EDUCACIÓN
¿Existe hoy en las aulas la diversidad socioeconómica?
Más de una vez escuchamos decir: “En mi época, a la escuela pública iba desde el hijo del obrero hasta el hijo del empresario”. Esta semana, Argentinos por la Educación publicó el informe “Desigualdad social, ¿desigualdad en las aulas?, para dar respuesta a estas preguntas: ¿Es verdad que antes había diversidad socioeconómica y ahora no? ¿La diversidad en las aulas incide en los aprendizajes? ¿Ocurre lo mismo en las escuelas privadas que en las públicas?
Cuando analizamos si los estudiantes se mezclan en las aulas, nos estamos preguntando si hay “segregación escolar”. Se trata del fenómeno socioeconómico en el que los alumnos se ubican en las escuelas de acuerdo a sus recursos económicos. Es decir, si la población estuviera 100% segregada, estaríamos diciendo que existen únicamente escuelas para chicos de niveles socioeconómicos altos, o escuelas para chicos de niveles socioeconómicos bajos. El tema en cuestión es que la escuela debería jugar el rol de igualadora de oportunidades, y no profundizar las diferencias que los niños traen de sus hogares. Si las escuelas están segregadas, como sociedad estaríamos retroalimentando un ciclo de trampas de pobreza e impidiendo la movilidad social ascendente que la escuela debería generar.
Las investigaciones muestran que rodearnos de personas distintas favorece la educación en el respeto y la igualdad, lo que permite a los estudiantes comprender, socializar y desarrollarse en el mundo. A su vez, hay evidencia de que rodearse de personas distintas podría tener efectos positivos incluso en los aprendizajes. Una sociedad más justa e igualitaria, tiene que empezar en las aulas, para que después se traslade a la sociedad. La convivencia de distintos niveles sociales ayuda a los sectores más vulnerables, pero si pertenezco a los estratos más ricos, ¿me conviene que mis hijos vayan a escuelas más mezcladas?
En Argentina, hay diversidad socioeconómica en las escuelas estatales urbanas, seguidas de las privadas subvencionadas. Esto ocurre menos en las escuelas estatales rurales y privadas sin subvención. Es decir, en los extremos de pobreza o riqueza es más difícil que se mezclen alumnos de diferentes niveles socioeconómicos.
Además, el 35% de la segregación existente en argentina se da por la división de tipos de gestión escolar, el hecho de que exista la escuela privada produce una discriminación por el precio dado que hay personas que no van a poder pagar la cuota. En efecto, esa separación de tipo de gestión es responsable de un tercio de la segregación en Argentina.
Para medir el nivel de segregación escolar utilizamos una medida convencional en este tema: el Índice de Disimilitud. El mismo se interpreta como la proporción de estudiantes del 25% más pobre de cada provincia que debería ser transferido a otra escuela para que todas las escuelas tengan la misma cantidad de alumnos de nivel socioeconómico bajo (NSE).
A nivel país, en Argentina para el año 2021, habría que transferir al 41% de los alumnos de NSE bajo a otra escuela para lograr la distribución homogénea de los estudiantes entre los distintos establecimientos. A nivel provincial, esta proporción es mayor en CABA (48%), Santa Fe (44%), Mendoza (43%), Buenos Aires (43%) y Córdoba (43%), justamente en las provincias con mayores proporciones de matrícula privada.
Cuando nos comparamos con la región, vemos que Argentina se ubica en el espectro medio de segregación, no somos de los países más mezclados ni más segregados.
De todas maneras, con el paso del tiempo, la misma fue subiendo poco a poco lo cual invita a reflexionar: Si no hacemos algo al respecto, la segregación podría seguir aumentando y la escuela dejaría su rol de igualadora social. En búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria, este problema nos debe preocupar para no terminar con una población cada vez más segmentada.