CONTROLES DE TRÁNSITO
En Gualeguaychú se secuestran más de 100 motos con irregularidades todas las semanas
Los datos oficiales indican que es muy elevada la cantidad de vehículos de dos ruedas que infringen la Ley Nacional de Tránsito. Ante esta realidad, las autoridades estudian reforzar las acciones de control y prevención frente a las actitudes temerarias que ponen en riesgo la vida de los conductores y de terceros.
Ninguna ciudad está exenta de los peligros y complicaciones que conlleva el tránsito automotor; y Gualeguaychú, como toda urbe en expansión, se encuentra con el desafío de controlar la creciente circulación de vehículos por sus calles. Pero además, en estos últimos años, la crisis económica –entre otros factores– hizo que las motos sean el vehículo elegido por muchos debido a su bajo costo en comparación a los autos
Esto trajo consigo, en mayor o menor medida, dos problemáticas: por un lado, más conductores se ven expuestos al riesgo de manejar una moto, donde (al igual que ocurre con el uso de la bicicleta) el cuerpo está más vulnerable frente a un accidente; y por otro, algunos grupos de adolescentes y jóvenes adquirieron la costumbre de realizar diferentes actos temerarios en la vía pública –a menudo sin casco– que ponen en peligro su vida y la de los demás.
Consultado sobre este panorama propicio para la inseguridad vial en la ciudad, el responsable de la Agencia de Seguridad municipal, Esteban Izaguirre, observó que “aparte de reconocer que tenemos un problema, nos estamos ocupando de él todos los días en conjunto con las fuerzas de seguridad”.
“Con gendarmería estamos trabajando fin de semana de por medio en la zona del puerto”, indicó en declaraciones a Ahora ElDía antes de agregar que “nuestro termómetro nos dice que cuando nos falta presencia en la calle, es cuando la gente empieza a andar en demasía sin casco o incumple con las normativas viales”.
Según informaron desde la Agencia de Seguridad, por día en Gualeguaychú se retienen entre 15 a 20 motos, muchas de las cuales se encuentran con anomalías y quedan para la compactación, la cual se realiza a través de un programa que permite al Estado destruir aquellos vehículos que no son retirados en tiempo y forma o que no cuentan con la documentación para ser retirados. Otra de las salidas para las motos secuestradas por personal policial es que pases al ámbito penal por ser vehículos obtenidos ilícitamente.
En este sentido, Izaguirre precisó: “En la última compactación entraron cerca de 200 motos, y dentro de poco se cumplirán los tiempos para compactar más. Puedo asegurar que los depósitos municipales están llenos de vehículos retenidos, principalmente motos. Es impresionante la cantidad que hay”.
La Municipalidad ha optado por la compactación porque es la forma de que al menos esos vehículos no vuelvan a ser usados en forma antirreglamentaria en la vía pública. Después, el material compactado se vende como chatarra”, informó.
“Willies”, picadas y escapes adulterados
En un contexto de proliferación de las motos, varios adolescentes y jóvenes de Gualeguaychú comenzaron hace algunos años a replicar un fenómeno urbano que se observa en otros puntos del país: la costumbre de salir en grupo manejando sus motos que por lo general son de baja cilindrada para realizar pruebas de velocidad (las famosas picadas) y otras destrezas temerarias como acelerar con la rueda delantera en el aire (un truco conocido como “hacer willy”), en ocasiones sin usar casco y con otra persona de acompañante aferrada al conductor.
Izaguirre explicó que estas prácticas suponen un problema de inseguridad vial, principalmente por las vidas que se ponen en riesgo. “Hemos trabajado particularmente en esta problemática. Se trata de chicos de entre 16 y 20 años o más, que salen en grupo y en todo momento ponen en riesgo su vida y la de terceros al realizar diferentes actos temerarios en la vía pública”.
