BALANCE
El pueblo nunca se equivoca
Analicemos que pasó en las elecciones primarias del domingo pasado.
Por Juan Pablo Castillo*
El domingo pasado la ciudadanía literalmente castigó al gobierno nacional y en mi análisis fue básicamente por tres razones. En primer lugar por la situación económica -no hace falta explayarse mucho más al respecto ya que todos sufrimos la inflación y el consecuente deterioro económico-.
En segundo lugar, no menos importante, la percepción que se tiene del excesivo gasto político. Y, en tercer lugar, la inseguridad que estamos atravesando.
Si analizamos estos tres factores, generan un clima favorable para que se busque un cambio que represente la solución. Esto nos habla de un cambio cultural al cual se debe prestar particular atención ya que, evidentemente, el exceso del gasto público (no debe confundirse la inversión pública con el gasto) generó un distanciamiento entre la política y la comunidad, creando la sensación de que los políticos no viven en el mundo real sino en su propia burbuja.
La pregunta que nace aquí es: ¿qué votó la gente cuando votó el domingo? ¿votó por bronca (una reedición del “que se vayan todos”) o con la esperanza de que algo cambie?
Personalmente, no creo que haya “un salvador” sino que creo en proyectos de país en donde se tenga en claro cuál es el papel que debe tener el Estado (un Estado ágil, moderno y eficiente) con fuerte intervención en la educación pública, la salud y una seguridad pública con el respaldo de un poder judicial independiente y libre de todo condicionamiento de la propia política.
Hablar de un Estado ágil y moderno tiene que ver con bajar el gasto político optimizando los siempre escasos recursos y siendo un verdadero promotor de las condiciones adecuadas para la inversión privada a través de incentivos reales (reducción o exención de impuestos, desburocratización) y seguridad jurídica que permita proyectar a largo plazo.
*Sociólogo y consultor político