JULIO SIN PLÁSTICOS
Eugenia Ermácora, la gualeguaychuense que está comprometida con la limpieza y la preservación de los mares
Está al frente de la ONG “Surfrider”, en Estados Unidos, la cual tiene el objetivo de concientizar y preservar los océanos de la contaminación y la polución que provoca el plástico. Radicada en California desde hace años, contó que su conciencia ambiental está inspirada por la lucha contra las papeleras, que tanto marcó a nuestra comunidad. Una vida de película que no sólo la llevó a encabezar una lucha ecológica y a ser homenajeada por la NBA sino también a conocer los entretelones de Hollywood.
Desde 2011 se lleva a cabo la campaña ambiental “Julio sin Plástico”, la cual consiste en crear conciencia sobre el impacto que tiene el consumo diario de este material en el planeta. Cada año, la consigna es la misma: por todo el mes, elegir un plástico para eliminar de la cotidianeidad.
Además, la iniciativa coincide con que el 5 de julio es considerado como el día en el cual más sucias están las playas debido a la celebración de la Independencia de los Estados Unidos, festejo que en estados como el de California se suelen realizar a orillas del mar. Por lo tanto, las personas dejan gran cantidad de basura en la arena e incluso en las aguas. Es por esto que la ONG Surfriders LA tiene tanto trabajo durante este mes.
Hace un año que la gualeguaychuense Eugenia Ermacora está al frente de la organización sin fines de lucro que protege e incentiva el disfrute de mares y océanos del sur de California. El camino que la llevó hasta el lugar en que se encuentra fue muy largo y tuvo varias curvas, pero tiene su punto de inicio en nuestra ciudad.
La surfista y proteccionista hizo parte de la primaria en la Escuela Rocamora y el resto en la Escuela Normal Olegario Víctor Andrade (ENOVA). La secundaria la cursó en Buenos Aires, donde su familia entera decidió mudarse. Sin embargo, nunca se fueron del todo: “Quedamos muy arraigados, seguimos teniendo la casa allá y, yo me escapaba todo lo posible a Gualeguaychú y pasaba los veranos enteros allá. Toda mi adolescencia la viví entre los dos lugares”, rememoró.
Su conexión con la ciudad fue lo que le permitió entablar desde muy joven un vínculo con la naturaleza: “Mi papá fue el fundador de los Boy Scout de Gualeguaychú, y de parte de mi mamá vengo de una generación de nadadores. Desde pequeña tuve un amor y respeto muy especial por la naturaleza. También tuve muchas posibilidades de viajar al mar argentino, uruguayo y brasileño. El mar siempre fue un lugar que me trajo muchas alegrías”.
Eugenia cursó la carrera de Diseño Textil en la Universidad de Buenos Aires y a los 24 años comenzó a viajar. En uno de esos viajes, comenzó a estudiar inglés en Colorado, Estados Unidos.
“Después, se dio que tenía amigas muy cercanas de la secundaria que se habían mudado a Los Ángeles, y cuando vine me enamoré de la naturaleza, de la geografía y del lugar”, relató Ermacora, quien desde ese momento decidió establecerse en el sur de California.
Historia de una lucha ambiental
Su amor por el mar, la llevó a involucrarse en todos los deportes acuáticos y en 2018 empezó a surfear, lo que la llevó a sumarse a la ONG Surfrider LA: “Ahí empecé a entender un poco más la situación y a educarme sobre la polución de plásticos. Tenía un poco de consciencia personal al respecto, pero no sabía que se podía hacer, a pesar de que tenía un conocimiento muy grande gracias a la lucha en contra de las papeleras que se llevó adelante en Gualeguaychú”, manifestó.
A medida que fue interiorizándose en el tema, más se comprometió y sensibilizó sobre las consecuencias de la contaminación, ya que lo empezó a sentir como un compromiso propio. “Cuando me di cuenta que tenía una relación tan profunda con el agua ya que crecí yendo a acampar a Ñandubaysal, y como todos pueden ver, el agua de ahí ya no es la misma que era entonces. Me encantaría que las generaciones futuras pudieran disfrutar de eso de la misma manera que lo hice yo, porque me marcó mucho poder disfrutar de la naturaleza, en donde estamos constantemente”.
Al comienzo, Eugenia comenzó en la ONG como voluntaria, pero hace un año que preside la entidad, cuyos objetivos son la protección y el disfrute de los océanos, el mar y la playa.
“Julio es muy especial porque acá estamos en pleno verano y el tema de la limpieza de las playas es parte de nuestro esfuerzo en la reducción de la polución de plástico. El 5 de julio está considerado como el día más sucio de las playas en el año. En el reporte que lanzamos a nivel nacional, el 86% de todos los artículos recogidos en las playas fueron plásticos de un solo uso, uno de los problemas en los cuales hacemos mucho hincapié, porque no se degrada y se convierte en un microplastico que afecta la salud humana y de los animales ya que empieza a ser ingerido. Se estima que ingerimos el tamaño de una tarjeta de crédito por semana en micropláticos, por eso tratamos de generar conciencia”, ilustró la presidenta de Surfrider.
En esta línea, Eugenia estimó que este año se triplicó el volumen de basura recolectado con respecto a 2023, que fue de más de 45 mil kilos.
