LA CAPACIDAD Y EL FUTURO
Estudiantes de Gualeguaychú ven a la universidad como un proyecto de vida
Dos jóvenes de Gualeguaychú iniciaron su vida universitaria en medio de la crisis sanitaria del Covid-19: Nehuen Otero y Franco Duarte. Ambos son alumnos de la prestigiosa Universidad Di Tella con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Hace un año atrás Nehuén Otero y Franco Duarte estaban dibujando el horizonte de futuro que los llevó a elegir una carrera y una universidad. Los jóvenes analizaron el proceso vivido al finalizar el nivel secundario y contaron qué los llevó a validar un proyecto de vida universitaria fuera de Gualeguaychú. “Con Franco hemos sido compañeros y amigos desde muy chicos, compartimos la primaria y el secundario en el Colegio Pío XII, por lo que nos conocemos muy bien y sabemos complementarnos. Ambos estábamos convencidos de que la carrera que debíamos elegir necesitaba brindarnos las herramientas necesarias para ser grandes profesionales y que, para ello debíamos instalarnos en Buenos Aires donde se encuentran las mejores universidades del país en cuanto a prestigio, contactos y exigencia”, manifestó Nehuén a El Día. Fue un enorme cambio pasar de una ciudad relativamente chica a la Capital Federal. “Allí tuvimos que aprender a movernos solos, manejar otros tiempos por el ritmo universitario y a organizarnos entre los dos para poder realizar las distintas tareas del día”. Dijo que para tener una buena convivencia “fue indispensable aprender a escucharnos y tener paciencia. Más allá de que siempre pueden generarse algunas discusiones, logramos adaptarnos y llevarnos muy bien”. Franco Duarte destacó que “hubo una diferencia muy grande al pasar de un colegio secundario a una de las universidades más prestigiosas del país, como lo es la Di Tella. Fue un proceso de toma de decisiones bastante riguroso, en donde buscamos alinear una estrategia educativa que nos permitiese formarnos como personas y poder potenciar nuestras habilidades, para en un futuro poder alcanzar los objetivos que nos propongamos”. Desde el primer momento “la universidad brindó apoyo a todos los ingresantes, sobre todo a los del interior como lo fue nuestro caso; Antes de arrancar con la carrera en sí, estuvimos en un curso de ingreso, que nos permitió adaptarnos a las instalaciones del edificio, conocer el ambiente en el que nos íbamos a manejar, y entablar las primeras relaciones de amistad y vínculos con otros estudiantes”. -¿Costó la adaptación? Al principio un poco ya que había una diferencia notable en cuanto a la preparación que teníamos nosotros desde el secundario y algunos estudiantes que terminaron el colegio en Buenos Aires u otras ciudades del interior. A su vez, ir a una residencia de estudio como lo es la residencia San José, la cual está a cargo de un sacerdote de Gualeguaychú, nos simplificó mucho las cosas, pudimos conocer a muchos otros chicos que estaban atravesando el mismo proceso que nosotros o lo habían hecho en un pasado, por lo que nos brindaron algunos consejos. Cabe destacar el acompañamiento que te brinda la residencia es muy bueno en el ámbito académico, nos ayudó a formular una estrategia en base al futuro y centrarnos en el estudio y obtener buenas calificaciones. - La llegada inesperada de la crisis sanitaria con el respectivo aislamiento que llevó a interrumpir el sistema de clases presenciales ¿cómo impactó en las expectativas y en el proyecto universitario personal? Nehuen: al llegar por primera vez a la universidad quedamos asombrados por sus excelentes instalaciones, las cuales ayudan mucho al estudiante a la hora de estar enfocado en sus estudios. Esta cuenta con diversas salas de estudio, todas con un clima perfecto para estudiar. Además, los profesores siempre están a disposición de los alumnos frente a posibles dudas o problemas que les puedan surgir. Durante el primer mes, logramos adaptarnos a los nuevos ritmos de estudio, conocimos gente nueva (personalmente hice varios amigos en el curso de ingreso), y de a poco nos estábamos acostumbrando a los ritmos de Buenos Aires. Por esto mismo, fue un cambio drástico cuando tuvimos que volver a nuestra ciudad por el aislamiento, ya que el entorno de estudio era diferente, no contábamos con todo el apoyo que nos brindaba la universidad presencialmente y los temas a estudiar se hacían más complicados a la hora de abordarlos por nuestra cuenta, lo cual fue una gran preocupación al principio, pero con el tiempo nos pudimos adaptar a este nuevo mundo virtual. Franco: al principio, fue una desilusión muy grande. Estábamos muy motivados y con ansias de comenzar nuestras carreras universitarias, conocer gente nueva y empezar a transitar esta nueva etapa. El contexto de la crisis sanitaria y la pandemia nos obligó a volver a nuestras casas dos semanas después de haber iniciado el calendario académico. Esto nos afectó bastante, ya que nuevamente teníamos la incertidumbre de qué es lo que iba a pasar, y tendríamos que volver a atravesar un proceso de adaptación que no es para nada sencillo. Por suerte pudimos ayudarnos entre los dos. La ventaja de “ser amigos” - El compromiso personal con el proyecto de vida universitaria ha sido fundamental para superar los obstáculos del accidentado 2020. ¿Qué otros elementos rescatarían como vitales para alcanzar las metas? Nehuen: si bien primeros estábamos un poco asustados que suponía estudiar en un una universidad que no bajo la exigencia en el contexto de pandemia, siempre tuvimos el acompañamiento de nuestros familiares, que por suerte nos permitió centrarnos en el estudio y poder superar satisfactoriamente los exámenes. Muchas veces no es fácil encontrar motivación o ganas de estudiar estando solos; aprovechamos la ventaja de ser amigos y pudimos afrontar los compromisos juntos, ayudándonos el uno al otro. - ¿Le otorgan valor al sistema implementado por la institución académica y cuanto ha influido la relación personal con el docente? Franco: hay que destacar la metodología implementada por la universidad. Disponen de muchos recursos que fueron empleados satisfactoriamente para que los estudiantes se sientan acompañados y puedan atravesar esta difícil situación. Si bien no todas las materias son fáciles de trasladar a modalidad virtual, algunas necesitan mayor contacto con el docente, la universidad brindó clases de apoyo, que junto con el Campus Virtual -página web- ayudaron mucho con la experiencia educativa - ¿Qué rescatarían como consejo para quien tiene que comenzar a decidir su proyecto universitario en vistas de iniciar la actividad en 2021? Nehuen: realmente no sabemos qué depara el futuro y hasta cuándo se va a extender esta “nueva normalidad”. Un consejo personal que les podemos brindar a los próximos estudiantes es que nunca se rindan, que aprovechen el tiempo de estudio pero también dediquen tiempo para conocerse a ellos mismos y al entorno que los rodea. Más allá de que los resultados académicos son fundamentales, también es muy importante relacionarse y crear vínculos de amistad. No todo va a salir siempre según lo planeado, y es por esto que a pesar de que puede haber fracasos educativos, hay que mirar para adelante y tratar de corregir los errores. Franco: hay que creer en uno mismo, el país está sumergido en constantes crisis hace muchos años, por lo que hay que tratar de resaltar para poder salir adelante y obtener buenas oportunidades laborales, que en estos tiempos escasean. Hay que incentivar a los jóvenes a estudiar carreras universitarias que les brinden las herramientas necesarias para poder superarse y vivir dignamente, ya que somos nosotros los responsables de cambiar el futuro de nuestro país.
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