CAMBIOS EN LA VESTIMENTA
Desmaquillarse y tacones altos: Un caso para las aerolíneas
Tradicionalmente, las aerolíneas han exigido maquillaje y tacones altos a sus auxiliares de vuelo para proyectar una imagen profesional y mejorar el servicio al cliente. Sin embargo, varias aerolíneas, como Qantas Airways, Virgin Atlantic y British Airways, han permitido a sus tripulantes de cabina prescindir de estos requisitos.
Este cambio en las políticas de vestimenta de las aerolíneas refleja una transformación más amplia de las normas en el lugar de trabajo, ya que las aerolíneas responden a los cambios de actitud de la sociedad, dan prioridad a la comodidad y la seguridad y abogan por la inclusión.
A continuación veremos por qué las aerolíneas se están alejando del maquillaje obligatorio y los tacones altos para la tripulación de cabina, examinando el contexto histórico y los factores contemporáneos que impulsan este cambio.
La Historia: ¿Por qué eran obligatorios el maquillaje y los tacones altos?
Para entender el alejamiento de los códigos de vestimenta tradicionales de las aerolíneas, es esencial profundizar en las razones históricas de la inclusión obligatoria del maquillaje y los tacones altos en los uniformes de las auxiliares de vuelo. Estos requisitos estaban profundamente arraigados en las prácticas y percepciones pasadas de la industria aérea sobre lo que constituía una apariencia profesional y orientada al servicio.
1. Proyección de una imagen profesional
Una de las principales motivaciones para imponer el uso de maquillaje y tacones altos era el deseo de proyectar una imagen profesional a los pasajeros. Las aerolíneas pretendían crear una impresión de competencia, fiabilidad y meticulosa atención al detalle entre sus tripulantes de cabina. A mediados del siglo XX, cuando el avión era un medio de transporte lujoso y exclusivo, la apariencia de las azafatas desempeñaba un papel fundamental en la percepción que los pasajeros tenían de la propia aerolínea.
2. El atractivo
Otro factor histórico que contribuyó al código de vestimenta obligatorio fue la creencia de que el maquillaje y los tacones altos aumentaban el atractivo de las auxiliares de vuelo. Las aerolíneas argumentaban que unas tripulantes de cabina más atractivas proporcionarían un mejor servicio al cliente, mejorarían la experiencia general del pasajero y atraerían potencialmente a más clientes. Esta percepción se basaba en la idea de que una tripulación de cabina visualmente atractiva contribuiría al éxito de la aerolínea.
3. Expectativas de género
Además, la imposición del maquillaje y los tacones altos estaba a menudo profundamente entrelazada con las expectativas de género. Históricamente, el papel de azafata de vuelo estaba ocupado predominantemente por mujeres, y estos requisitos reflejaban las normas y expectativas sociales sobre cómo debían presentarse las mujeres en un entorno profesional. En muchos sentidos, el maquillaje y los tacones altos se consideraban símbolos de feminidad y elegancia.
Aunque estas motivaciones históricas para el maquillaje obligatorio y los tacones altos pudieron parecer válidas en su momento, las perspectivas contemporáneas cuestionan estas normas y exigen una reevaluación de las políticas de vestuario. El sector de las aerolíneas se está adaptando ahora a las sensibilidades modernas y considera primordiales la comodidad, la seguridad y la igualdad de sus tripulantes de cabina, lo que ha provocado un cambio significativo de estos requisitos antaño obligatorios.
Razones para apartarse del código de vestimenta tradicional
El abandono de los códigos de vestimenta tradicionales para las auxiliares de vuelo, en concreto la eliminación del maquillaje obligatorio y los tacones altos, refleja un profundo cambio en los valores, prioridades y respuestas del sector aéreo a la evolución de las normas sociales. He aquí las principales razones de este cambio:
1. Comodidad y seguridad
Las azafatas de vuelo realizan trabajos muy exigentes que a menudo les obligan a estar de pie durante largos periodos de tiempo. Aunque estéticamente agradables, los tacones altos pueden resultar físicamente agotadores e incómodos con el tiempo. También pueden suponer un riesgo para la seguridad, sobre todo en caso de turbulencias o emergencias durante el vuelo. La priorización de la comodidad y la seguridad de los miembros de la tripulación de cabina ha llevado al abandono de este requisito obligatorio.
Del mismo modo, el maquillaje puede resultar incómodo, especialmente en vuelos largos. Puede resultar pesado y requerir frecuentes retoques, lo que añade una carga innecesaria a las ya exigentes funciones de los auxiliares de vuelo. Permitir que los auxiliares de vuelo elijan si quieren o no llevar maquillaje reconoce su bienestar y garantiza que puedan desempeñar sus funciones cómodamente.
2. Igualdad e inclusión
El código de vestimenta tradicional, que obligaba a llevar maquillaje y tacones altos, se percibía a menudo como restrictivo y sexista. Estos requisitos implicaban que las auxiliares de vuelo debían ajustarse a ciertos cánones de belleza, mientras que sus homólogos masculinos no se enfrentaban a expectativas similares. Estas expectativas de género pueden perpetuar los estereotipos y la desigualdad en el lugar de trabajo.
