Exitoso inicio del Carnaval del País
Ante un lleno total como viene sucediendo en las jornadas inaugurales del Carnaval del País, se inició anoche su edición 2009. Con las demoras casi naturales, propias de estas noches de estreno, aunque no las terminamos de digerir, al filo de la medianoche recién el espectáculo se puso en marcha.o
Previamente y como es ya tradicional antes del clásico corte de cintas, se concretó el homenaje a un dirigente fallecido imponiéndole su nombre a la edición anual del carnaval. Esta vez correspondió honrar la memoria del Dr. Emerio Salim Abraham a quien justamente pertenece el hallazgo de la denominación “Carnaval del país”.
En la ocasión quedó inaugurado el nuevo sector VIP que cubre todo el sector de la Casa de La Estación y viene a llenar una necesidad marcada por la demanda de una franja del público.
Entre las personalidades cuya presencia detectamos, además del Intendente Bahillo, el Senador Guastavino, el Diputado Benedetti, el Intendente de Colón Hugo Marsó; pudimos registrar la presencia de Pipo Pescador, Ciudadano Ilustre de Gualeguaychú quien siguió atentamente el paso de las comparsas.
David Nalbandian en cambio, esta vez no se limitó a su ya acostumbrada presencia como espectador, sino que, integrando un trío con sus amigos Diego Rodríguez y Titi Pauletti, participó activamente desde la carroza de los músicos de Papelitos.
Como se recordará, Titi hace unos meses le dedicó a David el tema musical “El Rey David”. También detectamos, entre otros muchos asiduos concurrentes de nuestro carnaval, al empresario de una conocida marca de ropa, que disfruta plenamente de la fiesta y concurre con frecuencia.
No hubo incidentes, el clima aportó lo suyo y finalmente el carnaval se largó con todo. La imponente apertura de Mari Mari con su bastonera Teresita Pighetti, más una Comisión de Frente impactante y la carroza consagrada a Tupá predispuso al publico para el nivel de lo que iba a presenciar. El resto no hizo más que ratificar su rica trayectoria. Seguidamente Papelitos se encargó de develar la expectativa que había creado. Y no decepcionó; por el contrario, la ingeniosa representación del “carnaval” de todos los días en la sociedad actual, a través de los elementos emblemáticos del corso tradicional, con mensajes contundentes y a la vez con gracia ocurrente fue cálidamente recibida por las tribunas.
En el cierre Kamarr con su relato de la princesa Dasha que buscando destruir un maleficio recorre sitios emblemáticos del lejano Oriente, reproduce y destaca con acierto elementos centrales de aquellas culturas. Por otra parte, se percibió que era la más completa en su primera presentación.
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