DEPORTES
Juani Weissen, el histórico goleador decano, dejó el fútbol, pero sueña volver y retirarse en Juventud
Sentido de pertenencia. Anotó 61 goles en 117 partidos con la camiseta albiceleste, entre ellos, el tanto que valió el primer ascenso. A los 40 años, decidió ponerle una “pausa” a su carrera futbolística, con el anhelo de tener su “last dance” en Alsina 60.
El idilio entre Juan José Weissen y Juventud Unida comenzó hace 15 años, cuando este goleador nato arribó al club, proveniente de 9 de Julio, de Rafaela, su ciudad natal.
A fuerza de goles, se ganó rápidamente el corazón de los hinchas decanos y se erigió de ídolo -sin objeciones- el 21 de julio de 2013, al convertir el gol que le permitió al equipo de Gualeguaychú ascender al Torneo Argentino A, después de nueve años en el Argentino B.
En aquella helada tarde de invierno, Juventud Unida venció como local a 9 de Julio de Morteros por 1-0, con el tanto de cabeza del rafaelino, a los 41 minutos del segundo tiempo, el más gritado en la historia del fútbol en Gualeguaychú.
Después del ascenso, jugó un año más en el Decano y a mediados de 2014 su carrera deportiva continuó por otros horizontes. A casi once años de su salida del club, las estadísticas marcan que, con 61 goles, en 117 partidos, fue el máximo goleador en torneos nacionales.
En la actualidad, Juani Weissen reside en Rafaela y hasta 2024 continuaba con su faena goleadora en la Liga Rafaelina. Pero este año decidió no jugar más, aunque no es un adiós definitivo, porque todavía se esperanza con cumplir un último sueño: despedirse con la camiseta de Juventud Unida y tener su “last dance”, parafraseando la serie que narra el exitoso recorrido de Michael Jordan con los Chicago Bulls, antes de la disolución del equipo que marcó un precedente en la historia de la NBA.
A fines de enero, el “Juve” viajó a Rafaela para enfrentarse a Ben Hur, por la primera final de la Región Litoral Sur del Federal Amateur y Weissen se acercó al estadio de la “BH” para reencontrase con viejos amigos.
Allí, el dirigente Felipe Martínez Garbino aprovechó el momento e invitó al ídolo a que vaya a Gualeguaychú una semana después a la revancha, donde en la previa de ese partido (que terminó con la eliminación del Decano en los penales) fue homenajeado por el club y ovacionado por el público.
En su regreso a Rafaela, cargado de emoción y nostalgia, se le despertó un gran deseo, que reconoció a Ahora ElDía, donde además contó sobre la posibilidad concreta que tuvo de volver a Juventud Unida hace algunas temporadas y por qué no se dio.
“Este año decidí darme un descanso y no arrancar a jugar, tras haberlo hecho hasta diciembre en Peñarol (Rafaela), con quien disputé el Federal Amateur”, indicó sobre su actualidad en el fútbol.
“Después de tantos años de carrera, no tengo la misma motivación que antes. Aunque me quedó la espina de no poder regresar a Juventud y por eso todavía no le cierro definitivamente las puertas al retiro”, sorprendió.
Para Juani Weissen esa es una cuenta pendiente y el capitulo que le falta completar para ponerle fin a su novela futbolística y su historia de amor con el Decano de Gualeguaychú.
El delantero goleador reconoció que estuvo cerca de regresar al Juve y contó detalles sobre la posibilidad que se truncó con un llamado telefónico.
“Desde que me fui, siempre quise volver. Sentía que tenía que ser así y nunca se dio. Una sola vez tuve la chance concreta, que fue cuando volvió Beto (Acosta) como entrenador en 2020. Me llamó, me dijo que me quería y que arregle en mi trabajo (es empleado de una empresa de corredores viales) para ir a jugar el Federal A. Acordé un año sin goce de sueldo y me empecé a poner en condiciones con un preparador físico y una nutricionista para llegar bien a la pretemporada”, contó. “Pero a los pocos días el Beto se volvió a contactar conmigo y me notificó que se había caído”, agregó apenado.
Consultado sobre el motivo por el cual se cayó esa posibilidad concreta, expresó: “No tengo idea porque no se dio. Acosta tuvo una segunda reunión con la dirigencia para ultimar los detalles de mi llegada y ahí me bajaron. Pasaron un montón de situaciones en el medio, que al estar afuera no me podía defender. Se dijeron un montón de pavadas sobre mí, pero siempre tuve la conciencia tranquila. Cuando llegué a Rafaela, después de que logramos el ascenso al Torneo Argentino A, tenía un pasaje de avión para irme a jugar a Chile y decidí quedarme en Juventud. También tuve una oferta de Almirante Brown y prioricé seguir en el club. Me dolió no volver, pero ya ésta, soy de los que creen que las situaciones suceden por algo. Quiero mucho a Juventud y el hincha sabe el cariño y agradecimiento que tengo hacía la institución”, contextualizó sobre diferencias que tuvo con algunos dirigentes de aquel momento y que -según él- repercutieron en su imposibilidad de regresar al Decano.
Sin embargo, en su vuelta al club como espectador invitado, en la segunda final con Ben Hur, se le despertó un deseo. “Cuando fui la otra vez a la cancha, después de once años de ni siquiera ir a Gualeguaychú, me dieron ganas de entrar y jugar. Antes del reconocimiento que me hicieron, charlaba con Juan Olivera (entrenador y colaborador del club) y le reconocí mi deseo de volver y retirarme con esta camiseta”, afirmó.
“Sé que puedo ponerme bien físicamente si se da la oportunidad. El año pasado cuando jugué en Peñarol, hice una gran pretemporada y bajé cuatro kilos. Soy una persona que no fuma, ni toma, y sé que en pocos meses estoy en óptimas condiciones para jugar”, se ilusionó.
“Falta mucho para el próximo Regional y también tengo que analizar si puedo arreglar en mi trabajo esos meses sin goce de sueldo. Si surge la chance, será bienvenida. Sino iré a Gualeguaychú a visitar amigos y a la cancha a alentar al ‘Juve’ como hincha”.
Más allá de si se cumple ese último deseo, Juan José Weissen se muestra agradecido con el fútbol y con su carrera en el ascenso, que, entre otras satisfacciones, le permitió construirse su propia casa.