Divorcio entre las aulas y el mercado laboral
Muy atrás quedó el escenario en el cual los que salían del sistema educativo se insertaban rápidamente en el mercado laboral. La brecha entre ambos mundos, en realidad, se ha agrandado.Hubo un tiempo en que un título universitario servía de salvoconducto para la práctica de una profesión hasta la jubilación. Pero eso ya es historia. Hoy en día, si uno no renueva constantemente sus conocimientos, puede ver reducido sus esfuerzos para ganarse la vida.Existe la sospecha de que la educación no está suministrando todo lo que la economía, en vertiginoso cambio, necesita en realidad. O en otras palabras, de que las competencias cognitivas y habilidades que se ofrecen en las aulas, no se ajustan a las demandas del mercado.Cómo nuestros sistemas educativos se adaptan a las exigencias de la economía y de la sociedad del conocimiento, o cómo se prepara a los jóvenes para el desempeño de otros puestos que pueden ocupan en el futuro, es un tópico que concita el debate mundial.En Argentina, hay cierto consenso respecto de que mientras el mercado laboral pide nuevas vocaciones y especializaciones, siguen teniendo convocatoria las carreras tradicionales (abogacía, psicología, arquitectura, medicina, ciencias económicas).Algunos expertos en temas laborales aseguran que el país necesitará para los próximos 10 años profesionales en ingeniería, turismo, medio ambiente, agro y salud, con domino amplio de herramientas informáticas.Se habla de escasez de ingenieros; la demanda no está satisfecha en cantidad y calidad. "Serán requeridos profesionales en todas sus ramas. Pero sobre todo los mecánicos, cuyo déficit todavía no pudo ser cubierto", opinó Ernesto Kritz, director de la consultora Sociedad de Estudios Laborales (SEL Consultores), en diálogo con Clarín.Y agrega: "El sector agropecuario demandará personal con un excelente nivel de educación y habilidades para la informática en todos sus empleados. El hombre que se suba al tractor ya no será el que se limite a manejar la máquina, sino el que pueda operarla y entender su complejidad".La novedad de las proyecciones laborales en el país es la inminente necesidad de acompañantes terapéuticos, sobre todo para el cuidado de adultos mayores.Los expertos coinciden en que lo que se pedirá para todos los rubros es competencia informática. ¿Cuál es el perfil del trabajador del futuro? "Proactivo y con capacidad de adaptación. El que esté convencido de que el cliente ya no es 'amo' sino 'emperador'. Y el honesto, es decir, que en su perfil de Facebook demuestre buenos antecedentes. Pero van a resistir los que se banquen la velocidad de los cambios", sostuvo Martín Sandoval, consultor laboral.Muchos creen que en Argentina no se educa para el trabajo. Algunos creen que el fallo está en la secundaria. "La escuela media está disociada del mundo del trabajo. Para desarrollar más vocaciones tecnológicas y científicas habría que trabajar más ese aspecto en el secundario", cree Diana Aisenson, del departamento de Orientación Vocacional de la Universidad de Buenos Aires.Paralelamente, mientras faltan ingenieros y especialistas en informática, parece haber más abogados que pleitos. Hace poco, el presidente del Colegio de Abogados de Entre Ríos, Luis María Campos, se quejó de la "plétora profesional"."Somos muchos más abogados de los que la sociedad necesita y siguen apareciendo cada vez más facultades de Derecho que auspician más abogados", se sinceró."Mientras la matrícula crece exponencialmente, el trabajo ofrecido en función de la realidad social aumenta según el lento crecimiento vegetativo de la sociedad", agregó.
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