ENCUENTRO NACIONAL EN GUALEGUAYCHÚ
Gollán apuntó a las ganancias extraordinarias de la industria farmacéutica: “Se están llevando el 40% del gasto en salud”
El diputado nacional del Frente de Todos y ex ministro de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, se refirió a la necesidad de ordenar el sistema sanitario. Lo hizo antes de compartir el cierre del IX Encuentro Nacional de Salud con Máximo Kirchner, Martín Piaggio y Nicolás Kreplak, entre otros.
Luciano Peralta
“No es un encuentro en el que nos juntamos a charlar sobre determinada enfermedad o especialidad médica, se trata de juntarnos para ir construyendo un modelo de salud diferente al que tenemos hoy. Y para eso es necesario escuchar mucho y dar participación a vastos sectores de la sociedad y actores del sistema de salud, porque nuestro país es muy grande y diverso, y si bien hay conceptos generales, la aplicación de esos conceptos muchas veces tiene que ver con la realidad específica de cada lugar”, expresó el diputado nacional (FdT) y ex ministro de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, en una charla que mantuvo con Ahora ElDía. Y aclaró que “el objetivo es, por un lado, seguir construyendo los pilares legales, las leyes, que procuren mejorar el sistema de salud y, por otro lado, seguir dándole participación a diferentes sectores y actores, porque los cambios se tienen que dar con el concurso de mucha gente entendiendo cuáles son los problemas para poder modificarlos”.
- ¿Qué implica que en Argentina no hay una ley de salud a nivel nacional?
- Son pocas las provincias que cuentan con una ley general de salud, se tiene muchas leyes diversas vinculadas a la salud, pero sin una que las contenga. Esto demuestra la debilidad que tiene el sistema sanitario, porque que esté tan fragmentado, tan dividido y desorganizado en términos de la posibilidad de gobernarlo es un problema que trae consecuencias. Tener el gobierno de un sistema implica poder fijar cuáles son las metas de salud más importantes y generar todas las estructuras para que esas metas se puedan cumplir. Pero para eso necesitamos un gobierno más fuerte del que hoy le podemos dar desde el Concejo General de Salud, y a eso hay que darle una encarnadura legal. No sólo una ley, por ahí un paquete de cuatro o cinco leyes.
- ¿Cómo cuáles?
- Ya hemos empezado a abordar algunos temas prioritarios, como el tema de los medicamentos, que se están llevando el 40% del gasto total en salud. Y lo llamo gasto porque cuando esa plata va a fines que no son para la salud, sino que son para generar rentas extraordinarias, deja de ser una inversión para ser un gasto. Hace apenas unos años este porcentaje no llegaba al 20%. Entonces, después, cuando no tenemos dinero para buenos salarios, para pagar un buen nivel de atención primaria, cuando no tenemos recursos para insumos, es porque hay un sector que se está llevando esos recursos. Son sectores que, a partir de la desorganización del sistema, han logrado posiciones dominantes, a veces oligopólicas, y desde ahí extraen muchísimos más recursos de los que deberían.
- ¿Cómo explicarías este gasto del 40% con un ejemplo?
- Pensemos en una obra social, que tiene un gasto que se compone de medicamentos, tecnologías médicas, aparatología, la fuerza laboral, etc., etc. Si esa obra social tiene 100 pesos y debe destinar 40 a los medicamentos, cunado hace un tiempo atrás eran 15 pesos, se desfinancian los salarios, la infraestructura, etc.
- ¿Por qué sucede esto?
- Porque hay un sistema desorganizado. Pasa lo mismo con las intermediaciones innecesarias que ha generado este sistema de salud. Actualmente, si un trabajador con obra social opta por cambiarse a una empresa de medicina prepaga está pagando hasta cuatro o cinco sistemas de administración para que le brinden una prestación de salud.
- ¿Cómo sería eso?
- De ese dinero que aporta, una parte va a la obra social; si opta por la empresa de medicina prepaga más grande del país, no quiero dar nombres, esta no tiene prestadores propios (hospitales, clínicas), por lo cual tiene u sistema de administración enorme conformado por 75 empresas que a su vez tienen su propio sistema de administración y, por último, el profesional individual que atiende en su consultorio cuenta con una persona administrativa. Entonces, ese dinero que debería ir a atención y promoción de la salud, se gasta en cinco sistemas administrativos. Y cuando decimos que Argentina invierte 45 mil millones de dólares en salud, en realidad hay que ver cuánto realmente llega a prestaciones de salud.
- Habla de la ineficiencia del sistema…
- Sí, y esto tiene muchísimas aristas. Nuestro sistema pone el foco en curar la enfermedad y no en prevenirla. Te pongo un ejemplo: el 40% de la población argentina va a tener algún tipo de hipertensión arterial, la mitad de esa población va a debutar con algún síntoma sin saber que es hipertensa, porque ni siquiera se controla. De quienes sí se controlan, la mitad de esos controles son malos o no tienen continuidad en el tratamiento. Después los atendemos cuando ya tienen el accidente cerebrovascular, los problemas cardíacos, coronarios o renales. Eso se paga caro en salud y se paga caro en dinero. Pero también hay otros problemas, como las leyes que están vigentes y no las cumplimos…
- ¿Cómo cuáles?
-Nosotros tenemos una Ley de Prescripción por Genéricos que, si la cumpliéramos a rajatabla, si pudiéramos lograr que los y las médicas que prescriben medicamentos prescriban las marcas más económicas, con ese dinero que nos ahorraríamos, que puede llegar a los 1500, 2000 millones de dólares, sostendríamos prácticamente todo el sistema de atención primaria para toda la población, para el sector público y para el privado. Los medicamentos son todos los mismos, entonces, si nuestros médicos prescribieran los medicamentos más baratos esto impactaría hasta en el salario del propio médico, por el ejemplo que te daba de la obra social.
- ¿Por qué pasa esto? ¿es un problema de conciencia o de intereses creados?
-Hay de todo, pero yo te puedo asegurar que hay un mito que dice que los médicos que prescriben las marcas más caras de los medicamentos masivos se la pasan viajando por el mundo. Y, en realidad, la mayoría de los médicos los recetan porque el visitador médico les da la propaganda, un recetario o una birome, son poquitos a los que les pagan congresos para ir a hoteles muy lindos en el extranjero. Entonces, lo que nosotros les tenemos que decir a los profesionales que hacen esto que, por una birome, están enriqueciendo a los laboratorios y se están bajando su salario. Eso es lo que hay que entender.
-Estamos de acuerdo que el sistema funciona mal, ¿qué experiencias puede mirar Argentina para cambiarlo?
-Nosotros tenemos una situación bastante particular. Nacimos con un sistema de salud muy fuertemente, gobernado, financiado y prestado por el Estado. Pero el sistema se fue degradando cada vez más y hoy la lógica que impera no es la del Estado que, más o menos, garantiza equidad en el derecho, es la lógica del mercado, que jamás va a lograr equidad. Actualmente, nuestro sistema está débilmente articulado por el Estado en algunas prestaciones de salud, pero todo el resto de los sectores que son parte compiten bajo las normas del mercado.
- ¿Cómo se revierte esta realidad?
- Generando organización y conciencia en la sociedad, ese es uno de los ejes de estos encuentros nacionales de salud. Sirven para concientizar, para que cada persona que esté presente sea propagadora de estas ideas y le dé más fuerza al proyecto político que las vaya a ejecutar. El poder del Estado representa un 20, 25% del poder real, el resto se transforma con organización ciudadana, otra alternativa yo no le veo.