UNA MIRADA AL PASADO DE LA CIUDAD
El Hotel del Vapor y el Hotel Comercio, algo más que hospedajes en la Gualeguaychú de antaño
Durante décadas, fueron protagonistas del crecimiento de la producción local y cumplieron un rol social clave al ser el punto en común para el desarrollo de todas las actividades comerciales y recreativas. Parte de su relevancia histórica también está dada por el hecho de que albergaron a figuras destacadas que tuvieron su paso por Gualeguaychú, como Hipólito Irigoyen o Carlos Gardel.
Al igual que la llegada del ferrocarril o el desarrollo de la industria, uno de los elementos que evidencian la transformación de la pequeña villa de Gualeguaychú en una urbe encaminada hacia el progreso fueron, curiosamente, sus hoteles.
A través de su historia y características, como también de los personajes llamativos que se alojaron en ellos, se pueden conocer detalles valiosos de la dimensión social, económica y cultural de la ciudad en épocas muy distintas.
En ese sentido, el Hotel del Vapor y el Hotel Comercio constituyen dos grandes ejemplos. Ubicados a tan sólo una cuadra de distancia uno del otro y en pleno casco histórico, ambos establecimientos coexistieron durante varios años y se mantuvieron en vigencia por muchos más: el primero, desde mediados hasta finales del 1800, cuando vio su ocaso; y el segundo, desde el último cuarto del siglo XIX hasta el cierre de sus puertas en 1964.
El Hotel del Vapor y las necesidades de una época
En el transcurso de 1852 y 1853, un inmigrante vasco asentado en Gualeguaychú llamado Pedro Urtazum dio inicio a la actividad de la Fonda del Vapor (como se llamó en un principio) en una modesta construcción levantada en la esquina noreste de las actuales calles 25 de Mayo y Mitre. A este –y otros albergues contemporáneos– acudían toda clase de personas: desde personas vinculadas con la campaña que llegaba al pueblo en busca de provisiones o para realizar diligencias y que por la lentitud del transporte debían pernoctar en la ciudad antes de continuar su marcha, hasta viajeros de lugares lejanos que lo elegían para alojarse por tiempo indeterminado.
Pero lo más llamativo quizá sea que, con el paso del tiempo, el Hotel del Vapor se volvió un punto de encuentro para las actividades más diversas: abogados y gestores de trámites recibían a sus clientes; empresarios y terratenientes llevaban a cabo transacciones de negocios, como la compra y venta de campos; e incluso médicos, odontólogos y parteras llegaron a atender a la comunidad. También se instalaron en el lugar afinadores de piano y maestros de canto. De hecho, en 1878, figuraba como el sitio en que se realizaba y cobraba la suscripción a la Escuela de Música. Además, se sabe que bajo su techo se celebraron reuniones de sociedades recreativas y mutuales, donde se discutieron temas como la construcción de un puente sobre el arroyo “El Cura” hasta la preparación de los festejos del Carnaval.
Hacia 1860, el Hotel del Vapor también era el punto de referencia para la salida y el arribo de las diligencias de Luis Carnero a Concepción del Uruguay, y de la recepción de otras provenientes de Gualeguay. Este movimiento de pasajeros que ocurría en torno al hotel fue uno de los factores que contribuyó a que allí se dieran cita toda clase de actividades y captar la curiosidad de más de un vecino.
En una de sus célebres conferencias, la estudiosa de la historia local Elsa Beatriz Bachini se refirió a esta función clave que tenía el Hotel del Vapor en la Gualeguaychú de antaño, y resaltó que esto “hizo que fuera punto de reunión de la élite intelectual de la época”. También mencionó que el Vapor “pasó a ser propiedad de Don Francisco Lesca en 1888”, quien, según el periódico “La Fraternidad”, “le devolvió el esplendor de sus antiguos tiempos, y tanto, que en ese momento era la única casa de Gualeguaychú que se alumbra con faroles de gas”.
El Hotel Comercio que perduró en el tiempo
En sus orígenes, el emblemático hospedaje ubicado en las actuales 25 de Mayo y 3 de Febrero se llamó Hotel Argentino. Su parte más antigua se construyó en 1870 y 10 años más tarde fue rifado por el valor de 17.045 pesos fuertes, el billete de ese entonces.
En su primera etapa, el inmueble pasó por distintos dueños, hasta que en 1905, y ya con el nombre de “Hotel Comercio”, fue adquirido por Donato, Domingo y David Della Chiesa, tres hermanos inmigrantes italianos que llevaron el establecimiento a su apogeo. En el transcurso de esa primera mitad del siglo XX, los sucedió Pablo Bassi, quien comenzó como aprendiz de cocina, luego se convirtió en el gran chef del hotel y finalmente en la persona que estuvo al frente del mismo hasta 1957.
El edificio contaba con dos plantas en estilo italiano y se extendía hasta mitad de cuadra por la calle 3 de Febrero. En 1910 le fue anexada una nueva parte, más alta, en estilo francés. Tenía 54 habitaciones y su prestigio era reconocido en la provincia. Si bien no eran usuales los baños privados, las habitaciones tenían un lavatorio, al estilo de los hoteles ingleses. Por esta clase de servicios, era considerado un hotel de primera categoría.
Por otra parte, la fama de su cocina hacía que muchos eventos y ocasiones que requiriesen un banquete se realizaran en su salón comedor, que se estima que tenía capacidad para cientos de comensales. En la recepción del Hotel, por otro lado, había una pianola y un piano; y en el amplio salón-bar de la esquina, una chopera de 4 picos, mesa de billar y servicio de café express a máquina. “El Comercio”, además, contaba con cochera propia, una máquina lustradora de zapatos, servicio de lavandería y alquiler de autos.
Personajes destacados
Con el paso del tiempo y a medida que la ciudad cobraba relevancia, llegaron distintas figuras reconocidas y, naturalmente, se alojaron en estos hoteles. En la actualidad, una placa de mármol ubicada en lo alto de la esquina de 25 de Mayo y Mitre recuerda a Robert Bontine Cunninghame Graham (1852-1936), el escritor, político y aventurero escocés que se alojó varias veces en el Hotel del Vapor entre 1870 y 1871, donde estableció un fuerte vínculo con Gualeguaychú.
En el mismo establecimiento y por la misma época –en 1871– tuvo su paso el comandante Natalio Paggi, compañero de Giuseppe Garibaldi en las luchas por la unificación italiana. Un año antes, en 1870, también se hospedó en el Vapor el escritor y diplomático rioplatense Héctor Florencio Varela.
El Hotel Comercio también recibió figuras de gran peso y de todos los extractos, como de la política, el arte y el deporte. Algunos de ellos fueron los ex presidentes y referentes de la Unión Cívica Radical Hipólito Irigoyen, Agustín P. Justo; el poeta “Almafuerte” (Pedro B. Palacios), el piloto de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio, la actriz y cantante Tita Merello, el cantor y guitarrista Edmundo Rivero o el mismísimo Carlos Gardel, quien actuó en el Teatro Gualeguaychú en 1919.