¿NOSTALGIA DEL PASADO O UNA NECESIDAD PARA EL FUTURO?
Fiesta del Pescado y el Vino 2025: entre la desaparición y una organización mixta o totalmente privada
La suspensión del evento a fines del año pasado sumergió su futuro en un panorama de incertidumbre sobre regreso y, en caso de que se realice el verano que viene, qué formato tendrá, qué rol tendrá el Municipio y si abrirán el juego a una productora para que se haga cargo de la organización. Los prestadores turísticos rescatan la importancia del evento y el derrame económico que generaba en el sector, sin embargo también reconocen que el contexto y las arcas públicas no son las mismas que antaño.
A lo largo de seis veranos, la primera semana de enero fue sinónimo de la Fiesta y el Pescado y el Vino. La primera fue en enero de 2017, la cual contó con dos noches, tuvo cuatro puestos de comida y tocaron Víctor Heredia y Peteco Carabajal; y terminó siendo un evento de cuatro noches, con un multitudinario concierto de Abel Pintos y que por primera vez contó con la transmisión de Festival País.
Fueron dos las ediciones que no se realizaron: la de 2021 por culpa de la pandemia de Covid-19 y la de 2024, suspendida al asumir el intendente Mauricio Davico debido a que el contexto de crisis económica reinante en todo el país y multiplicada con las primeras medidas del presidente Javier Milei imposibilitaron al Ejecutivo local hacerse cargo de la organización del evento con fondos públicos.
Desde ese momento, el futuro de la Fiesta del Pescado y el Vino entró en un limbo. Algunos sectores reclaman por su regreso, ya sea en el formato tradicional gratuito o reviendo el modelo de negocio, otros indican sobre la importancia turística y cultural del evento, mientras que otras voces más pesimistas hablan de que el festejo que se realizaba la primera semana de enero terminará pasando al olvido (por lo menos en el corto y mediano plazo).
La reformulación de la Fiesta
Creada durante la primera gestión del intendente Martín Piaggio, la Fiesta del Pescado y el Vino apostó por la gratuidad del evento, haciendo del mismo un espacio para disfrute de los vecinos, un tractivo extra para incentivar el turismo y que, de esta manera, se produzca en consecuencia un derrame económico indirecto en beneficio de toda la comunidad.
Estos parámetros siguieron inmutables a lo largo del tiempo, aunque en los últimos años se produjo una especie de apertura de juego hacia los privados en la búsqueda de sponsors que acompañen al Municipio en la realización de la fiesta. Sin embargo, y a pesar del acompañamiento de algunas marcas o patrocinadores, el gran costo de la organización seguía cayendo sobre los hombros del Ejecutivo, sobre todo en lo que respecta a la contratación de los artistas, que año a año se superaban en calidad y popularidad.
“Creo que turística y culturalmente la fiesta es muy importante, y que a Gualeguaychú le sirve”, sostuvo al respecto la expresidenta del Consejo Mixto de Turismo Pía Gavagnin, quien tuvo a su cargo la organización de las últimas ediciones. “La cuestión de la gratuidad siempre estuvo en cuestión. Lo que pasa que al momento de ponerse uno a evaluar si conviene cobrar una entrada simbólica, la Municipalidad tiene que tener una estructura administrativa muy compleja. Desde personas que se encarguen del cobro de las entradas hasta la colocación de puntos de ventas, todo esto es parte de una logística necesaria para hacer esto”, agregó.
En este contexto, un cambio en el paradigma de la gratuidad podría ser una alternativa para que la Fiesta del Pescado y el Vino pueda volver a realizarse. De hecho, varias fiestas nacionales y provinciales cuentan con un sistema de cobro de entradas –en algunos casos simbólicas y en otros con costos más elevados– o con sectorizaciones del predio (plateas, mesas, palcos o un campo VIP) que para acceder a ellos se debe abonar un diferencial monetario. En otras palabras: pagar por comodidad, cercanía al escenario o más espacio libre.
Otra de las alternativas que existen para que la Fiesta del Pescado y el Vino continúe siendo gratuita es, precisamente, realizar una buena venta de espacios publicitarios y marcas que acompañen el evento. Con una productora ajena al Estado que se encargue de buscar a los sponsors se podrían subsanar los costos del evento. No deja de ser un modelo muy diferente con el que hoy en día se financia el Carnaval del País, sólo que en este último evento también ingresas fondos con el cobro de entradas además que con lo que aporta la productora publicitaria.
Otro de los sistemas posibles para la realización de la Fiesta y el Pescado y el Vino es uno que, inclusive, se evaluó desde un principio. “Mi idea original fue un sistema mixto, y el mismo lo tomé del sistema que tiene la Fiesta del Ternero que se hace en Feliciano”, explicó a Ahora ElDía Manuel Paco Lazo, conductor histórico de la fiesta de Gualeguaychú, quien inclusive registró la marca del evento y luego cedió los derechos al Municipio.
