: Recuerdos y análisis de un presente y pasado dominado por “los peores”
La publicación de su último libro, Kakistocracia, repasa grandes episodios de la política nacional y provincial pero abordados desde su experiencia personal. Desde los agrotóxicos, pasando por sus experiencias políticas y mechando al tango en el medio, el abogado y periodista de Gualeguaychú habla sin reparos. En una charla con Ahora ElDía repasó algunos de sus momentos más paradigmáticos, rememora su experiencia en la Concertación Entrerriana y vislumbra cual podría ser el mejor camino político para el intendente Piaggio.
Amilcar Nani
Julio Majul es uno de esos personajes pintorescos de Gualeguaychú. Se autodefine como político, periodista, abogado, escritor, músico, tanguero y ajedrecista. Su paso por la vida pública y por el ámbito privado desde su rol de abogado lo han hecho un nombre conocido y familiar. Ya sea por su rol en la causa Amarras, donde le puso el pecho a la causa contra el barrio náutico, o su paso por la Legislatura entrerriana como Senador Departamental, sus acciones han marcado el presente en más de una oportunidad.
Muchas de esas experiencias fueron volcadas en un libro llamado Kakistocracia, que lejos de ser una palabra inventada es un término que existe y se fundamenta. Proviene de “kakisto”, una palabra de origen griego que significa “lo peor”. En este caso, la derivación para trasladarla a término de sistema político deriva en la suma de la cleptocracia –el gobierno de los ladrones– y la plutocracia, que es el gobierno de los ricos. Estos dos gobiernos sumados dan en kakistocracia, que no deja de resumir a los vaivenes políticos de la Argentina durante la segunda mitad del siglo XX y lo que vamos del XXI.
Bajo este parámetro, Julio analiza los dramas nacionales desde una mirada entrerriana, repasando desde sus experiencias de vida algunos de los episodios más notables de la historia contemporánea.
“Cuando me siento a escribir, es algo más bien espontáneo, no es algo rutinario. Cuando necesito escribir lo hago de manera catártica. Por ejemplo, a Kakistocracia lo escribí en 18 días”, resume Julio en una charla abierta con Ahora ElDía.
Sin embargo, su mirada no es positiva a la hora de hablar de una salida de esta kakistocracia en la que estamos inmersos: “Creo que ahora no hay manera de salir, por lo menos a cuatro años. La esperanza mía son las elecciones de 2027. A partir de ahí, puede ser que se arme algo nuevo, serio y con un proyecto en conjunto. Este presente de rispideces, peleas y chicanas constantes nos está condenando. Pero hablo a nivel nacional, no a nivel local donde la mayoría de los dirigentes son decentes y casi todo lo hacen por amor”.
Pero dejemos por un momento de lado el presente, porque uno de los atractivos que tiene su último libro es, precisamente, el revisionismo histórico que aplicó a muchos capítulos que tuvo su vida. Y uno de ellos fue en 1980, cuando le propuso a las Madres de Gualeguaychú iniciar una acción judicial para que se investigue a klos detenidos y desaparecidos de la ciudad. Se presentaron directamente ante el Superior Tribunal de Justicia provincial e iniciaron la primera acción legal contra la Dictadura Militar.
“Fue el primer juicio real que se hizo por los desaparecidos en alguna parte de la Argentina. Hasta ese momento eran todos habeas corpus. Este fue un juicio, y me siento orgulloso de cierta forma de haber hecho un pequeño aporte a la situación de los desaparecidos. En ese momento había muchos amigos presos, pero había muchas familias que no sabían dónde estaban sus seres queridos”, rememoró.
Hay que tener en cuenta que en esa época faltaba mucho para el regreso de la Democracia, y enfrentarse a la eterna noche de la última Dictadura no era algo para coberdes.
