AJUSTE A LA CIENCIA
El Gobierno de Milei recortó cerca de 250 contratos y hay temor por una "fuga de cerebros"
Además del recorte en contratos, de las 800 becas que se habían prometido para la convocatoria 2023, solo se efectivizaron unos 500. Así, se genera un contexto perfecto para que los científicos comiencen un éxodo masivo al exterior.
Previo a llegar al Gobierno, el presidente Javier Milei realizó una intervención de las más recordadas en televisión abierta, en plena campaña electoral, donde apuntaba a recortar diferentes diferentes áreas del Estado, entre ellos, el CONICET, al grito de "¡afuera!". También en campaña, el mandatario había propuesto privatizar este organismo estatal.
En ese sentido, el Gobierno comenzó a realizar recortes en este organismo, como en muchos otros. Según informaron, cerca de 250 científicos de larga carrera entre sus doctorados y posdoctorados se quedaron repentinamente afuera del organismo, debido a que se redujo la duración de sus contratos y, en paralelo, se decidió no renovarselos. En otro orden, de las 800 becas que se habían prometido para la convocatoria 2023, solo se efectivizaron unos 500.
"Son 240 jóvenes investigadores que venían trabajando desde hace seis o siete años. Son todos profesionales ya recibidos y estaban esperando una decisión a ver si podían ingresar a la carrera de investigador del CONICET porque se habían presentado al concurso", explicó el inmunólogo e investigador Jorge Geffner a C5N.
Por su parte, la Dra. en Historia y ahora ex becaria posdoctoral del CONICET, Pamela Brownell, precisó: "Desconocieron la duración de nuestras becas, nos desvincularon del organismo" y, además, añadió en diálogo con Urbana Play que "no se está cumpliendo con los cupos establecidos para carrera o becas por el ajuste presupuestario".
Geffner remarcó que esta situación se da en un "marco muy preocupante" porque "está bloqueado el ingreso a las carreras en el Conicet". "La gente se jubila y tenemos una muy importante ola de renuncias por dos motivos: primero, porque los sueldos son bajísimos; y segundo, porque no hay un peso para trabajar", afirmó.
"Es una tormenta perfecta: no das un peso para trabajar y los salarios son bajos en un momento donde desde Europa y Estados Unidos hay una oferta muy importante de puestos de trabajo. Entonces estamos en una situación de éxodo científico que yo me animaría a decir que ya es masivo", alertó el investigador.
Fuega de cerebros
En los 90' y 2000, la fuga de cerebros se hizo muy conocida porque los científicos elegían trabajar en otros países, debido a que eran pocas o nulas las posibilidades en Argentina. "Estamos atravesando una fuga de cerebros. Ya hay muchos que dijeron que acompañaban el reclamo, que esperaban que se resolviera pero que les salió un trabajo afuera, porque es muy difícil dedicarse a la investigación por fuera del CONICET", relató Brownell.
"Todos estamos recalculando qué va a ser de nuestras carrera y de nuestras vidas. Si me preguntás hoy, así en caliente, tengo dos opciones: aceptar una posibilidad en el exterior, o abandonar la ciencia. Es triste pero ese es el presente. Nos están diciendo: chau, andate, invertimos años y años en tu formación, pero ahora no nos interesa más", dijo la geóloga especializada en paleontología Agustina Toscano a Página 12, que hasta ayer trabajaba en la cuenca neuquina, en equipos que investigan, por ejemplo, la formación de Vaca Muerta.
Testimonios como el de Toscano, Geffner y Brownell resumieron la tristeza de tantos años invertidos en investigaciones y equipos de trabajo que hoy están cerca de su disolución.
Fuente: Filo.news