EE.UU. enfrenta una pandemia de obesidad
Más del 26 % de los norteamericanos son obesos y las enfermedades relacionadas con la obesidad representan casi el 10% de los gastos médicos del país del norte.En total, el problema cuesta al sistema de salud de Estados Unidos 147.000 millones de dólares por año. Eso informó recientemente el doctor Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés)."Es crucial que tomemos medidas efectivas para contener y reducir la enorme carga de obesidad en nuestra nación", señaló Frieden, para quien la pandemia no se resolverá en forma individual sino "como sociedad".El político demócrata Tom Harbin, miembro del comité de salud del senado estadounidense, se sumó a la campaña. "Informe tras informe muestra que si fracasamos en la toma de decisiones ahora sobre la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad, los costos sanitarios continuarán su espiral fuera de control", dijo.Los CDC delinearon 24 nuevas recomendaciones sobre cómo las comunidades pueden combatir la obesidad en sus vecindarios y escuelas incentivando una alimentación más saludable y el ejercicio físico.Las estadísticas indican que las tasas de obesidad de EE.UU. crecieron un 37% entre 1998 y 2006, disparando el gasto en tratamientos para dolencias relacionadas con la enfermedad, como diabetes, enfermedades cardíacas y artritis.Médicamente se considera obeso a aquel que tiene un índice de masa corporal (IMC) de 30 puntos o más. El IMC es el equivalente al peso en kilogramos dividido por la altura en metros cuadrados.Así, una persona de 165 centímetros es obesa a partir de los 82 kilos de peso. Los expertos norteamericanos aseguran que rara vez la obesidad es el resultado de una enfermedad."Lo cierto es que la mayoría de las personas engorda porque ingiere más calorías de lo que su cuerpo necesita. Y no sólo se trata de comer demasiado en términos de cantidad, sino también de calidad", explicó el director de los CDC.Las estrategias de combate de la pandemia en Estados Unidos apuntan a solucionar la falta de alimentos saludables en los vecindarios pobres y a modificar los estilos de vida sedentarios.Frieden dijo que las bebidas gaseosas y los refrescos azucarados "juegan un papel particular en la epidemia de obesidad", al señalar que los estadounidenses consumen unas 150 calorías adicionales por día en bebidas azucaradas, en relación con las tres últimas décadas.En tanto, un legislador del Estado de Nueva York, Félix Ortiz, impulsa la creación de un impuesto a la comida basura, los videojuegos y la publicidad televisiva de las cadenas de comida rápida.Se calcula que en el estado de Nueva York hay 6,5 millones de obesos. "Eso nos está costando en asuntos de salud como diabetes, asma y problemas cardiovasculares alrededor de 5.000 millones de dólares sólo en el Estado de Nueva York", dijo Ortiz.En su opinión, los videojuegos contribuyen al sedentarismo y la propaganda televisiva que las grandes cadenas hacen sobre comida con escaso valor nutritivo falta "el respeto a los niños".La obesidad aparece como una manifestación del 'homo consumiens', esa variante antropológica contemporánea de la especia humana. Es paradójico que esta pandemia se verifique en EE.UU., el país de la opulencia.Se diría que estamos en presencia de los males de la abundancia. Está claro que una serie de hábitos alimentarios que se fundan en el exceso de consumo de sustancias pueden dañar el organismo.También es curioso que mientras la obesidad se expande, avance otra enfermedad paralela, la anorexia, que es el miedo a engordar.
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