COMENZARON A FILMAR EN ABRIL
De Gualeguaychú a París: dos documentalistas tras los pasos de Antonella Ruiz Díaz
A mediados de abril, Ignacio García y Camila Mateo comenzaron a grabar el proceso de preparación de la lanzadora de bala rumbo a los Juegos Paralímpicos 2024. Este proyecto les permitió viajar al gran evento deportivo en Francia y retratar momentos inéditos de la atleta gualeguaychuense.
El documental “Antonella. La historia de una atleta paralímpica” comenzó a hacerse realidad a mediados de abril, cuando el experimentado filmmaker, Ignacio García y la productora y documentalista, Camila Mateo, iniciaron con el registro de los entrenamientos de Antonella Ruiz Díaz para los Juegos Paralímpicos de París 2024.
A pesar de que otras productoras más conocidas nacionalmente le habían ofrecido generar contenido audiovisual sobre ella, Ruiz Díaz no había aceptado ninguna de esas propuestas, pero sí decidió darle luz verde a los dos realizadores locales.
Es así que, luego de conversaciones y reuniones previas, empezaron las jornadas de rodaje en el Polideportivo ubicado en la zona sureste de la ciudad, en donde Antonella realiza los entrenamientos para el lanzamiento de bala y disco. A partir de estas experiencias, los documentalistas lograron captar las condiciones en las que se preparó -y se prepara- la deportista para competencias de nivel internacional.
Con caballos pastando, teros cuidando celosamente sus huevos, personas con consumo problemático en los alrededores y charcos por todos lados, si es que llovió, constituyen el entorno en el cual la atleta construye su sueño de participar en los Juegos Paralímpicos.
Como parte de su entrenamiento, la lanzadora complementa su preparación en un gimnasio en la ciudad de acuerdo a indicaciones de su entrenador Javier Álvarez.
Durante varias jornadas, que incluyeron una competencia en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (Cenard) en Buenos Aires, los realizadores fueron construyendo el relato audiovisual previo a la performance en Francia.
A más de 11 mil kilómetros de Argentina
Con el objetivo de mostrar qué factores entran en juego en la preparación de una atleta de alto rendimiento, García y Mateo viajaron a París casi una semana antes del inicio de la jornada paralímpica. En la capital francesa los recibió Layla Fariña, una gualeguaychuense que hace casi un año vive allí y que, generosamente, ofreció hospedarlos en su casa. Este gesto solidario entre quienes comparten las mismas raíces, posibilitó que la dupla pudiera seguir con el proyecto y destinara sus recursos económicos para comprar las entradas a las competencias y demás circuitos necesarios para la realización.
El primer día de rodaje estuvo dedicado a la filmación de escenarios parisinos en el contexto de la competencia. Los realizadores pudieron captar monumentos característicos como el Arco de Triunfo y la Torre Eiffel con la distintiva simbología de los Juegos Paralímpicos. A partir de las imágenes generadas, en el documental se podrá ver cómo Francia se preparó para recibir a los miles de turistas y deportistas que asistieron al evento.
En este contexto, pudieron registrar la preparación de la Plaza de la Concordia para la inauguración del ciclo paralímpico, al cual asistieron después de que el gobierno francés liberara 15 mil entradas gratis para que las personas pudieran presenciar el desfile de todas las delegaciones participantes.
Para lograr ingresar, debieron presentarse dos horas antes del horario de apertura en el día más caluroso de la última semana de agosto. En la fila, pudieron ver la cantidad de franceses y turistas de diferentes partes del mundo que se sumaban para intentar ingresar al evento. Luego de los controles de seguridad, que incluyeron la verificación del contenido de carteras y mochilas, lograron conseguir un buen lugar desde donde filmar a Antonella, con tanta suerte que justo la deportista desfiló del lado en el que estaban ubicados, e incluso los reconoció entre la multitud.
