ESCALOFRIANTE
Encarcelaron a un policía entrerriano que abusó de la amiguita de su hija
La víctima tenía 10 años cuando el papá de su amiga, un funcionario de la Policía de Entre Ríos, comenzó a abusarla en una pijamada. Se repitió en otras oportunidades, con escalofriantes hechos, reveló el expediente judicial.
El jueves 6 de julio la Justicia impuso la pena de 16 años de cárcel a un policía que, entre 2014 y 2015, abusó de la amiga de su hija, entonces una nena de 10 años. Pero el condenado no fue a la cárcel: la jueza Melisa Ríos, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concepción del Uruguay, decidió aplicarle arresto domiciliario hasta que la condena quede firme.
Antes, el 29 de junio un jurado popular lo había juzgado y lo había encontrado culpable.
La víctima tenía 10 años cuando el papá de su amiga, un funcionario de la Policía de Entre Ríos, comenzó a abusarla. Los hechos ocurrieron entre 2014 y 2015 pero no pudo contarlo sino hasta 2019: se lo reveló a su madre, y ésta acudió a los Tribunales de Rosario del Tala y efectuó la denuncia. En otra ocasión, en una clase de Biología en la escuela a la que concurría, se lo contó a la docente y así se activó la aplicación del protocolo de abuso sexual infantil e intervino el Ministerio Público Pupilar.
Su testimonio no pudo ser conocido sino luego de dos Cámaras Gesell. En la primera, dijo haber sido intimidada por el abogado defensor de su agresor, y no pudo contar nada. En la segunda, sí pudo revelar el horror que había vivido en esa casa del vecino adonde acudía a jugar con su amiga. Ocurrió una vez en una pijamada: las dos nenas habían armado una carga y hasta ahí llegó MEF, el policía, y comenzó a tocarla con ese modus operandi que repetiría en otros momentos: la obligaba a quedarse callada, a no contar.
Víctima y victimario viven en la misma ciudad, Rosario del Tala. El policía, con arresto domiciliario, fue visto por la víctima circulando en bicicleta por la ciudad. Los abogados querellantes Lucio Salisky y Eliana Peltzer pusieron al corriente de esa situación a la Justicia. Este martes, a las 7,30 de la mañana, hubo una audiencia ante los Tribunales uruguayenses y se pidió que el policía sea enviado a la Unidad Penal de Concepción del Uruguay y se revoque la prisión domiciliaria.
Esa petición fue acompañada por el fiscal Federico Uriburu. La jueza Melisa Ríos hizo lugar al pedido y el policía ya está alojado en el penal de La Histórica.
El miércoles 28 de junio, un jurado popular que deliberó en el Club Talense, de Rosario del Tala, había resuelto declarar culpable al agente de policía MEF de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser el autor el encargado de la guarda y promoción de la corrupción agravada por ser el autor encargado de la guarda.
Los escalofriantes hechos de los que fue víctima la niña
El expediente judicial recoge las situaciones ultrajantes a la que se vio sometida la niña.
Cuando la menor contaba con once años de edad y habían ido junto a su amiga y el padre, el imputado M.E.F. estando a cargo de la guarda de ambas, ”aprovechó la noche y la circunstancia de que se encontraban en un pastizal, para obligar a la víctima a agacharse y nuevamente tocar sus partes íntimas por debajo de la ropa, lo cual dejó de hacer cuando escuchó que su hija se acercaba”, se lee en el expediente judicial.
Que además agrega: “estos abusos se reiteraron en el tiempo y en similares ocasiones, es decir, aprovechando el imputado la cercanía que tenía la víctima con él al ser amiga de su hija y la vulnerabilidad en la cual se encontraba ella cada vez que quedaban con su amiga al cuidado de M.E.F. Otro de los abusos que soportó ocurrió a la noche: la subió a la mesada de la cocina y luego de besarla, realizó tocamientos sobre la vagina y los pechos, por encima y debajo de su ropa. La nena tenía 11 años”, publica Entre Ríos Ahora.
Otra vez -hubo otras veces- MEF le exhibió a la menor videos con contenido sexual en los que ella observó no solo a distintas personas teniendo sexo sino al mismo imputado manteniendo relaciones sexuales con su pareja y también le leía mensajes de texto con contenido sexual.