Del Potro también bajó a Federer y se quedó con el Abierto de Estados Unidos
Grandioso lo de Del Potro en Flushing Meadows. Jugó genial, con fibra y mucho tenis, no se dio nunca por vencido y bajó en cinco sets al suizo Roger Federer, el número uno que se calentó como nunca.
Esas lágrimas mojan el suelo duro del Arthur Ashe, ese gigante que tembló con la caída del un gigante, se emocionó con el esfuerzo del pibe y reconoció un partido gigante de tenis, pero esas lágrimas también mojan el suelo de Tandil. Allá en el club Independiente, donde cientos de Delpotritos saltan y cantan por su ídolo. Y también mojan toda la Argentina... Porque Juan Martín Del Potro anotó su nombre en la historia grande del tenis y del deporte argentino. Con todos los honores y todos los condimentos.
Delpo le ganó 3-6, 7-6 (7-5), 4-6, 7-6 (7-4) y 6-2 nada menos que al número uno del mundo, Roger Federer, en un partido épico. No sólo nunca nadie lo había llevado a un quinto set en una final de US Open sino que además una sola persona en la tierra le había ganado a Roger en el último partido de un Grand Slam (Rafa Nadal, tres en RG, una en Wimbledon y una en Australia). Y, de yapa, le cortó la racha de cinco título al hilo al gran Roger.
No le faltó nada al partido de Delpo. Tuvo corazón para sostener un partido que empezó torcido, paciencia para no entregarse cuando los quiebres que lograban se iban rápido, fuerza mental para no derrumbarse cuando se le fue el tercer set con una doble falta... Y después un tenis y una potencia descomunal para agujerear a Federer a pelotazo limpio. Con la derecha invertida, que cuando la encontró fue un arma mortal, y también con una paralela letal. Además, por supuesto, de un saque mortal como a lo largo de todo el torneo.
Delpo se suma a la lista ilustre que integran Guillermo Vilas, quien ganó este torneo en 1977, hace ya 32 años, Gastón Gaudio con su Roland Garros 2004 y Gabriela Sabatini en 1990. Ellos solos tienen el privilegio de tener al menos una copa de Grand Slam en la sala de trofeos de sus hogares. Ahora, también, hay una de ésas en Tandil... (OLE)
Esas lágrimas mojan el suelo duro del Arthur Ashe, ese gigante que tembló con la caída del un gigante, se emocionó con el esfuerzo del pibe y reconoció un partido gigante de tenis, pero esas lágrimas también mojan el suelo de Tandil. Allá en el club Independiente, donde cientos de Delpotritos saltan y cantan por su ídolo. Y también mojan toda la Argentina... Porque Juan Martín Del Potro anotó su nombre en la historia grande del tenis y del deporte argentino. Con todos los honores y todos los condimentos.
Delpo le ganó 3-6, 7-6 (7-5), 4-6, 7-6 (7-4) y 6-2 nada menos que al número uno del mundo, Roger Federer, en un partido épico. No sólo nunca nadie lo había llevado a un quinto set en una final de US Open sino que además una sola persona en la tierra le había ganado a Roger en el último partido de un Grand Slam (Rafa Nadal, tres en RG, una en Wimbledon y una en Australia). Y, de yapa, le cortó la racha de cinco título al hilo al gran Roger.
No le faltó nada al partido de Delpo. Tuvo corazón para sostener un partido que empezó torcido, paciencia para no entregarse cuando los quiebres que lograban se iban rápido, fuerza mental para no derrumbarse cuando se le fue el tercer set con una doble falta... Y después un tenis y una potencia descomunal para agujerear a Federer a pelotazo limpio. Con la derecha invertida, que cuando la encontró fue un arma mortal, y también con una paralela letal. Además, por supuesto, de un saque mortal como a lo largo de todo el torneo.
Delpo se suma a la lista ilustre que integran Guillermo Vilas, quien ganó este torneo en 1977, hace ya 32 años, Gastón Gaudio con su Roland Garros 2004 y Gabriela Sabatini en 1990. Ellos solos tienen el privilegio de tener al menos una copa de Grand Slam en la sala de trofeos de sus hogares. Ahora, también, hay una de ésas en Tandil... (OLE)
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