Al día siguiente y gracias a personal de la Delegación Argentina, se dirigieron a la Villa Olímpica emplazada a 20 minutos del centro de París y a la cual se podía llegar en tren y una corta caminata. Sin embargo, la mala señalización del lugar hizo que los gualeguaychuenses debieran pedir más de una indicación para dar con el sector de acreditaciones. Durante esta búsqueda, conocieron al presidente de la Federación de Atletismo de Armenia, quien también se encontraba en la misma situación. Conversaciones mediantes pudieron dar todos juntos con la entrada correcta.
Para poder ingresar, se debía estar autorizado previamente y dejar el pasaporte como garantía de regreso. La acreditación de visitantes tenía una duración de 9 a 21 horas y solo habilitaba la permanencia en una zona de la Villa Olímpica conocida como la Plaza Internacional, espacio al que los medios y familiares de los deportistas tenían acceso.
Dentro de esta zona habilitada, había una gran pantalla con reposeras y sombrillas que transmitía todas las competencias, una costanera recorrida por el río Sena, un buffet con baños, un piano, una tienda de merchandising, un local de Samsung y un supermercado Carrefour. Durante todo el día, y hasta que la acreditación lo permitió, entrevistaron y fotografiaron a los siete deportistas entrerrianos que participaron de los Juegos Paralímpicos y dedicaron un tiempo más extenso a Antonella.
Gracias a que se encontraban con la atleta paralímpica y otras dos deportistas de la provincia, pudieron ingresar al área restringida a las visitas pero habilitada para quienes se hospedaban en la Villa. Es así que pudieron grabar a la medallista olímpica en el sector de entretenimiento, que constaba con un gran salón con videojuegos, un piano, espacio de sunset promocionado por la marca Corona, donde se dictaban clases de yoga y se ofrecía cerveza gratis sin alcohol para los deportistas. Para movilizarse dentro del predio, los deportistas tenían a disposición motos y monopatines eléctricos.
El viernes 30 de agosto fue el día en que Antonella compitió y ganó la primera medalla paralímpica para el país durante la edición 2024. Según relataron los documentalistas, esa mañana amaneció frío y nublado. El pronóstico indicaba lluvias, lo que efectivamente ocurrió. Para ingresar al Estadio de Francia se debía adquirir las entradas solo de forma digital y los precios fluctuaban entre los 15 y 55 euros. La forma de asignación de asientos fue aleatoria con la suerte de que las ubicaciones que obtuvieron estaban cerca de la deportista. Al mismo tiempo que ella competía, en el estadio se desarrollaron diferentes disciplinas de forma simultánea.
A pocos minutos de iniciada la competencia de Lanzamiento de Bala, comenzó a llover, lo cual obligó a las competidoras a secar el área de lanzamiento para evitar resbalar. A pesar del obstáculo, la lluvia más bien significó una bendición, ya que Antonella logró subir a su segundo podio olímpico y volvió a repetir la historia de Tokio al ganar la primera medalla del ciclo para Argentina.
La ubicación estratégica de la dupla dentro del estadio, les permitió acercarse al lugar donde se llevó a cabo la ceremonia de entrega de premios e incluso cruzar emocionados algunas palabras con la deportista.
El domingo posterior a la competencia, Mateo y García concurrieron por segunda vez a la Villa Olímpica para conversar con nuestra atleta y grabar una entrevista luego de su triunfo, pero el persona del lugar no les permitió ingresar con la cámara, por lo que aprovecharon a mantener una charla íntima con la ganadora para conocer cómo se había sentido durante su performance deportiva. Además, acordaron con ella una jornada de grabación que se pospuso en dos ocasiones por los entrenamientos y cansancio de la medallista, y que finalmente tuvieron lugar un día antes del lanzamiento de disco.
Durante ese rodaje, los realizadores la acompañaron por el centro de París y realizaron un viaje en tren que les permitió captar imágenes increíbles de la capital con la Torre Eiffel de fondo. La última jornada de grabación fue durante la competencia de Lanzamiento de Disco de la gualeguaychuense, en donde recibió un diploma olímpico por haber quedado entre las mejores ocho.
