En memoria del Dr. Julio Roberto Romani
Antonio E. Sala
DNI 11.992.464
Sr. Director:
Tuve la suerte de ser su paciente y también el honor de compartir aunque en breve circunstancia el ejercicio de la noble profesión (arte) de curar.
Recuerdo a Romani tratando los broncoespasmos de mi padre y al mismo tiempo me veo junto a él estabilizando a una niñita rescatada de las aguas en la inundación de 1983 que salía de un paro hipotermia.
Era un médico heterodoxo –sus visitas no eran breves- traía su ciencia, sin olvidar el afecto- Su consulta domiciliaría terminaba con un vino, un mate, lo que hubiera. El bono de la obra social o los honorarios de eso no se hablaba.
Sentí la necesidad de escribir estas palabras para rescatar al hombre por encima de su profesión.
El médico Romani dejó una profunda huella en Villa Paranacito, como profesional y como persona.
Quiero que su familia – imborrable testimonio de su paso por este mundo- sepa que en nuestra localidad “EL GORDO ROMANI” será una referencia insustituible.
Estoy triste, me duele su partida más allá que desde la racionalidad era inevitable y a lo mejor necesaria por el sufrimiento.
La tristeza no es porque haya un médico menos, por suerte sobran los médicos en Argentina. La tristeza es porque se fue un buen tipo y y los buenos tipos son los que hacen falta.
Seguirán las Universidades otorgando títulos de Doctor, lo que la universidad no otorga es el de Señor, porque Señor se nace y se muere, y en esa condición pasó el Dr. Julio Roberto Romani.
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