Emplazamiento del nuevo puente: el sur saca ventaja
La localización de una nueva conexión física sobre el río Gualeguaychú es una decisión urbanística crucial. El miércoles 3 de octubre pasado, en el Centro de Defensa Comercial, la empresa consultora INCOCIV, contratada para desarrollar el proyecto, explicó por qué la ubicación más conveniente está al Sur del ex frigorífico.Marcelo LorenzoSobre las ocho opciones para la nueva ubicación de un puente sobre el río Gualeguaychú, planteadas en su momento ante la comuna, quedaron tres en carrera: al Norte, del predio de Plaza de Aguas hasta el empalme de la ruta provincial N° 42 en Pueblo Belgrano; al Centro, al lado del actual puente Méndez Casariego; y al Sur, por calle de Tropas, sur del Frigorífico, Paso del Saladero hasta Pueblo General Belgrano.A la empresa INCOCIV se la contrató para que, tras un estudio comparativo de esos tres sitios, seleccionara la traza más conveniente. Los ingenieros Enrique Mihura y Roberto Sato, y el licenciado Tomás Gutiérrez, miembros de la firma, aconsejaron que se avance en la opción Sur, durante una presentación que realizaron en el Centro de Defensa Comercial.La exposición fue escuchada por el intendente Juan José Bahillo, funcionarios municipales, y un público diverso que al finalizar la misma pudo intercambiar pareceres con los técnicos. Cabe consignar que los fondos para el proyecto del puente nacen de un plan quinquenal diseñado por el gobierno dela Provincia, a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI).En este sentido, participó también de la reunión el ingeniero Sergio Fontana, director de Hidráulica dela Provincia, y en representación del CFI el ingeniero Marcelo de Luca, quienes dieron sus puntos de vista sobre el asunto.Tras un análisis "multicriterios", que tuvo en cuenta aspectos vinculados a la conexión vial, y a los impactos urbanístico, económico y ambiental, la consultora INCOCIV se pronunció a favor de la zona Sur.De ahora en más, una vez seleccionada la traza, la firma afinará los estudios con vistas al armado completo del diseño del nuevo puente. De aquí saldrá el Proyecto Ejecutivo y también la confección del pliego licitatorio.Los criteriosLa evaluación de las tres alternativas supuso utilizar varios criterios. Uno de ellos es la conexión vial, que "valora el punto de vista del usuario, cuyo interés es llegar de un lado al otro de la forma más fácil posible", destacó Sato.Aquí la clave es la conectividad y la mejor circulación. En este sentido, se estudió el tipo de tránsito de Gualeguaychú y Pueblo Belgrano, y otros aspectos como el grado de congestión y nivel de servicio. Por el puente Méndez Casariego (exLa Balza), por ejemplo, circulan unos 15.000 vehículos en verano, un flujo que baja en período invernal. En la ruta internacional 136 se contabilizaron 3.500 vehículos diarios.El componente urbanístico, en tanto, incluye una mirada que tiene en cuenta el crecimiento de los dos centros urbanos -Gualeguaychú y Pueblo Belgrano- en el mediano y largo plazo. La cuestión económica, por su lado, evalúa el rédito global de la inversión física que se quiere hacer.En este capítulo entran a jugar consideraciones puntuales como la cantidad de frentistas que se beneficiarán con la vía, el costo ligado a expropiaciones y el mantenimiento del emprendimiento.Al respecto, los técnicos dejaron en claro que el presupuesto nominalmente más alto de la obra puede resultar la alternativa económica más conveniente, por los réditos globales que genera.De hecho, esta es la percepción que arroja la opción Sur. Un puente en esta zona, que en sí es el más costoso (inversión superior a los 200 millones de pesos), es el que más beneficios reportaría, por el crecimiento que induciría en la actividad económica del lugar (por ejemplo la turística).La cuestión social evalúa, en tanto, el impacto global en las poblaciones, mientras que lo ambiental tiene en cuenta tanto la superficie afectada como los posibles impactos hídricos en la cuenca.La opción elegidaLa alternativa Sur -según los técnicos- cosecha muchos beneficios. Entre ellos se mencionan: descongestión vehicular y mejora del tránsito interurbano. "Generaría toda una circunvalación al conglomerado Gualeguaychú-Pueblo Belgrano", explicaron.Esta opción, además, "actúa como soporte del crecimiento, generaría población, potenciaría el turismo, beneficiaría a los frentistas, tendría una menor afectación en la etapa constructiva. Paralelamente generaría un circuito turístico con el Camino de la Costa".En cuanto a los aspectos desfavorables aparece el costo de inversión. Hay una cuestión también ligada a la afectación parcial en cuanto a la navegación. De hecho queda abierta la posibilidad de que el puente sea levadizo.La opción tiene "mayor sensibilidad en lo hídrico". Al respecto, se habla de "tener más cuidado con el diseño de la obra para no provocar un impacto negativo"."Sabemos que este es un tema sensible. Le vamos a dar al puente la luz necesaria para que no se produzca ningún efecto adicional sobre