DIVERSIDAD E INCLUSIÓN
Cuando la escritura cursiva afecta el aprendizaje de niños con trastornos del espectro autista
A nivel nacional se lanzó la campaña, que ya tomó carácter internacional, #LaCursivaNoEsInclusiva, que tiene como objetivo visibilizar los obstáculos que enfrentan personas con Trastornos Generalizados de Desarrollo o del Espectro Autista a la hora de aprender a leer y escribir. Una crítica a una educación que enseña a todos por igual cuando la realidad marca que no hay alguien igual a otro.
Por Amílcar Nani Hay situaciones que de tan cotidianas que son las naturalizamos como lógicas y razonables. En este sentido, el sistema educativo quizás sea uno de los más inalterados a lo largo del tiempo. Seamos sinceros: si sacamos una foto a un aula actual y la comparamos con un salón de clases de mediados del siglo XX, lo único que cambiarán son las modas en los cortes de pelo. Esto quiere decir que desde hace décadas nos educamos con los mismos métodos y herramientas –con excepción de la incorporación recientes de algunas tecnologías, lo cual no es generalizado en todo el sistema educativo– y los contenidos son aplicados de igual manera generación tras generación. ¿Quién no se acuerda cómo aprendió a sumar y a restar? ¿Y a leer y a escribir? ¿Y escribir en letra cursiva? Bueno, esto último, para algunas personas, quedó registrado como una pesadilla, sobre todo los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Por esto mismo, la Comisión de Educación de TGD Padres TEA Red Federal, que agrupa a familias con autismo de todo el país, ha impulsado a nivel nacional una campaña pensando en la educación de sus hijos: “La cursiva no es inclusiva”. El objetivo es visibilizar que muchos estudiantes, especialmente quienes tienen alguna discapacidad que afecta la planificación de movimientos, la motricidad fina o ambas, presentan dificultades cuando llega el momento de leer y escribir en cursiva.
“El mayor obstáculo que enfrentan estos niños se centra en la dificultad de realizar los trazos para escribir con este tipo de letras. La cursiva tiene una estética más redondeada, que implican movimientos que demandan también las letras ligadas y es mucho más fácil hacer los trazos rectos de letra imprenta mayúscula”, explicó a ElDía Carina Leonardi, integrante de TGD Padres TEA en Gualeguaychú. Sin embargo, la cursiva no sólo representa dificultades a la hora de escribirla, sino también cuando se tiene que interpretar: “Algunos chicos es como que vieran un camino de hormigas cuando intentan leer algo en cursiva”, remarcó Leonardi. “Es importante reconocer la dificultad para no exigir cosas que algunos chicos no pueden hacer, y que cuando se detecte alguna dificultad específica, la misma tiene que ser abordada de manera global y trabajarla desde el aula”, amplió. Algunos chicos es como que vieran un camino de hormigas cuando intentan leer algo en cursiva Lo cierto es que también hay que tener en cuenta que, por más que se encuentre el tratamiento, existe la posibilidad de que el chico no logre aprender el proceso. O lo que sería peor, que pierda mucho tiempo intentando hacer algo que está fuera de su alcance cuando puede haber alternativas más simples, como focalizar el aprendizaje de esa persona en la letra imprenta. Seamos sinceros: la letra imprenta tiene muchísimo más presencia en la vida real que la cursiva: los celulares y las computadoras muestran todo lo escrito en imprenta, los carteles y señales de tránsito también, y sin ir más lejos, sea en el soporte que sea –en el papel o en una pantalla– esta nota la está leyendo con letra de imprenta. “Además, lograr la postura correcta del lápiz para escribir en cursiva es un desafío gigante. Disgrafía (trastorno en la expresión escrita), dispraxia (déficit psicomotriz que consiste en una falta de coordinación de los movimientos), hipotonía (disminución de la tensión o del tono muscular), o problemas propioceptivos y táctiles son trastornos que dificultan y, en algunos casos, impiden que algunos estudiantes puedan realizar una devolución escrita”, explicaron los especialistas a ElDía. La lucha contra el estigma “¿Te imaginas leer libros en letra cursiva? No, ¿no? A menos que tengas más de 620 años que fue cuando se inventó la letra imprenta”. Con esta frase fue como TGD Padres TEA instaló el tema en redes sociales y popularizo el hashtag #LaCursivaNoEsInclusiva. Pero detrás del objetivo de cambiar las cosas a la hora de enseñar en los primeros grados, también hay detrás una lucha contra la estigmatización, ya que temen que muchos consideren este planteo como un modo de facilitar el aprendizaje en unos chicos con respectos a otros que no presentan la dificultad. Como dirían en el barrio, no quieren que los demás piensen que hacen esto para que los chicos se tiren a chantas. “Creemos que todos los chicos pueden aprender, pero si vos a un pez lo vas a juzgar por la manera en que se sube a un árbol, entonces el pez jamás va a estar a la altura de los estándares de aprendizaje”, ejemplifica de manera muy gráfica la integrante de TGD Padres TEA en Gualeguaychú. El objetivo de la ley es la inclusión efectiva de los estudiantes con DEA. Y para ello, se prevé capacitar a los docentes para que puedan detectar los indicios de las dificultades del aprendizaje y realizar adecuaciones curriculares para que los alumnos puedan sostener su continuidad pedagógica Enseñar a todos del mismo modo porque todos aprenden igual, es una idea que aún no ha sido desterrada. Además, enseñar no se reduce a dar información, por el contrario, enseñar implica habilitar y facilitar el modo para que todos aprendan. Tenemos que replantearnos lo que sabemos. La diversidad es inherente a la naturaleza humana, entonces si no hay dos personas iguales, la enseñanza no puede ser igual para todos. Por eso es importante la educación inclusiva. Porque al educar desde la diversidad, nadie se queda atrás. La educación inclusiva entiende el aprendizaje como un proceso individual que es diferente en cada persona. Pero este proceso personal se da en un contexto social, el aula. Y este espacio, muchas veces crea barreras que dificultan el aprendizaje para muchas personas, tengan o no discapacidad. Por eso, es fundamental educar desde el respeto por la diversidad y la empatía. La educación en igualdad de condiciones es un derecho humano y su cumplimiento implica no sólo el acceso a la educación, sino también la participación y rendimiento de las personas con discapacidad. La ley 27306 El 19 de octubre de 2016 se sancionó la Ley Nacional 27.306 con el objetivo de garantizar el derecho a la educación de los niños/as, adolescentes y adultos que presentan Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA). Es decir, a quienes ven afectados, por alteraciones de base neurobiológica, los procesos cognitivos relacionados con el lenguaje, la lectura, la escritura y/o el cálculo matemático, con implicaciones significativas, leves, moderadas o graves en el ámbito escolar. El objetivo de la ley es la inclusión efectiva de los estudiantes con DEA. Y para ello, se prevé capacitar a los docentes para que puedan detectar los indicios de las dificultades del aprendizaje y realizar adecuaciones curriculares para que los alumnos puedan sostener su continuidad pedagógica y desplegar todo su potencial. Sin embargo, desde TGD Padres TEA reconocen que aún falta mucho por lograrlo. Aunque existen instituciones educativas que no utilizan la cursiva en las áreas de estudio, todavía se desconoce la ley 27.306 y qué hacer si un estudiante tiene autismo o un déficit específico del aprendizajeESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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