“Miedo nunca tuve. Recién dejaba de trabajar en el diario Noticias, donde éramos fervientes opositores. Una vez me llamaron por teléfono, que evidentemente estaba pinchado, y cuando levanto el tubo escucho que me dicen ‘Ojo que te vamos a cagar a palos’. Les contesté que cuando quieran vengan y me caguen a trompadas. Me han cagado a trompadas tantas veces que una más no me importaba. Y después me jodieron una vez más y en esa sí que me preocupé porque me dijeron que mi esposa estaba dando clases en tal escuela y mi hermana que estaba en tal otra. ‘Tenés cuidado con lo que hacés’. Esa vez sí que me preocupé porque no se metían conmigo, sino con mis seres queridos, pero no me hizo bajar el perfil”, afirma envalentonado en el recuerdo.
Otro capítulo interesante de Kakistocracia fue su relato sobre el nacimiento de la Concertación Entrerriana, allá por 2002, en el living de su casa, junto a Emilio Martínez Garbino, Lucio Godoy, Juan Zacarías y varias personas más.
“La idea/fuerza que nos unió originariamente era que en Entre Ríos se necesitaba algo distinto y superador al bustismo y el radicalismo. Pero nuestro primer error fue quedarnos solo en eso; y debo hacer un mea culpa enorme, porque desde comienzo sentí que debíamos hablar de programa, de ideas de gobierno, pero nunca lo dije”, reflexiona a la distancia que da el tiempo.
“La experiencia de Senador provincial fue enriquecedora, y la verdad es contrariamente a lo que mucha gente piensa, terminé bastante amigo de los senadores bustistas y con una radical. Había una rivalidad política, pero eso no impidió que haya terminado con una buena relación. Fui el único opositor real en toda la Legislatura. Pero yo votaba positivo la mayoría de las veces, pero cuando algo no me gustaba lo decía y lo demostraba con mi voto”, explica a Ahora ElDía.
En todo momento surge la figura de Emilio Martínez Garbino, a quien define como la persona con la que más ha compartido en la vida: “Es uno de mis mejores amigos. Intimo. Desde que éramos gurises. Estudiamos juntos, compartimos un estudio. Siempre digo que soy más hermano de Emilio que de mis propios hermanos. Y hoy la relación sigue firme. Durante años nos hemos juntado por lo menos una vez al mes”.
Sin embargo, en la otra punta del mapa coloca a Juan Zacarías: “Con Zacarías terminé muy mal. A él lo único que le importaba él era ser diputado nacional, y por so estuvo con todos: con Busti, con Urribarri, con Macri. Cómo se entiende que vaya en una elección con el peronismo y a la siguiente en la lista de Cambiemos. ¿cómo se entiende?”.
Finalmente, la charla termina con lo que podría ser el futuro político del intendente Martín Piaggio, a quien le dedica grandes palabras de elogio hacia su gestión, pero que tiene ciertas reservas a la hora de analizar el camino hacia la Gobernación que todo indica que tomará el Presidente Municipal durante las próximas elecciones.
“No lo veo bien en la carrera para la Gobernación. Te explico por qué no quiero que sea candidato. Tuvo una gestión municipal que a algunos le puede parecer mala y a otros buena, pero lo que sí es cierto es que los objetivos siempre los tuvo bien claros. Esteban Martín Piaggio fue 8 años Secretario de Salud de Juan José Bahillo y en esos 8 años aprendió lo que es la gestión. Una cosa son los libros y otra la calle. Pero ahora quiere ser gobernador sin conocer la cuestión de fondo. Yo tardé un año en aprender a ser Legislador provincial. A parte, creo que una cosa es que hay que estar en el tema. A mí siempre me interesó el tema nacional, por eso nunca pensé en ser intendente, porque sabía que no iba a ser bueno porque no me interesaba”, manifiesta.
“Creo que un camino más lógico y seguro es que Esteban Martín vaya por otros canales, como puede ser el Legislativo. Illia mismo llegó a presidente después de haber sido Diputado. Me lo imagino diputado o senador provincial preparándose para ser Gobernador. Y tiene carisma como para tener un perfil alto y es una persona muy inteligente”, concluye.