El peronismo es mucho más que el PJ y no al revés
No hay duda que la velocidad con que se promueven los cambios de paradigma, generan pérdidas de parámetros existenciales para vivir nuestras vidas. Esos cambios (en especial aquellos post dictadura genocida de 1976 y perfeccionados en la "modernidad" de los años 90), fueron produciendo una situación de caos vivencial, en la cual es tan vital como difícil pensar la realidad que nos rodea. José María BlancoY así, quizás porque fueron "formateados" en una época que disciplinó a los partidos (y a mucha de su dirigencia) para hacer política desde los medios de comunicación antes que desde su propio seno, se fueron apartando de la ciudadanía y comenzaron a guiarse por las encuestas. La estética de la imagen se fue imponiendo al debate ideológico y más preocupados por la forma que el fondo de los conflictos que siempre genera la cosa pública, se fueron cerrando las puertas de las sedes partidarias para abrirse solo unas pocas veces al año. La política y parte de su dirigencia, habían sucumbido ante la lógica del show, mutando hacia nuevas estructuras que fueron abandonando -poco a poco- a las bases (militantes o simples simpatizantes) sobre las que se construye cualquier tipo de legitimidad. La mesa familiar o la charla de café, fue reemplazada -de un modo casi brutal- por los medios de comunicación (en especial la TV) para la discusión o el análisis político. Entonces, ya no hacían falta los partidos, la "nueva" democracia pasó a ser construida desde la televisión. Así nos fue, bastaría con recordar el origen de la Alianza que gobernó a la Argentina (1999-2001) y el legado trágico que dejó al pueblo argentino.Por una simple cuestión generacional, sumado a las experiencias vividas como militante político y aunque no las comparta para nada, comprendo los "ecos" de algunos compañeros que reclaman por no haber recibido "invitaciones especiales" para asistir a la conmemoración de la fecha que reivindicó el acontecimiento popular más espontáneo y trascendental de toda la historia de este país. Ellos, también son víctimas, no culpables.En este devenir, no debe perderse de vista (en ningún momento) la esencia y el origen del peronismo, que nació como respuesta a demandas sociales postergadas durante más de un siglo. El peronismo marcó la aparición de un nuevo sujeto colectivo, olvidado hasta entonces, a quien hubo que "crearle" un Partido para que - como movimiento social- pudiera expresarse y competir a través del voto, en las reglas de juego que el sistema democrático impone. Aquel nuevo actor social y fuerza política que a la postre sería arrasadora, se conformó aglutinando a distintas corrientes políticas: laboristas, radicales yrigoyenistas e independientes, entre otros, que contenían trabajadores, comerciantes, pequeños empresarios, etc. Es decir, el peronismo se nutrió de todas aquellas corrientes políticas que abrazaban la causa nacional y la defensa de los intereses de los más postergados. ¡Allí está su grandeza!El 17 de octubre representa el ícono que define la identidad genética del más grande movimiento de masas jamás superado en la vida política de los argentinos. Su carácter nacional y popular, debe ser la bandera eterna que guíe sus pasos. Sus principios rectores de alcanzar Independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política es la fiel continuidad de aquello expresado por una generación de hombres fundantes, sintetizados en aquella máxima de Raúl Scalabrini Ortiz, quien a fines de los años treinta señalara: "la Restauración Argentina solo podrá cumplirse sobre la base de la Soberanía Popular, la Emancipación Económica y el imperio de la Justicia Social".No debe haber algo más triste para un militante, sea del partido que sea, que pasar por la puerta de un local partidario y encontrarla cerrada. No debe haber mayor frustración para quienes entienden la Política como el máximo instrumento para poder transformar la realidad del conjunto, muchas veces angustiante e impostergable, que ser testigo de un tiempo en que la "alfombra roja" es condición necesaria para que otros militantes asistan al espacio donde en definitiva, lo único que se debate son los sueños comunes. Tal vez y solo tal vez, allí radique la falta de interés de muchos para acercarse a los partidos políticos.El gran desafío para esta generación, es romper con la percepción de que "los partidos políticos sólo abren sus puertas en momentos electorales". Los partidos deben recuperar el escenario para la discusión Política. No importa de qué fuerza política hablemos, pero es imprescindible (para todas ellas) arrebatarle a los intereses mediáticos ese monopolio perverso. Y esa es una lucha que deben librar todos los partidos políticos, se lo deben al pueblo. No alcanza con partidos de puertas abiertas, tienen que ser también convocantes, que estimulen abiertamente (como se está haciendo hoy) la participación ciudadana. No importa de dónde venga cada uno, solo importa que todos coincidan en la impostergable necesidad de proyectar un destino común para la grandeza de la patria y la felicidad de su pueblo.Si lo logran, habrán quebrado la verdadera trampa antidemocrática que ha sido perfectamente planeada (y con éxito, al menos hasta ahora) desde "otros" intereses, ajenos a la vida política y por tanto, ajenos a las necesidades y/o las voluntades populares.Aprovechemos la oportunidad que el nivel municipal, es el más importante para una democracia directa y es el que está en mejores condiciones para poner fin a un paradigma que está minando la esperanza de muchos conciudadanos y de muchos compatriotas.Por eso, ¡viva aquel 17 de octubre de 1945 en Plaza de Mayo y viva este 17 de octubre de 2016 en Gualeguaychú!
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