“Hubo un grupo mayor, de alrededor de 50 jóvenes, que logramos disuadir y hoy no son más de 15. Estamos trabajando en identificarlos, ya que no podemos salir a perseguirlos por toda la ciudad porque los ponemos en riesgo a ellos, a nosotros y a los transeúntes. Este problema todavía existe, pero se ha reducido en base al esfuerzo del trabajo diario”, señaló.
También contó que, por su parte, la Policía Departamental “ya comenzó con un trabajo de investigación sobre quiénes son estos chicos para denunciarlos penalmente porque están poniendo vidas en peligro”.
“El Centro de Monitoreo va a ayudar un montón en su identificación para que realmente dejen de hacer esta actividad peligrosísima”, agregó en referencia al lugar que próximamente se pondrá en funcionamiento, el cual implementará cámaras de seguridad que observarán en tiempo real, las 24 horas del día, los 365 días del año, lo que suceda en las calles. En esa línea, aseguró: “Esta gestión se va a destacar por tratar de pacificar la circulación de la ciudad”.
Según indicó Izaguirre, las maniobras peligrosas que cometen los motociclistas pueden ser motivo suficiente para retener tanto sus motos como su carnet de conducir. “El artículo 72 de la Ley Nacional de Tránsito, que trata sobre la retención preventiva de los vehículos, señala que cualquier persona que quebrante de alguna forma la seguridad vial puede ser plausible de que se le retenga, no solamente su vehículo sino también su licencia de conducir”, apuntó, y añadió que incluso secuestran motos por tener caños de escape adulterados, por ejemplo, para sonar más fuerte; una modificación que estas mismas personas realizan a menudo sobre sus motos.
En cuanto a las “picadas” o carreras clandestinas, el funcionario mencionó que, por lo general, se realizan “en el Acceso Sur o cerca de la Terminal de Ómnibus. Estos eventos se organizan mediante grupos de WhatsApp, y la Policía investiga quiénes están detrás”, dijo antes de comentar que “se han armado operativos en diferentes zonas de la ciudad a raíz de denuncias de los vecinos”.
Educación vial y controles
Para encontrar una solución definitiva a esta problemática, Izaguirre remarcó que buscan reforzar las medidas de seguridad que son obligatorias, e hizo hincapié en los elementos de seguridad que tienen que tener las motos: espejos retrovisores, luces, neumáticos en condiciones, frenos y en el uso del casco. “Trabajamos en un proyecto para que en Gualeguaychú los distintos negocios especializaron vendan solamente cascos homologados por las normas de seguridad”, adelantó al respecto.
Y concluyó: “Pedimos a la población y más que nada a los papás que saben que su hijo sale en moto, que empiecen a cuidar estos aspectos, y que si le compran una moto y un casco aunque sea costoso en el primer momento, ese costo es mínimo ante la probabilidad de un acto que después lo lleve a perder la vida o quedar con una incapacidad. Creemos que la educación vial es una parte importante del cambio cultural en la que se tiene que trabajar. Lamentablemente seguimos tentando a la muerte, al peligro, conduciendo inapropiadamente, a mayor velocidad de lo que está permitido y sin cumplir con las condiciones”.
Aumento del alcohol al volante
Otro dato llamativo que mencionó Izaguirre y que resulta un verdadero agravante para la inseguridad vial es el aumento de las alcoholemias positivas. “Los fines de semana se realizan controles y hemos detectado que hay muchos más resultados positivos que antes. Hablamos de que ahora hay un 15% o más de alcoholemias que dan positivo, superando el 10% que era habitual encontrar en aquellos conductores que realizaban el test. Esto también nos llama poderosamente la atención”, observó.
Además del trabajo rutinario en los controles, el funcionario mencionó que desde la Agencia de Seguridad en conjunto con la policía departamental, llevan adelante inspecciones a distintos talleres de motos, en varios de los cuales han tenido que levantar infracciones por no contar con la habilitación correspondiente y/o por detectar en ellos motos obtenidas mediante actos ilícitos.