TURISMO DE CERCANÍA
El Palmar, San José y Liebig: tres destinos turísticos que van de la mano
El Parque Nacional El Palmar, Colonia San José y Pueblo Liebig componen una tríada única para cualquier turista que visite Entre Ríos. Cada lugar tiene su propia esencia, pero juntos forman un itinerario perfecto por su combinación de playas, viñedos, historia y naturaleza.
Nuestra provincia ofrece un sinfín de maravillas naturales y culturales, y entre sus joyas más destacadas se encuentran el Parque Nacional El Palmar, Colonia San José y Pueblo Liebig. Estos tres destinos, ubicados a corta distancia entre sí, combinan playas, historia, sabores locales y paisajes únicos, ideales para una escapada inolvidable.
A menos de una hora de Colón, el Parque Nacional El Palmar es el complemento perfecto para esta ruta. Este espacio protegido, de más de 8.200 hectáreas, resguarda las icónicas palmeras Yatay, árboles autóctonos que pueden vivir hasta 400 años y que se encuentran en peligro de extinción.
El parque cuenta con senderos ideales para recorrer a pie o en vehículo, rodeados de pastizales pampeanos y cursos de agua. Entre su fauna, destacan los carpinchos, corzuelas, lobitos de río y diversas aves. Además, en su interior hay vestigios de antiguos asentamientos jesuíticos, que añaden un toque histórico al recorrido.
Colonia San José, también a pocos minutos de Colón, es la cuna de la inmigración europea en Entre Ríos. Fundada en 1857 por colonos provenientes de Italia, Suiza y Francia, conserva su espíritu histórico en el Museo Histórico Regional, donde los visitantes pueden sumergirse en la vida cotidiana de aquellos primeros pobladores.
Un lugar destacado de la colonia es la Bodega Vulliez Sermet, un emblema de la tradición vitivinícola de Entre Ríos. Aunque la provincia perdió su protagonismo como productora de vino tras una prohibición en 1935, esta familia rescató la actividad en la década de 1990, devolviendo el protagonismo a sus viñedos históricos. Actualmente, ofrecen visitas guiadas, degustaciones y alojamiento, brindando una experiencia completa.
Otro sitio imperdible es el establecimiento Los Pecanes, una empresa familiar dedicada al cultivo de nueces pecan. Allí se pueden recorrer las plantaciones, disfrutar de una casa de té con productos caseros y relajarse en su encantador patio al aire libre.
Por último, y con un aire tranquilo y nostálgico, está Pueblo Liebig, que se destaca por su pasado como epicentro de la producción de extracto de carne. A principios del siglo XX, la Liebig Company construyó una planta industrial que transformó al pueblo en la “cocina del mundo”. Aunque hoy el complejo se encuentra en ruinas, puede recorrerse en compañía de guías autorizados, quienes relatan la importancia histórica del lugar.
Además de su legado industrial, Liebig guarda un tesoro único: Butterflies, una colección impresionante de mariposas y coleópteros del doctor Mateo Zelich, que su hija Sonia exhibe con pasión. Este rincón sorprende a los visitantes con su riqueza y belleza natural.
Desde Liebig también es posible emprender una aventura en lancha hasta los bancos de Caraballo, una isla de arena virgen en el río Uruguay. Este paraíso natural es refugio de aves migratorias como rayadores, garzas y gaviotines, y ofrece una experiencia única para quienes buscan conexión con la naturaleza.