UN DESAFÍO AMBIENTAL Y CULTURAL
Déficit de árboles en Gualeguaychú: un problema que afecta la calidad de vida urbana
Más allá de los esfuerzos por hacer cumplir la ordenanza vigente sobre protección del arbolado público y de plantar numerosos ejemplares de especies nativas, varias zonas sufren la ausencia de verde y, por ende, de sombra. Se necesitan 15.000 árboles más para alcanzar un ambiente urbano óptimo. La falta de concientización ciudadana y el tiempo que requieren los resultados acentúan el problema.
Gualeguaychú cuenta con una detallada ordenanza para la protección del arbolado público y un Vivero Municipal que produce una gran cantidad especies nativas. Sin embargo, muchas zonas de la ciudad se ven desprovistas casi por completo de árboles que den sombra y aporten sus múltiples beneficios al ambiente urbano. Durante los días más calurosos del año, las cuadras del centro y algunas de las principales calles y bulevares se vuelven un infierno para peatones, ciclistas y autos estacionados. Esta ausencia de verde, además, aumenta la temperatura de la ciudad en su conjunto, debido a que los edificios y superficies de asfalto retienen y liberan el calor.
Según indica la Ordenanza Nº 12.447/2020 -que tiene poco más de cuatro años de vigencia-, Gualeguaychú cuenta con alrededor de 48.500 árboles y precisa un 30% más como mínimo; es decir, sumar alrededor de 15.000 ejemplares para alcanzar los niveles mínimos óptimos para un ambiente sano y ofrecer una mayor calidad de vida. “Debiendo existir entre 7 y 8 árboles de mediano porte por vereda y por cuadra, mínimamente”, precisa el documento, y establece como prioritaria “la plantación y/o reposición del arbolado público urbano con especies autóctonas nativas de la zona”.
Ahora ElDía conversó con Emilio Montefinale y Gustavo Del Valle, director y subdirector de la Dirección de Espacios Verdes de la Municipalidad, la autoridad de aplicación de esta normativa.
“La estamos aplicando en la medida de lo posible. Tenemos inspectores con los que permanentemente estamos controlando. De hecho, recientemente estuvimos haciendo un relevamiento de las autorizaciones otorgadas desde hace mucho tiempo e invitando a los propietarios a volver a plantar. Cuando se autorizan las extracciones de árboles, nosotros también tratamos de hacer cumplir esta ordenanza”, aseguró Montefinale, y adelantó que comenzarán a trabajar con Inspección General en “unificar varios criterios para tener este tipo de normas más organizadas para que los inspectores puedan hacerla cumplir”.
“Para Gualeguaychú es difícil aceptar ordenanzas de este tipo, porque el vecino quiere tener el árbol que le parece a él. En ese aspecto, los argentinos tenemos la idiosincrasia de no respetar los programas de este tipo. Pasa en varias ciudades, no sólo acá”, agregó. En esa línea, Del Valle sumó que “el cuidado y protección del arbolado urbano es una cuestión cultural, a lo cual la ordenanza puede ayudar”, y que “el problema es que hay muchos vecinos que no quieren el árbol porque les molesta, les ensucia o les rompe la vereda”.
Montefinale aseguró que “los vecinos siempre nos tienen que consultar porque no cualquier especie se puede plantar en cualquier vereda”. Y agregó: “En Gualeguaychú, las veredas muy angostas que tenemos -sobre todo en el casco céntrico- dificultan muchísimo las plantaciones, para lo cual estamos probando con tres o cuatro especies nativas que puedan implementarse y podamos producirlas para que se adapten, pero los vecinos las tienen que conocer. Nuestro objetivo a largo plazo es tener un plantel de 15 especies, principalmente de nuestra zona, que se puedan adaptar a las veredas angostas. No es que estamos enemistados a las especies exóticas, pero las nativas se adaptan mucho más a nuestro suelo y clima, por ende, también tienen menos problemas fitosanitarios, entre otros beneficios”. Y aclaró: “Esto es un programa a largo plazo, no tenemos todo producido, pero una vez que conozcamos el comportamiento de estos árboles sumado a todo el trabajo que venimos haciendo desde hace unos años vamos a tener el conocimiento para saber qué nos conviene producir”.
Por otra parte, ambos funcionarios destacaron la importancia del Vivero Municipal para dar respuesta a esta problemática vigente en la ciudad. “La creación del vivero es justamente para revertir la falta de árboles en los espacios públicos y la vía pública con árboles nativos. El año pasado se plantaron 450 árboles de manera conjunta con instituciones educativas, ONGs y comisiones vecinales en plazas, espacios públicos y veredas. A su vez, se entregaron más de 600 ejemplares a los vecinos que van a buscar su árbol al vivero. Hoy debemos tener cerca de 12.000 árboles de diferentes especies”, indicó Del Valle. En ese sentido, Montefinale adelantó que “cuando pasen las altas temperaturas, quizás en marzo, vamos a arrancar con las plantaciones junto a referentes de los barrios, escuelas e instituciones. Tenemos los ejemplares. Además, contar con especies producidas en nuestro vivero nos da solvencia para la plantación y un ahorro en los costos”.
Pese a los esfuerzos realizados, aún queda un largo camino por recorrer para resolver la drástica carencia de árboles en la ciudad. El entramado urbano del casco céntrico y la falta de compromiso de muchos vecinos dificultan la plena implementación de las normativas vigentes. Quedará por verse si se logra sostener e incrementar el cambio cultural en pos de una Gualeguaychú más verde a partir de políticas y decisiones activas del Municipio, las instituciones y la sociedad.