CAMBIANDO LA NARRATIVA
Inti Cabrera: “El humor me ayudó a atravesar el cáncer a pesar de que se piensa que es incompatible”
El 15 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma, un tipo de cáncer que afecta al tejido linfático de las personas. Como no es una enfermedad prevenible, la mejor manera que tenemos de detectarlo a tiempo es hablando de los síntomas y aprendiendo a abordar este tipo de situaciones.
Por Camila Mateo
Miranda Inti Cabrera tiene 21 años y fue diagnosticada con Linfoma de Hodkin hace un año, sin embargo, los síntomas aparecieron hace dos pero la falta de información y una interpretación médica errada llevaron a que ella no lo descubriera hasta el 2022.
“Recuerdo que en plena pandemia tenía un poco de dolor de cuello y los ganglios linfáticos inflamados, no le di mucha importancia porque para mí era un dolor normal. En ese momento estudiaba más de 12 horas por día en un contexto de encierro entonces lo tome como normal”, relata Inti, quien generosamente se animó a contar su experiencia con el cáncer.
Según cuenta recién pudo ser diagnosticada en 2022 a través de un estudio de sangre, sin embargo un año antes había acudido al médico por la molestia en el cuello.
“En el 2020 vi un médico, me hicieron un análisis de sangre y me dijeron que era mononucleosis y que ya se me iba a pasar, que era una infección que en dos o tres semanas los ganglios se desinflaman. Lo bueno es que antes de la pandemia me hacía chequeos de sangre cada año, entonces en 2021 cuando se empezaron a normalizar las cosas me hice un chequeo y ahí la médica me dice que tenía los glóbulos blancos muy altos. EL valor normal es de 4 mil a 11 mil yo tenía 22 mil que era un montón. Era la señal de que mi cuerpo estaba luchando con algo. En eso, se me dio por decirle que tenía un bulto axilar y nunca me voy a olvidar la cara de la médica. Me dijo que me iba a derivar con otros especialistas, fueron tres meses de estudios. Hasta que el hematólogo me dijo que lo único que podía hacer para saber que me pasaba era una biopsia, en 15 días tuve los resultados, y después hubo otros procedimientos para complementar el diagnostico, como el estadio en que se encontraba, que se hace a través de una tomografía”, informa Inti.
La palabra cáncer
Cuando los médicos supieron que era lo que le estaba pasando a la joven gualeguaychuense se lo dijeron con el nombre formal de la enfermedad: Linfoma de Hodkin.
Antes de ser diagnosticada, Inti se metió en internet y a través de él llegó a esta designación, pero no sabía que era un linfoma y de hecho no tenía necesariamente que saberlo, pero adentrándose en su investigación se enteró que era un tipo de cáncer. Por eso, cuando los médicos le hablaron con este término supo de qué se trataba.
“Yo creo que no lo dicen como para cuidar a la persona, a mí me cayó la ficha cuando me dijeron que el tratamiento probablemente iba a ser quimioterapia pero que eso lo iba a decidir el hematólogo, pero en ningún momento la médica mencionó que se trataba de un cáncer, tampoco recuerdo mucho eso, porque fue como en las pelis el momento del diagnóstico”, rememora.
Al respecto, señala que es un tipo de cáncer que suele darse en personas jóvenes aunque en el imaginario social la enfermedad está asociada con la adultez o la ancianidad.
En torno a la forma de hacer referencia al cáncer, Inti es muy crítica: “los medios de comunicación siempre hablan de que tal perdió la lucha contra el cáncer como si dependiera de la persona y te responsabiliza y eso modifica el modo en que uno lo transita. Yo antes del diagnóstico no le daba importancia al impacto que tienen las palabras pero cuando entré en este mundillo fui tomando conciencia”.
“Los medios deberían usar un lenguaje real y llamar a las cosas por lo que son. Siempre se habla de lucha, de una larga enfermedad. Yo hay cosas con las que no me identifico que es con la lucha, con la metáfora bélica que se utiliza muchísimo, la del guerrero y la guerrera. Por lo menos yo no lo veo como una guerra, para mí el cáncer es cáncer y lamentablemente no nos queda otra que atravesarlo. Igual es válido que algunas personas lo vivan como una guerra, pero yo creo que por ahí esto divide a los pacientes en perdedores y ganadores, y eso me parece algo cruel e inhumano”.
Por otra parte, Inti también hace referencia al positivismo tóxico que exhorta a las personas a sentirse todo el tiempo bien, cuando sentirse mal al atravesar una enfermedad es válido. “A mí me pasaba al principio que quería mostrarme bien todo el tiempo, y entendí que no podemos evitarle el malestar a los familiares y a las personas que te acompañan. Me pasaba que en terapia tampoco decía que me sentía mal, y tenía que ver con lo social, de mostrarme hasta con la terapeuta fuerte. Después entendí que el malestar no es como un anuncio molesto de YouTube que uno puede saltar sino que se tiene que transitar”.
En relación al proceso de quimioterapia, la veinteañera cuenta que no sabía de qué se trataba hasta que tuvo que cursar el tratamiento, para lo cual fue primordial el acompañamiento del personal médico del sector. Según su experiencia con la salud pública nunca le falto medicamentos y los enfermeros y terapistas que la acompañaban durante las sesiones hicieron que todo fue mucho más ameno.
“Uno empieza a tener menos temor cuando conoce la realidad y uno ya sabe que esperar y por lo menos en mi caso fui conociendo mi cuerpo, como iba reaccionando a los tratamientos y además hay mucha contención en oncología por parte del personal, lo mismo con los pacientes. Encontrar ese lugar de contención y escucha es muy importante porque hay cosas que con tu familia no podes charlar o quizás no te van a entender. Entonces es tranquilizador tener eses espacio donde hay una escucha activa y entendemos lo que es pasar un cáncer”.
El humor como herramienta
No hay una forma correcta o incorrecta de atravesar la enfermedad, ni un modo de ser paciente oncológico, en el caso de Inti Cabrera el humor fue un canal muy importante para transitar el cáncer.
“Por ahí el cáncer y el humor no es compatible socialmente. De hecho la gente ni siquiera se anima a hacerte un chiste, incluso cuando se habla de cáncer se cuidan de no nombrarlo o se usan eufemismos. El humor también es un mecanismo de defensa que a mí me ayudó muchísimo. De hecho, hay un montón de páginas de memes de cáncer y a través de esas páginas fui conociendo otros pacientes, también de Twitter y Tik Tok. Al principio me sentía mal porque sentía que era incorrecto hacer chistes con el cáncer hasta que descubrí que es normal y que muchos pacientes lo atraviesan con humor”.
En la actualidad, Inti está en un esto de remisión libre de enfermedad y para consolidarlo espera el trasplante de médula que en su caso se realiza con sus propias células, es lo que se denomina como autólogo.
Finalmente, Inti ansia que comience a cambiar la narrativa y el lenguaje que se utiliza para referirse al cáncer y que cada vez podamos asociarlo más a la curabilidad y a la supervivencia. Porque sí, es posible morirse de cáncer, pero también lo es curarse.