DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS
Gualeguaychú volverá a producir harina y premezclas para personas celíacas
La sede Gualeguaychú de la ONG Acela (Asistencia al Celíaco en la Argentina) llevó a cabo una demostración de molienda con el objetivo de dar a conocer a los vecinos la funcionalidad del molino instalado en el espacio del Mercado del ex Frigorífico. La meta de la organización es producir harina y premezclas sin Tacc para comercializar a través de una cooperativa que está en formación. De esta manera, buscan ampliar la oferta de alimentos de la comunidad celíaca de la ciudad.
El año pasado, Acela en articulación con la Facultad de Bromatología presentó un proyecto en el marco del concurso “Gualeguaychú Productiva”, a partir del cual obtuvo el primer puesto.
Al respecto, Karen Irigoytia, licenciada en Nutrición, becaria doctoral CONICET y co-directora del Proyecto “Agregado de valor a materias primas regionales sin Tacc con buenas características sensoriales y nutricionales”, explicó que el objetivo central de la propuesta premiada era la concesión en comodato de un espacio del Mercado del ex Frigorífico para la instalación de un molino para la producción de harinas y premezclas para celíacos.
El dinero obtenido del concurso fue utilizado para el acondicionamiento del espacio cedido por la gestión anterior para este fin y donde se realizó la demostración de molienda. Según contó María José Morán, actual presidenta de Acela, el molino fue adquirido a mediados de los años noventa y funcionó en algunas ocasiones en las instalaciones de la Facultad de Bromatología en calle 25 de mayo pero al trasladarse al nuevo edificio en el Polo educativo se quedaron sin espacio físico, lo que hizo permaneciera guardado, hasta ahora.
Un poco de historia
La sedelocal de Acela surge como respuesta a la falta de recursos y conocimientos que había en la ciudad con respecto a la condición de la celiaquía.
El matrimonio de Susana Mosto y José Morán fue el impulsor de la organización. Su historia vinculada a la organización surge cuando su hija mayor fue diagnosticada como celíaca. Este panorama llevó a la familia a mudarse a Buenos Aires, donde había mayor oferta de alimentos para hacer el tratamiento.
No obstante, 13 años después decidieron volver a Gualeguaychú y encontraron que no había cambiado en nada la situación de la ciudad. Por lo que optaron por traer una filial de Acela, que ya funcionaba en Buenos Aires.
A partir de esta iniciativa, una entrevista que le hicieron al matrimonio llegó a la decana de la Facultad de Bromatología, quien inmediatamente se contactó con ellos para que pudieran desarrollar la sede local en las instalaciones de la unidad académica.
De esta forma, desde sus orígenes surgió el intercambio y aprendizaje constante entre la comunidad celíaca de Gualeguaychú y la Universidad.
En este sentido, la academia tuvo y tiene un rol central en la investigación y búsqueda de soluciones para los gualeguaychuenses que conviven con esta condición.
Desde Acela, hace 30 años que brindan capacitaciones y talleres de cocina para enseñar la correcta manipulación de los alimentos y los diferentes productos sin Tacc, constituyéndose en actores de central importancia en la ciudad.
María Clara Melchiori, docente universitaria y extensionista, señaló: “Se editó un libro con recetas aprobadas que también está formato ebook y del cual se hizo distribución en la provincia. Luego, lo pudimos promocionar en el Consejo de Obras Sociales Universitarias de toda la República Argentina (COSUM), lugar donde lo compraron las obras sociales universitarias y lo distribuyeron entre sus asociados. Fue importantísima esa instancia porque nos dio a conocer en todo el territorio nacional”.
El rol de la ONG
A partir de la detección de necesidades generalizadas en la comunidad celíaca local, Acela y la Facultad de Bromatología trabajaron en conjunto para poder brindar soluciones. Esto llevó a que ambas instituciones pudieran crear el proyecto para la instalación efectiva del molino.
Esta propuesta surge de la realidad que diariamente deben afrontar quienes viven con esta condición y se encuentran con una oferta acotada y precios elevados.
Al respecto, Gimena Blanco, gualeguaychuense diganosticada con celiaquía, indicó que “el costo para personas celiacas es alto, siempre caen en la realidad de comer frutas, verduras y carnes, que es misma canasta que el resto de la población, pero para comprar un pan ya elaborado, el precio promedio no baja de los dos mil pesos. Las ofertas en estos productos escasean y si hay descuentos solamente recaen en las tostadas de arroz. En Gualeguaychú tenés que recorrer mucho para conseguir alimentos sin Tacc”.
Producción local
A partir de la obtención del primer puesto en el concurso “Gualeguaychú Productiva”, Acela recibió $4.250.000 para acondicionar el espacio cedido en comodato por parte del Municipio y la actualización de medidas de seguridad del molino que allí funcionará. En este sentido, uno de los objetivos principales es la generación de alimentos de menor costo a los que se consiguen en el mercado.
El espacio destinado para la molienda de granos todavía no está habilitado y resta la conformación de la cooperativa de trabajo que comercializará los productos que se elaboren, ya que Acela, al ser una ONG no tiene fines de lucro.
No obstante, es importante resaltar que gracias al trabajo comunitario de años, sostenido por quienes integran la ONG y quienes colaboran desde el sector académico, la ciudad está cerca de resolver uno de los grandes inconvenientes que enfrentan los gualeguaychuenses que viven con celiaquía.
En esta dirección, Karen Irigoytia, co-directora del proyecto, destacó que “estos avances se utilizarán para producir y comercializar a futuro, harinas sin Tacc que aporten nutrientes que son normalmente deficitarios en una dieta celíaca, como por ejemplo fibra dietaria, hierro, calcio, y vitaminas D, B12 y B9”.
Y continuó: “Conformamos un panel sensorial de expertos con consumidores que presentan patologías asociadas a la ingesta al gluten para identificar atributos sensoriales específicos (color, olor, sabor y textura) en harinas Sin TACC integrales locales y regionales a base de cereales, pseudocereales y legumbres, con la finalidad de obtener perfiles sensoriales que garanticen su aceptabilidad en la comunidad e incorporación en recetas tradicionales para mejorar el perfil nutricional de las mismas”.
Además, una vez que esté habilitado el lugar y conformada la cooperativa, se generará una triple articulación entre la ONG, la Universidad y los proveedores locales de materia prima, generando un triángulo de intercambio y asesoramiento mutuo con el fin de continuar desarrollando harinas y premezclas que engrosen la pobre oferta alimentaria que hoy encuentran las personas con celiaquía en la ciudad y generando nuevas oportunidades laborales para la comunidad.