las inundaciones", afirmó el ingeniero Sato, al señalar que la consultora está al tanto del problema de las crecientes del Gualeguaychú."Nosotros como proyectistas tenemos la obligación de realizar una obra que no incremente esos efectos. Aunque ello signifique aumentar los costos de inversión, la idea es darle al puente la luz suficiente", indicó.Cabe aclarar que en ingeniería se utiliza la palabra "luz" para designar la distancia entre los apoyos de las vigas de un puente. Cuando más pequeña es la luz, la estructura del puente es más sencilla, pero tiene como contrapartida que se necesitan más bases o apoyos dentro del curso del río.En cambio, si la luz es amplia, habrá menos bases que detengan el flujo del agua del río, pero la estructura del puente es más compleja, lo que implica una mayor inversión económica.La alternativa Sur -según explicó Sato- comienza en el Acceso Sur, en la rotonda donde está la Terminal de Ómnibus; de allí conecta con calle de Tropas, cruza por la zona sur del ex Frigorífico, y sigue en línea recta hasta encontrar el límite sur de Pueblo Belgrano; dobla luego hacia el norte hasta encontrarse con la ruta 42."Nosotros como proyectistas tenemos la obligación de realizar una obra que no incremente esos efecto (inundación). Aunque ello signifique aumentar los costos de inversión, la idea es darle al puente la luz suficiente" (Roberto Sato)Todas las opciones tienen pros y contrasA la hora de los intercambios, los vecinos presentes en la reunión plantearon sus dudas sobre si el emprendimiento, en la ubicación aconsejada por la empresa, no agravará las inundaciones que sufre la ciudad.Al respecto, los profesionales de INCOCIV ensayaron varias respuestas. "Todo proyecto tiene trabas como la vida" especuló Tomás Gutiérrez, al explicar que en todo momento se trata de elegir entre dificultades.En este contexto, "cuando uno elige una alternativa es porque la visualiza como mejor". La pondera como más beneficiosa dentro de las opciones que hay en juego. La alternativa Sur, por caso, tiene una desventaja respecto dela Norte yla Central: su construcción es más costosa.Sin embargo, razonó el técnico, sus beneficios en otros aspectos la convierten en la más atractiva. Sobre la cuestión específica de las inundaciones, Gutiérrez dijo que el Gualeguaychú es un curso de agua "controlado", a partir de la existencia de puentes aguas arriba, y este dato minimiza los riesgos en cuanto a un comportamiento errático del curso de agua.Otras objeciones versaron sobre la conveniencia urbanística de la alternativa Sur. Al respecto, el técnico dijo que Gualeguaychú cuenta con un "plan territorial ambiental", en base al cual la empresa pudo hacer pie en su trabajo."Ustedes ya saben para qué lado se va a extender la ciudad. Ven el futuro. En otras ciudades donde hemos trabajado nos hemos encontrado con un vacío de planificación. No es el caso de Gualeguaychú. De manera que cuando nosotros, como consultores, preguntamos sobre supuestos básicos, las respuestas ya están", afirmó.Trascartón añadió: "Todas las alternativas tienen sus pro y sus contra, sus puntos favorables y desfavorables. Nosotros desde nuestra perspectiva técnica consideramos que la alternativa Sur tiene más aspectos favorables"."De hecho, desde el punto de vista técnico ingenieril hubiera sido más fácil la alternativa Norte. Porque en este caso no tendríamos que lidiar con una serie de dificultades que sí plantea una construcción en el Sur. Si embargo, esa no sería la mejor opción para la ciudad, si pensamos en los próximos 50 años".Gutiérrez dijo que "las ciudades no crecen cuando no hay posibilidades de acceso" y en este sentido resaltó que un puente, como el que se imagina para Gualeguaychú, debe "inducir" el crecimiento. Se trata de una vía de conexión que está llamada a crear más prosperidad y bienestar a las poblaciones de la región."Todas las alternativas tienen sus pro y sus contra, sus puntos favorables y desfavorables. Nosotros desde nuestra perspectiva técnica consideramos que la alternativa sur tiene más aspectos favorables" (Tomás Gutiérrez).Concentrarse en la opción elegidaA su turno, el ingeniero Marcelo de Luca, representante del CFI, respondió a los planteos del público que sugerían seguir ahondando en las tres alternativas originarias. "En este tipo de trabajos, donde se plantean en un principio algunas alternativas, llegado determinado nivel de análisis, hay que optar por una y profundizar allí el análisis", destacó."En ese proceso de decantación se termina definiendo una opción a partir de una matriz de factores ponderados. Y sobre esa alternativa se realizan los estudios de mayor costo. En ingeniería, como en todos los órdenes de la vida, la incertidumbre cuesta plata", razonó.Por otro lado, explicó que en estos casos, cuando se avanza en un análisis más detallado, con vistas al proyecto ejecutivo de obra, los costos de ejecución del proyecto tienden a subir considerablemente, dado que aparecen nuevos elementos de juicio en el diseño."El puente Goya-Reconquista, cuya