El nuevo parador: UNO (calificación final)
Profesor Luis Guillermo Ledri.
DNI 16.002.330.
Sr. Director:
En el comienzo de la temporada turística, el nuevo parador construido en Costanera Norte, es una de las novedades que acapara la atención de propios y de extraños.
Amén de las desprolijidades administrativas cometidas por las autoridades Municipales en la concesión del espacio público, y más allá de los amparos y permisos judiciales, el apresuramiento con que se llevó a cabo la obra para terminarla en unos pocos días, dejó como resultado errores (graves algunos) e inaceptables descuidos (¿?) que -una vez más- nos demuestran que “las cosas realizadas con apuro nunca salen bien”.
Paso a enumerar:
1) No se tuvo en cuenta en el proyecto una rampa para que las personas discapacitadas puedan descender a la playa (y aquí la pregunta: ¿esto no es una de las imposiciones para habilitar un local comercial? ¿quién dio el visto bueno al proyecto?)
2) El proyecto inicial incluía la parquización del espacio, (según el diccionario, parque significa: “terreno arbolado y ajardinado situado en una población…”). La inversión realizada en este rubro ha sido paupérrima: dos endebles palmeras que están apuntaladas para mantenerlas en pié y de cuatro lirios agapanthus que se están secando por la falta de riego.
3) No hay un sólo cartel que indique si la zona está, o no, habilitada como playa. De estar habilitada, el domingo a las 18:00 no había servicio de guardavidas y la playa no tenía discos ni el sistema de boyado demarcatorio que Prefectura Naval exige. Si la playa no está habilitada se podía ver a algunos turistas en el agua, mientras dos embarcaciones deportivas (gomón y moto de agua) llegaban y se iban del lugar con el riesgo que esto conlleva para los bañistas.
4) Por último, a un costado del espacio cedido, un gran caño de desagüe exhibía en la desembocadura -a un metro del río- una pequeña laguna de aguas verdes, espesas y fétidas de origen incierto. Como paradoja de esto último, en la margen opuesta del río y sobre un paredón del Club Neptunia, hay un cartel de “No a las papeleras” queriendo demostrar el compromiso del pueblo en la lucha por la contaminación.
Por todo lo expuesto, los responsables (municipales y privados) del emprendimiento deben subsanar los errores cometidos a la brevedad (la temporada recién comienza), pues, si es cierto que queremos convertirnos en un “polo de atracción turístico”, debemos empezar de una vez por todas a trabajar con seriedad y respeto, o sea, con profesionalismo.
Ahh…me olvidaba, el nombre del lugar ha sido una buena elección, porque en esta evaluación, el parador tiene un “Uno” como calificación final.
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