Encuentro Continental sobre Derechos Humanos
En esta semana que pasó tuve la alegría de participar de una reunión organizada por el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano: el V Encuentro Continental sobre Derechos Humanos en la ciudad de San Salvador, con el objetivo de presentar una nueva guía de pastoral de Derechos Humanos. Ella será un instrumento para la renovación de la pastoral de la Iglesia en el contexto de la misión continental, para que nuestros pueblos tengan vida digna.Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano*
Participamos en este evento 65 personas llegadas de 22 países, entre responsables Nacionales de Pastoral de Derechos Humanos de América Latina y El Caribe, y personas vinculadas a la Comisión de Derechos Humanos- Justicia y Paz, de los distintos países. También nos acompañaron funcionarios y representantes de Organismos Internacionales.Durante el acto inaugural de este encuentro contamos con la presencia del Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, organismo del Vaticano que se ocupa de los temas sociales. El Cardenal nos trajo el saludo del Papa Benedicto y tuvo la ponencia magistral con el tema "Perspectiva global de la situación actual de los derechos humanos".¿Desde cuándo existe la preocupación de la Iglesia por los Derechos Humanos? Si bien su formulación es relativamente nueva, sus fundamentos hunden sus raíces en el Génesis, el primer libro de la Biblia, en el cual se relata que todos somos creados a imagen y semejanza de Dios. En el Evangelio, Jesús nos enseña a reconocerlo en los pequeños y en los que sufren, mostrando que el mandamiento principal es amar a Dios y al prójimo.Así nos han orientado a lo largo de los siglos los Padres de la Iglesia, los Papas, los grandes santos y maestros.Uno de los obispos participantes nos recordaba que los derechos humanos son importantes en la vida de la Iglesia, ellos han sido un eje articulador de la evangelización de este continente desde tiempo de la colonia. Fray Bartolomé de las Casas, Santo Toribio de Mogrovejo y tantos otros que, desde el principio, trabajaron con mucho afán en la evangelización de los pueblos, teniendo en cuenta la dignidad de la persona.Quisimos realizarlo en San Salvador. El 24 de marzo de este 2010 se cumplieron los 30 años del asesinato de su Arzobispo Monseñor Óscar Arnulfo Romero.Deseamos honrar su memoria y estimularnos con su ejemplo y enseñanza. Él fue un hombre preocupado por la vida de las personas, lo expresan claramente sus palabras dichas una semana antes que lo mataran: "nada me importa tanto como la vida humana". Lo balearon en la Capilla del Hospital mientras celebraba la Misa.También hemos evocado a muchas personas, varones y mujeres de fe que han dado la vida hasta el martirio por defender a los más débiles. Este claro testimonio en nuestro continente es motivo para dar gracias a Dios, que nunca abandona a sus hijos e hijas más pequeños.En el intercambio durante esos días de encuentro, escuchamos frases que nos ayudan a entender por qué los Derechos Humanos son importantes para todos:Los derechos humanos no se negocian.Hay que velar por la integralidad de los derechos humanos. Si se viola uno, se ponen en riesgo todo.No siempre hubo compromiso de los cristianos con los derechos humanos. Ha habido cristianos de misa de domingo y semana de injusticia.La pobreza y la exclusión son violaciones masivas a los derechos humanos.El atropello al medio ambiente por algunos emprendimientos de industrias extractivas ponen en serio riesgo los derechos al agua, a la alimentación, a una vida digna.El crimen organizado se ha enquistado y expandido llegando a meterse en las estructuras del Estado. Provocan secuestros, extorsiones, tráfico de drogas armas y personas, sometimiento a esclavitud a millones.¿Por qué defendemos al pobre, a la víctima, al explotado, al excluido?. Porque Jesús quiso identificarse con ellos, que sufren la violencia de la injusticia.Hay que trabajar para que los Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales sean exigibles judicialmente.Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América Latina. En sus manos ponemos nuestra vocación y misión, y le encomendamos la dignidad de la persona humana en toda la faz de la tierra. * Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
Participamos en este evento 65 personas llegadas de 22 países, entre responsables Nacionales de Pastoral de Derechos Humanos de América Latina y El Caribe, y personas vinculadas a la Comisión de Derechos Humanos- Justicia y Paz, de los distintos países. También nos acompañaron funcionarios y representantes de Organismos Internacionales.Durante el acto inaugural de este encuentro contamos con la presencia del Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, organismo del Vaticano que se ocupa de los temas sociales. El Cardenal nos trajo el saludo del Papa Benedicto y tuvo la ponencia magistral con el tema "Perspectiva global de la situación actual de los derechos humanos".¿Desde cuándo existe la preocupación de la Iglesia por los Derechos Humanos? Si bien su formulación es relativamente nueva, sus fundamentos hunden sus raíces en el Génesis, el primer libro de la Biblia, en el cual se relata que todos somos creados a imagen y semejanza de Dios. En el Evangelio, Jesús nos enseña a reconocerlo en los pequeños y en los que sufren, mostrando que el mandamiento principal es amar a Dios y al prójimo.Así nos han orientado a lo largo de los siglos los Padres de la Iglesia, los Papas, los grandes santos y maestros.Uno de los obispos participantes nos recordaba que los derechos humanos son importantes en la vida de la Iglesia, ellos han sido un eje articulador de la evangelización de este continente desde tiempo de la colonia. Fray Bartolomé de las Casas, Santo Toribio de Mogrovejo y tantos otros que, desde el principio, trabajaron con mucho afán en la evangelización de los pueblos, teniendo en cuenta la dignidad de la persona.Quisimos realizarlo en San Salvador. El 24 de marzo de este 2010 se cumplieron los 30 años del asesinato de su Arzobispo Monseñor Óscar Arnulfo Romero.Deseamos honrar su memoria y estimularnos con su ejemplo y enseñanza. Él fue un hombre preocupado por la vida de las personas, lo expresan claramente sus palabras dichas una semana antes que lo mataran: "nada me importa tanto como la vida humana". Lo balearon en la Capilla del Hospital mientras celebraba la Misa.También hemos evocado a muchas personas, varones y mujeres de fe que han dado la vida hasta el martirio por defender a los más débiles. Este claro testimonio en nuestro continente es motivo para dar gracias a Dios, que nunca abandona a sus hijos e hijas más pequeños.En el intercambio durante esos días de encuentro, escuchamos frases que nos ayudan a entender por qué los Derechos Humanos son importantes para todos:Los derechos humanos no se negocian.Hay que velar por la integralidad de los derechos humanos. Si se viola uno, se ponen en riesgo todo.No siempre hubo compromiso de los cristianos con los derechos humanos. Ha habido cristianos de misa de domingo y semana de injusticia.La pobreza y la exclusión son violaciones masivas a los derechos humanos.El atropello al medio ambiente por algunos emprendimientos de industrias extractivas ponen en serio riesgo los derechos al agua, a la alimentación, a una vida digna.El crimen organizado se ha enquistado y expandido llegando a meterse en las estructuras del Estado. Provocan secuestros, extorsiones, tráfico de drogas armas y personas, sometimiento a esclavitud a millones.¿Por qué defendemos al pobre, a la víctima, al explotado, al excluido?. Porque Jesús quiso identificarse con ellos, que sufren la violencia de la injusticia.Hay que trabajar para que los Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales sean exigibles judicialmente.Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América Latina. En sus manos ponemos nuestra vocación y misión, y le encomendamos la dignidad de la persona humana en toda la faz de la tierra. * Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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