¿QUÉ PASA SI SE TERMINA CON LA "CASTA POLÍTICA"?
El cambio deberá ser cultural
¿Qué pasaría si termináramos con la “Casta política”? Comencemos analizando este término.
Por Juan Pablo Castillo*
Este concepto de “la casta” puede que suene bien pero, cuidado, ya que repetir este tipo de slogans puede perjudicar a la gran mayoría de la población.
Pensemos primero en el concepto de Casta: Una casta es una manera particular de estratificación social a la que se pertenece solamente a través del nacimiento. Esto es, de acuerdo al lugar donde nacés, estás destinado a morir; para los estratos sociales más bajos, no hay movilidad social ascendente posible.
Uno entiende las críticas que pueden hacérsele a la política, pero no debemos confundir a la política con algunos políticos que tanto daño le hacen a la misma, porque la política es la mejor herramienta que tenemos para transformar la realidad donde vivimos. Si eliminamos a “los políticos” ¿Qué sistema de gobierno tendríamos?
sería un “sálvese quien pueda” donde los que más tienen seguirían siendo los únicos privilegiados mientras que los que nada tienen seguirían estando en el mismo lugar, no habría posibilidad de ascenso social; paradójicamente, convertiríamos a nuestra sociedad en una verdadera “sociedad de castas” en la que en el estrato al que pertenecemos al nacer, será el mismo en el que vamos a morir.
Pensemos un poco; una sociedad sin política, sin políticas públicas, sin políticas de salud, sin política educativa, donde el mercado regule y domine absolutamente todo sin intervención alguna del Estado, donde si no tenés plata no tenés acceso a la educación, a la salud, ni servicios sociales, ni seguridad;
¿Para qué servirían las elecciones? si el mercado el que todo lo puede elegiría al más apto y no habría necesidad de elegir a nadie ya que el que más tiene supuestamente es el mejor.
Entonces no deberíamos dejar que el rechazo a los políticos nos haga entrar en un terreno donde podamos arrepentirnos y luego decir “yo no lo voté” porque sabemos que eslóganes que interpelan nuestra desesperación tales como “la dolarización” que es pretender o pensar que vamos a cobrar todos en dólares cuando esto no es así nos lleva a caer en una falsa ilusión.
En definitiva, los políticos son parte de nuestra sociedad, reflejan lo que somos. No podemos pretender que haya un salvador ni nadie que supla el esfuerzo que todos tenemos que hacer. Pensemos en nuestros abuelos los inmigrantes e imitemos el esfuerzo que hicieron y la cultura del trabajo que desarrollaron ya que el cambio definitivo determinante tiene y debe ser cultural.
*Sociólogo y consultor político.