LA PROBLEMÁTICA AFECTA DIRECTAMENTE LA CALIDAD DEL SERVICIO
El 20% de los usuarios de Gualeguaychú roba o no paga su factura de energía eléctrica
Cortes en verano, inversiones atrasadas y hasta robo de transformadores. El sistema de energía eléctrica en la ciudad está atravesado por una serie de problemáticas. Pero ¿qué pasa cuando el 80% de los clientes deben sostener el 100% del entramado de consumo? Desigualdad, economía y la necesidad de la intervención estatal.
Mónica Farabello
Atravesados por los subsidios y la necesidad de “sincerar tarifas”, los usuarios de la energía buscan ahorrar y achicar el consumo para evitar una factura en rojo.
En otro carril, un 20% de los consumidores de Gualeguaychú se encuentra en estado de morosidad, incobrabilidad y hasta robo de energía.
Vamos a diferenciar una situación de la otra. Por un lado, muchos usuarios ingresaron al porcentaje de morosidad en la pandemia cuando los ingresos económicos se achicaron o muchas personas quedaron sin trabajo. Ese porcentaje se fue achicando y en la actualidad casi el total pudo regularizar su situación.
Por otra parte, un 12% de los usuarios se mantiene en el rango de los morosos o los incobrables. En la ciudad hay una cantidad de 45 mil usuarios en la Cooperativa, de los cuales, hay un 12% de morosidad e incobrabilidad, lo que representaría un universo de 5400 usuarios deudores que no aportan al sistema.
En tanto, un 8% más roba o hurta la energía sin poder determinar la cantidad exacta de usuarios. Pero ¿cómo se llega a este porcentaje? La Cooperativa Eléctrica compra energía mensualmente, y de lo recaudado por la facturación, estima quiénes roban los kilovatios.
Con estos números, desde la entidad sostienen que el 80% de los gualeguaychuenses sostiene el sistema eléctrico, mientras que el 20% es “subsidiado” injustamente por los contribuyentes.
El plan de regularización y los medidores comunitarios
Ahora ElDía consultó al presidente de la Cooperativa Eléctrica, Nahuel Otero quien explicó que montaron “un plan para regularizar deudas que venían de la pandemia que ya están todas al día; peo hay una cartera importante de pérdida e incobrabilidad. Estamos haciendo gestiones de cobranza de manera permanente”.
Los asentamientos de la ciudad son un tema aparte. En estos lugares están todos colgados de manera ilegal. Este tipo de conexiones ronda un 8% más que se suma al 12% de morosidad, sumando un 20% de pérdidas que asumen los usuarios de la Cooperativa.
El robo entraría en “las pérdidas no técnicas” como se denomina en la Cooperativa Eléctrica, mientras que la pérdida técnica refiere a lo que se desaprovecha cuando la energía es trasladada de un lugar a otro.
“El robo no hay forma de medirlo y tampoco tenemos un relevamiento de cuántas familias se encuentran en esas condiciones porque no hay registro. Desde la Cooperativa hacen una cuenta de la energía que se compra y lo que se factura. En esa diferencia podemos sacar los kilovatios, pero cuántos se cuelgan no tenemos manera de medirlo”, explicó Otero. Justamente por esta problemática, es que desde la entidad comenzaron a trabajar en un proyecto que incluye medidores comunitarios para barrios populares.
En el caso de los asentamientos existe una nueva particularidad: Tienen que estar inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares porque si no, no se puedes hacer ningún tipo de obras.
En el caso puntual del barrio Totó Irigoyen “la mayoría de la gente no paga, aunque tienen medidores. Ellos están dentro del sistema pero en su gran mayoría están todos enganchados”, indicó Otero y agregó que en ese lugar pudieron poner un medidor comunitario. “Pero debería salir una ordenanza donde diga si el Municipio puede hacerse cargo de los consumos de determinados sectores. No hemos avanzado mucho, pero estamos en tratativas”, expresó a Ahora ElDía.
“Con este tipo de medidores comunitarios podemos saber cuánto se consume para que alguien se haga cargo de eso. En Concordia hay entre 12 y 15 medidores comunitarios arreglados con el Municipio”, indicó el Presidente de la Cooperativa Eléctrica, quien no dejó de tener en cuenta el factor social en este entramado, “porque cuando vamos a un asentamiento hay familias compuestas por muchos niños, y uno no puede ser tan insensible de desenganchar cuando sabemos que necesitan energía para calefaccionarse en noches de frío”.
En busca de un sistema más justo
El enganchado afecta a los que pagan, porque quien roba energía, además no la cuida porque “no tiene costo”. Este sistema desigual atenta contra el buen servicio y redunda en una injusticia económica para quienes hacen su aporte de manera legal y correcta.
Otero señaló que están reordenando todo para tener mayores controles. “Esto nos va a llevar un año más de trabajo. Buscamos ir a un sistema de medidores prepagos como el de televisión satelital. Con este sistema, la persona que alquila un bungalow o un departamento, lo entrega con mil pesos de energía y cuando eso se consume, se corta.
Esto busca evitar que el turista que viene use de manera indiscriminada, dejando todo prendido y provocando grandes costos a los propietarios. Esa energía se puede recargar a través de una tecnología que hoy está disponible. Si bien es cara, apuntamos a ese sistema para aprender a cuidar la energía”, detalló.
Esta experiencia ya se está dando en Santa Fe y sería una gran solución para los corredores inmobiliarios o para quienes alquilan un complejo de bungalows.
EL DATO
Para denunciar robo de energía podés comunicarte al teléfono de guardia y reclamos: 422102- 427521- 0800-888-2102 o por la web https://ceg.org.ar/denuncia-de-fraude