“Sabemos que no vamos a limpiar el mundo, pero creemos que es una iniciativa positiva que las personas limpien las playas porque pueden relacionarlo con el día a día de sus vidas. El ver un envoltorio de algo que compran todos los días tirado en la playa genera una conciencia distinta”, afirmó.
Cambios en la legislación y una buena iniciativa para Gualeguaychú
Como parte de las múltiples acciones de protección y preservación de playas, mares y océanos, Surfrider también apunta a crear normativas que contribuyan a solucionar la problemática de los plásticos.
“Hemos conseguido muchos logros en Los Ángeles en materia ambiental. Pudimos pasar una legislación mediante la cual los restaurantes están obligados a preguntar si los clientes quieren o no los utensilios de plástico y los condimentos, porque muchas personas no los necesitan y terminan tirándolos. El hecho de que consulten es muy importante porque está comprobado que no solo ayuda al medio ambiente sino también al negocio en la reducción de sus gastos”, explicó sobre el proyecto que también podría tomarse en consideración en nuestra ciudad.
Eugenia expresó que tiene muchas ganas de realizar alguna actividad ambiental en Gualeguaychú: “estoy muy orgullosa del trabajo ecológico que se ha hecho en la ciudad. De hecho, en 2018 hice 3 certificaciones en California, y había un curso en el que estábamos tratando el tema del reciclado y presenté como ejemplo lo que se estaba haciendo en el Eco Parque porque me parecía muy bueno. Pero me gustaría llevar a cabo alguna acción que involucre al río Gualeguaychú y Uruguay”.
La gualeguaychuense no solo lleva consigo el amor por la naturaleza que aprendió de su ciudad natal, si no también ciertos hábitos que la hacen sentir un poco más cerca.
“Tomo mate todos los días, me gusta hacer mate de yuyos y me encantaría dormir la siesta, pero acá son otros los ritmos. Crecí al lado de la panadería de mi abuelo, así que para mí todo lo que es panificación me conecta mucho con Gualeguaychú y con mi familia. Hay una panadería argentina que tengo a 15 minutos de mi casa, donde preparan facturas y sanguchitos de miga. ¡Todo muy argentino! Soy fiel a esa panadería y siempre que comienzo a extrañar me compro algo ahí porque me hace sentir más en casa. También algo que hago cuando puedo y, que es muy de Gualeguaychú, es agarrar el mate, la reposera e ir a la playa, como hacen muchas personas allá, aunque acá sea en el mar”, narró sobre sus rituales.
Reconocida en la NBA
A fines de marzo, Eugenia Ermacora y otras dos voluntarias fueron destacadas por el equipo de basquet “Los Ángeles Clippers”: A través de las pantallas gigantes instalada en la cancha se mostró el trabajo que llevan adelante y fueron “ponchadas” las tres proteccionistas.
“Uno de los programas que tenemos está dedicado a que los chicos de menos recursos que viven lejos de la playa puedan aprender a surfear. El año pasado instruimos a 150 chicos, de entre 4 y 16 años. Muchos de esos niños nacieron y se criaron en Los Ángeles, pero no conocían el mar. En este contexto, los Clippers tienen un programa que reconoce el trabajo comunitario, como esta tarea que realizamos. Fue por eso que nos ofrecieron este reconocimiento. Todo esto permitió mostrar también la labor ambiental que hacemos y pudimos visibilizar el cuidado del océano a una audiencia muy diversa. Fue muy lindo, y jamás me imaginé la repercusión que eso iba a tener. Por ejemplo, todos mis sobrinos juegan al básquet en Gualeguaychú, y estaban fascinados”, recordó sobre esa experiencia.
Además, agregó que la repercusión que tuvo el reconocimiento generó que se cree una comunidad de gualeguaychuenses en Los Ángeles: “Recibí muchos mensajes de personas con las que hacía mucho que no hablaba y reconecté. Al estar lejos es como un abrazo a la distancia. A Gualeguaychú lo llevo en el corazón. Soy muy gualeguaychuense, fanática de Marí Marí porque crecí a la vuelta de Central Entrerriano, por lo que voy al club y estoy en mi casa”.
Finalmente, Ermácora volvió a poner énfasis en que hoy su vida pasa por el cuidado del medio ambiente, por preservar para las futuras generaciones todos los beneficios de la naturaleza y por dejar una buena semilla plantada en la comunidad y en el mundo. “Me alegra poder inspirar a quien lea sobre lo que hago para que haya más personas que tomen conciencia, conecten con la naturaleza y traten de respetarla”, concluyó.
Su paso por Hollywood
Además de proteccionista, Eugenia Ermacora es diseñadora textil recibida en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y cuando desembarcó en Los Ángeles trabajó por 10 años en la industria cinematográfica como asistente de vestuario.
“Conocí muchos famosos y tuve la posibilidad de estar en varios sets de películas, que son alucinantes. Es fantástico vivir en otras ciudades y poder trabajar de lo que me gusta”, destacó.
“Tuve el honor de ser asistente de la vestuarista de la actriz Drew Barrymore. Ver el proceso creativo atrás de las cámaras y comunicarte con todas las marcas fue algo que disfruté mucho. Esa experiencia me permitió conocer paisajes y estar en lugares pocos comunes, se me abrieron muchas puertas y fue alucinante trabajan en estudios como Warner Brothers”, finalizó.