Las aerolíneas reconocen cada vez más la importancia de la diversidad y la inclusión. Las aerolíneas crean un entorno de trabajo más inclusivo y equitativo permitiendo a todos los auxiliares de vuelo elegir su atuendo en función de sus preferencias, en lugar de prescribir un look específico. Este cambio promueve la diversidad en la apariencia y fomenta una cultura de aceptación y respeto.
3. Modernización y evolución de las normas
A lo largo de los años, las actitudes sociales hacia los roles de género y la moda han evolucionado significativamente. Muchas personas consideran ahora que el maquillaje obligatorio y los tacones altos son anticuados e innecesarios para las mujeres profesionales. Las aerolíneas que adoptan estas normas cambiantes señalan su adaptabilidad y compromiso con los valores modernos, lo que puede repercutir positivamente en su imagen entre empleados y pasajeros.
Las aerolíneas que se alejan de los códigos de vestimenta rígidos demuestran un enfoque progresista de las prácticas de empleo. Se alinean con la tendencia más amplia de permitir a los empleados una mayor autonomía en la expresión personal y la apariencia, manteniendo al mismo tiempo la profesionalidad. Este enfoque atrae a una mano de obra diversa y con talento y posiciona a las aerolíneas como empleadores con visión de futuro.
Implicaciones jurídicas y reglamentarias
La eliminación del maquillaje obligatorio y de los tacones altos para las auxiliares de vuelo en el sector de las aerolíneas plantea varias consideraciones legales y reglamentarias. Aunque no hay leyes específicas que exijan o prohíban explícitamente estos elementos del código de vestimenta, entran en juego varias normativas y leyes existentes, y estas implicaciones tienen importantes consecuencias para las aerolíneas.
1. Leyes contra la discriminación
Las leyes antidiscriminatorias nacionales e internacionales protegen a los trabajadores de diversas formas de discriminación, incluida la discriminación por razón de sexo. Exigir que sólo las azafatas lleven maquillaje o tacones altos podría considerarse discriminatorio. Las aerolíneas deben cumplir estas leyes y asegurarse de que sus políticas de código de vestimenta no supongan una carga injusta o discriminatoria para determinados géneros.
2. Igualdad y equidad en el lugar de trabajo
La eliminación de los requisitos de vestimenta específicos para cada sexo se ajusta a los principios de igualdad y equidad en el lugar de trabajo. Muchos países han promulgado leyes que promueven estos principios, haciendo hincapié en el trato justo y las oportunidades para todos los empleados, independientemente de su sexo o apariencia. Las aerolíneas que aplican códigos de vestimenta no sexistas tienen más probabilidades de cumplir estos requisitos legales.
3. Normativa sobre seguridad y salud en el trabajo
La normativa sobre seguridad y salud en el trabajo también influye en la eliminación de los tacones altos como requisito obligatorio. Estas normas dan prioridad al bienestar de los trabajadores y pretenden evitar lesiones en el lugar de trabajo. Exigir a las azafatas que lleven tacones altos podría suponer un riesgo para la seguridad, especialmente en situaciones de emergencia. Las aerolíneas que priorizan la seguridad tienen más probabilidades de evitar posibles problemas legales.
5. Precedentes legales recientes
Las aerolíneas se han enfrentado a consecuencias legales por aplicar códigos de vestimenta estrictos en el pasado. Por ejemplo, en marzo de 2023, la aerolínea española de bajo coste Vueling fue multada con 30.000 euros por exigir a sus azafatas que llevaran maquillaje y tacones altos. Este caso sienta un precedente legal que otras aerolíneas deberían tener en cuenta a la hora de plantearse sus políticas de código de vestimenta.
La controvertida aerolínea española ya ha pagado a los pasajeros una enorme cantidad por una reclamación Vueling durante la huelga de tripulantes de cabina. Durante la huelga, la mayoría de los vuelos de Vueling se retrasaron sin previo aviso al pasajero, lo que dio lugar a enormes indemnizaciones. Así pues, esta aerolínea tiene un historial de multas e indemnizaciones.
Conclusión
La transición en curso en el sector de las aerolíneas, lejos del maquillaje obligatorio y los tacones altos para las auxiliares de vuelo, simboliza un cambio más amplio hacia la inclusividad, la comodidad y la modernidad. A medida que las aerolíneas se adaptan a las cambiantes normas sociales y dan prioridad al bienestar de sus empleados, esta evolución refleja un compromiso con la igualdad y la seguridad.
Aunque algunas aerolíneas siguen adhiriéndose a los códigos de vestimenta tradicionales, la tendencia predominante apunta hacia políticas más relajadas y equitativas, en consonancia con la evolución de las expectativas tanto de los pasajeros como de los empleados. Esta transición no sólo mejora la experiencia laboral de los tripulantes de cabina, sino que también posiciona a las aerolíneas como empleadores progresistas y con visión de futuro en el sector de la aviación.