Un trabajo que sigue su curso
De regreso en la ciudad, todavía resta seguir con la gestión de recursos económicos para poder continuar con la producción de la película. Este tramo intermedio consta de la reescritura del guion documental, jornadas de grabación que se realizaran en Gualeguaychú y que incluyen la entrevista central en un estudio y escenas en la casa de familiares de Antonella. También, si se consiguen nuevos financiamientos se compondrá una banda sonora original que será íntegramente realizada por músicos locales.
El equipo de trabajo se encuentra a la espera de noticias de una convocatoria propuesta desde la Embajada de Francia para seguir con el proyecto. Ambos documentalistas afirmaron que esta ayuda será fundamental para continuar con el proyecto a la vez que posibilitará generar empleo en la ciudad.
Aunque no hay una fecha de estreno prevista, estiman que será el año que viene. A partir de ahí, el documental iniciará su paso por diferentes festivales nacionales e internacionales, ayudando a visibilizar el deporte adaptado, el proceso de preparación detrás de un Juego Paralímpico y los desafíos que deben enfrentar los deportistas del interior del país.
Los franceses, grandes anfitriones
Por Camila Mateo
París se preparó con anticipación para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en muchos sentidos, desde la limpieza excepcional en las calles hasta una impecable predisposición para ayudar a los visitantes aunque no supieran el idioma. Más del 90% de los habitantes parisinos sabe inglés y lo usó para dar indicaciones a los miles de turistas que acudieron a su país.
La mejor forma de movilizarse es a través del transporte público, el cual es eficiente pero caro para los turistas argentinos, ya que la Navigo (la SUBE parisina) tiene un costo de 70 euros por siete días de viaje ilimitado, lo cual conviene. Los trenes, subtes y colectivos funcionan perfectamente y permiten cubrir toda la ciudad.
Sobre la amabilidad de los franceses, me sorprendió una noche volviendo a la casa donde me estaba hospedando, la gentileza de una mujer que me ayudó a constatar que el subte en el que me había subido era el correcto. Comenzó a conversar conmigo e incluso me contó cómo había sido su día. El interés en trabar una charla era la posibilidad de practicar su inglés. Al intercambio también se sumó una pareja de adultos mayores que se encontraba sentada a mi lado y que eran de Chile. Su limitado inglés generó que me tocara traducir entre ambas partes. Los chilenos se dirigían a encontrarse con una persona que había encontrado el celular de uno de ellos y se los iba a devolver. Antes de bajarme, dos paradas después, el grupo me saludó muy alegre. El breve tiempo que compartimos en el vagón me alcanzó para contarles porqué me encontraba allí, por lo que su despedida fue con muchos deseos de buena suerte.
En las calles del centro de París, me encontré con la ausencia de personas en situación de calle, que sabía que existían y que mi anfitriona, Layla Fariña, me confirmó caminando al costado del río Sena: “Acá por donde estamos caminando suelen haber carpas de colores que pertenecen a homeless que no tienen donde vivir, pero ahora no hay nada. No sé a dónde los habrán llevado”.
Dentro del circuito más turístico de la capital francesa, estaban a disposición estaciones de agua potable para recargar de forma gratuitas las botellas. En los supermercados, lo que llamó mi atención es que podía comprar un yogurt, una leche, un chocolate o un sándwich con monedas, algo que hace mucho tiempo que en nuestro país no se puede hacer.
Me sorprendió la cantidad de personas que se movilizan caminando, en bicicleta y en transporte público por lo que la presencia de vehículos dista mucho de lo que puede verse en una ciudad cosmopolita.
En cuanto a los lugares más icónicos como la Torre Eiffel, el acceso estaba un tanto restringido, debido a que era el telón de fondo de uno de los estadios que se construyeron para la ocasión, pero de todas maneras se podía apreciar desde cerca. En los pasillos de ingreso hasta la distintiva pirámide del Museo de Louvre, músicos se ganaban sus ingresos entonando canciones que rebotaban en la maravillosa acústica que sólo la gran arquitectura puede lograr. Notre-Dame todavía continúa en obras y su reapertura está prevista para diciembre. Amurallando el imponente edifico se encuentra una muestra fotográfica en el que se exhiben retratos de todos los trabajadores involucrados en su reconstrucción: uno de ellos vivía en la casa en la que me alojé.