Homicidio de Benítez: Esperan los resultados de las pericias para elevarlo a juicio
Fernando Rubén Da Silva es el único acusado por el crimen de Dionel Benítez, ocurrido en la madrugada del miércoles 3 de abril. Actualmente se encuentra alojado en la Jefatura cumpliendo una prisión preventiva dictada, en principio, por 30 días. Se lo imputa por homicidio simple.
Carlos Riera
La causa no presenta mayores dificultades para la Fiscalía. Todos los elementos que se han reunido hasta el momento comprometen al acusado de 28 años, oriundo de Misiones y radicado en Gualeguaychú desde hace un largo tiempo.
Este joven fue atrapado poco después de conocido el hecho y tras el allanamiento realizado en su casa en la zona oeste de la ciudad, se remitió a Criminalística en Paraná elementos que fueron secuestrados en su domicilio y que guardan relación con el crimen.
Se trata de elementos probatorios que podrían a ser decisivos a la hora del juicio, como ser la ropa ensangrentada, de la cual se trata de establecer el grupo y factor para determinar si coincide con la de la víctima. Y por otro lado, se remitió a la capital provincial una muestra de sangre del acusado para confirmar si estaba alcoholizado, tal como se presume.
Una vez que arribe a Gualeguaychú toda esta prueba que se considera clave, sólo restará realizar la pericia mental del acusado, que es de rigor para todos aquellos imputados de delitos graves, que establecerá si está apto para ser sometido a un juicio oral. Tras ello se estará en condiciones de solicitar al Juzgado de Garantías la audiencia de elevación para que el Legajo pase a la órbita del Tribunal y se disponga una fecha para el debate.
Muerto a golpes
El hecho no tuvo demasiados ribetes para los investigadores. Se cree que el móvil se debió a una pelea que se fue de control por estar ambos bajo los efectos del alcohol. Pero lo que más llamó la atención fue la violencia a la que fue sometida la víctima, que murió como consecuencia de los tremendos golpes de puño sufrió en su rostro.
En un primer momento los investigadores creyeron, por el estado en el que estaba el cuerpo, que el agresor había utilizado una madera o un fierro para golpear repetidamente a la víctima. Pero tras la autopsia que practicó el médico forense Marcelo Benetti, esta teoría quedó descartada.
Benítez presentaba una desfiguración del rostro, con hematomas, múltiples heridas, los huesos fracturados y pérdida de piezas dentarias. Fue gracias a este análisis forense que se determinó que no se utilizó un objeto externo para golpear a la víctima, sino que fue con un elemento contundente y romo (plano y sin filo) como ser el puño. Pero además, esta hipótesis tomó mayor fuerza cuando en el examen médico realizado al detenido se constató hinchazón y otras lesiones en su mano derecha.
El forense detalló como causa de muerte una asfixia traumática. Esto no significa que el homicida estranguló a Benítez, sino que por los golpes la víctima pierde reflejos y entra en coma; y el edema provoca que la lengua se retraiga y origine la obstrucción de la vía aérea.
El sereno del complejo
El cuerpo de Benítez fue hallado tirado en la tranquera de entrada al complejo "Campos del Río", situado en la Calle 2 y el camino de desvío que se comunica con la ex ruta 42, en la zona del Camino de la Costa.
Dionel Benítez también era misionero y trabajaba como cuidador del complejo donde lo mataron. Fue hallado por un vecino, que casualmente fue una de las últimas personas en verlo con vida. Este hombre, que se convirtió en testigo clave del caso, contó a los investigadores que en la noche del martes 2 de abril se había reunido con Benítez en la cabaña que ocupaba en el complejo, "para comer y tomar algo".
Fue durante su visita que llegó un tercero a la reunión. Se trata de Fernando Rubén Da Silva, que habría mantenido una relación de amistad con la víctima, que se sumó a la reunión. Poco antes de la medianoche el testigo se retiró con la excusa que debía buscar a su hija y que al día siguiente debía trabajar.
Cuando a la mañana siguiente se despertó y llevaba en su moto a su hija, observó que en la entrada del complejo había un cuerpo tirado. Este testigo dio aviso a la Policía y a partir de allí se desplegó todo el protocolo judicial. Fue este hombre quien señaló a los investigadores el nombre y apellido del único imputado.
Respecto al móvil del crimen, se descartó por completo que se trate de un homicidio en ocasión de robo, porque no había signos de faltante de cosas en la cabaña ni signos de violencia. Todo hace presumir que tanto la víctima como el supuesto homicida, mantuvieron la reunión hasta la madrugada y posiblemente alcoholizados iniciaron una discusión que terminó en tragedia.
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