etapa de anteproyecto financió el CFI, costaba 270 millones de dólares. Pero la obra actualmente cuesta 800 millones de dólares. Esto sucedió porque se debieron modificar aspectos constructivos que no estaban planteados al comienzo", ejemplificó."En este tipo de trabajos, donde se plantean en un principio algunas alternativas, llegado determinado nivel de análisis, hay que optar por una y profundizar allí el análisis" (Marcelo de Luca)En otra parte de su alocución, volviendo al puente sobre el Gualeguaychú, De Luca añadió: "Algunas incertidumbres se van a ir solucionando al contar con información batimétrica y topográfica. Así se va a definir la obra que realmente se hará, y con el costo real que va a tener". Según explicó, se está ante la mejor opción posible. "Hasta el momento la del Sur es la mejor", remarcó. "El trabajo de la consultora ha considerado todos los aspectos que se podían evaluar. Las conclusiones no se han visto sesgadas por ningún análisis fuera de lo técnico", afirmó.Por su lado, el director de Hidráulica de la Provincia, Sergio Fontana, señaló que "en ingeniería siempre se puede realizar la mejor solución, pero quizá ese proyecto sea inalcanzable desde el punto de vista económico".Con respecto al puente local, opinó que es factible llegar a la "mejor solución desde el punto de vista hidráulico" y que el impacto en este sentido "no sea importante para la ciudad". Y agregó: "No tenemos que tenerle miedo a un impacto. Si hay alguno se debe buscar la mitigación del mismo".Convivir con la inundaciónEn diálogo con El DIA, el director de Hidráulica dela Provincia, señaló que Gualeguaychú ha sido construida sobre el valle de inundación del río. Además, admitió que la cuenca recibe más agua por los desmontes en los campos, lo que aumenta el escurrimiento hacia ríos y arroyos."Recordemos, además, que la ciudad ha decidido hace un par de décadas atrás que no quiere la defensa sobre el río Gualeguaychú. O sea, es una decisión de la ciudad", indicó Fontana.Esto tiene como contrapartida que haya que lidiar con desbordes periódicos del río, según explicó. Lo que se puede hacer, dijo, "es una medida de mitigación" para este fenómeno, aunque aclaró que las crecientes seguirán existiendo, e inundando la ciudad.Al respecto mencionó que en el pasado se ha pensado en un sistema de alerta que mida el aumento del volumen de agua desde las nacientes. Dicha información le permitiría a Gualeguaychú anticiparse a los hechos y prepararse para lo que pudiera suceder.Empresa paranaenseSegún consigna en su página institucional, INCOCIV S.R.L. es una empresa independiente de prestación de servicios profesionales en el ámbito dela Ingenieríay el Medio Ambiente, con actuación en todas las áreas de un proyecto: Estudios Básicos, Diseño, Factibilidad Técnico - Económica, Impacto Ambiental, Inspección dela Construcción.Tiene su Sede Central en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, desde donde se han desarrollado emprendimientos para el ámbito Nacional e Internacional. Además cuenta con sucursales enla Ciudadde Santa Fe y en Montevideo (República Oriental del Uruguay).El mítico puente naranjaEl actual viaducto que comunica a la ciudad con el Parque Unzué y con Pueblo General Belgrano tiene 81 años, y fue traído desde Bélgica, prefabricado y desarmado.A lo largo de su historia, el puente ha tenido varias denominaciones: La Balsa, Hipólito Irigoyen, 6 de Septiembre. Y desde 1987 lleva el nombre de Claudio Méndez Casariego, quien fuera intendente en la época de su construcción.El enlace vial fue levantado en 1931 como parte de la vieja ruta nacional N°14 que unía la ciudad con Concepción del Uruguay. Fue una obra nacional y se construyó en la segunda presidencia de Hipólito Irigoyen.El puente tiene una longitud de 180 metros, dividido en cinco tramos iguales de 36 metros cada uno, con una pasarela para peatones sobre uno de sus lados. La estructura se apoya sobre columnas cilíndricas de hierro, rellenas de hormigón armado.El ancho de su calzada es de 6 metros y originariamente su parte central era levadiza (se levantaba en forma manual con un cabrestante), para permitir el paso de los barcos de mástil alto.Pero el mecanismo casi nunca se utilizó y hace unos años se anuló definitivamente porque debajo del puente se sostenía un caño que llevaba agua potable desde la ciudad al Parque Unzué.En Cuadernos de Gualeguaychú (N°202) se relata cómo fue la llegada del material del mítico puente: "En 1930 se trasladan sobre la chata 'Paraguay' y desde Buenos Aires, las piezas recién llegadas de Bélgica. Se bajan en la orilla izquierda del río Gualeguaychú, improvisado obrador del puente, montado en tierra donada para parque, y que aún no fuera aceptada oficialmente, hasta 1944".Y se agrega: "La Empresa Argentina de Cemento Armado es adjudicataria de la obra. Comienza a construir las bases de hormigón sobre las que se ubicarán las columnas cilíndricas de hierro, y huecas para rellenar con hormigón armado".
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