“Lo que se hace en Feliciano es armar una platea con 5.000 o 6.000 localidades y estas se venden. Y detrás hay un cerramiento, pero que no es ciego, en donde se ubican todas las personas que no pueden o quieren pagar la entrada, pero que pueden ver todos los números artísticos lo más bien. Sin embargo, los que quieren estar más cómodos, sentados y con servicios extras pueden comprar un ingreso a este lugar”, ejemplificó Lazzo y agregó: “Yo creo en un sistema mixto, pero que la municipalidad no resigne ese patrimonio cultural”.
La postura de la gestión Davico
Dependiendo de con quien se hable, las posturas difieren sobre la realización de la Fiesta del Pescado y el Vino el verano que viene. Mientras que algunos admiten por lo bajo que algunas productoras acercaron propuestas para resurgir el evento de alguna manera mixta o totalmente privada, desde otros sectores descartan la realización misma de plano, por lo menos por ahora.
En este sentido, el subsecretario de Cultura, Deportes y Juventud Luis Castillo sostuvo hace unos días que “no se puede seguir alimentando la nostalgia. Hay que dar vuelta la página, van a aparecer otras ofertas superadoras al Pescado y el Vino” y además agregó que desde el Municipio trabajan en “distintos proyectos para el año que viene. No podemos seguir llorando sobre la leche derramada”.
Por su parte, el actual presidente del Consejo Mixto Fernando Zubillaga sostuvo que “hoy en día todo es materia de conversación y que no hay nada definido. Por un lado está la decisión la voluntad política de hacerla o no. En el Municipio hoy no está todavía claro si se va a hacer. Ahora, lo que sí está descartado es que vuelva a ser el viejo formato de 100% con fondos públicos. Eso está descartado”.
Según informaron fuentes a Ahora ElDía, son dos los grupos privados que acercaron propuestas al Municipio para realizar las próximas ediciones de la Fiesta del Pescado y el Vino. Una de ellas sería en formato mixto y la otra buscaría la privatización total del evento, haciéndose cargo en su totalidad de todos los costos para realizar un festival con entradas pagas.
Si terminara siendo el último caso, ¿qué diferencia habría entre realizar acá una versión del Primavera Sound o el Lollapalooza sólo que con el nombre de Fiesta del Pescado y el Vino? Cómo mínimo, muchos opinan que se perdería uno de los valores del evento, como lo es el acervo cultural del mismo.
La opinión de los prestadores
Oscilando entre la necesidad de que regrese la Fiesta del Pescado y el vino y la consciencia de que un evento de esa magnitud sería un golpe a las arcas municipales en un contexto en que no están bajando fondos ni de Nación o Provincia, muchos insisten en que hay que buscar alternativas.
“Yo soy un defensor total de la Fiesta del Pescado y el Vino, lo que tracciona, no solo en el sector empresarial, sino todos los puesteros que vendían, era muy bueno para la ciudad. Yo lo que si puse en tela de juicio fue la gratuidad. Para mí tendría que haber una platea con algunas entradas para quien puede pagar y que el resto sea gratuito. Yo fui a ver a Abel Pintos y hubiera pagado”, apuntó en este sentido el empresario gastronómico Agustín Rosado.
En un sentido parecido se expresó la empresaria hotelera Marisa Yabrán: “Hemos charlado mucho sobre esto con colegas del sector y coincidimos con varios en que la fiesta es buena, aunque por ahí para la hotelería la fecha no es la ideal. El tema de esto es la gratuidad y que sea el Estado el que pague todo sin que reciba nada económico a cambio. Por ahí hay otras prioridades para que el Estado ponga el dinero. Se podría hacer algo mixto entre el Estado y el privado; o del Estado solo, pero cobrando un abono, un ingreso o como se quieran llamarlo. Hay un montón de ejemplos de fiestas populares que son gerenciados por el Estado”.
Lo cierto es que es una constante dos hechos: por un lado de que no puede ser todo absolutamente gratuito, pero por el otro de que de alguna u otra forma, la Fiesta del Pescado y el Vino debe volver, ya sea con otro formato, con una versión más minimalista, con una apuesta mayor, con otro modelo de negocio o inclusive en otra fecha, pero volver al fin.
Mientras tanto, desde el Municipio queda clara la postura de que apuestan a la realización de eventos que no carcoman las arcas municipales, dejar en manos de privados toda producción de evento que atraiga a turistas de todas partes a dejar dinero en la ciudad. Ejemplo de esto son la realización en el segundo semestre del Ironman en octubre, el La Costa Show Car a fines de noviembre y el regreso de la Expo Moto a comienzos del anteúltimo mes del año. Todos eventos de productoras privadas, con un costo de ingreso al mismo y que atraen seguidores de todos los rincones del país. Una apuesta válida que podría aplicarse con la Fiesta del Pescado y el Vino en caso de que alguien esté dispuesto a acompañar al Municipio en la puesta en marcha de las futuras ediciones.