COMPARTEN LA MISMA PASIÓN
Cristian y Andrés Delía, la devoción por los autos y la adrenalina del rally
Son padre e hijo y se destacan en el deporte motor, además trabajan juntos en un rubro relacionado a su hobby.
Cristian y Andrés Delía son destacados piloto y navegante de rally respectivamente. Fueron binomio pero en la actualidad el destino los puso en caminos separados, aunque sin dejarse de acompañarse el uno al otro.
También comparten el día a día, porque además de ser familiares directos, trabajan juntos en una agencia de compra y ventas de autos, de su propiedad.
Casi sin proponérselo papá Cristian descubrió su pasión por el rally a través de su profesión de vendedor de vehículos.
Es que, en 1990, cuando estaba radicado en la ciudad de Concordia, la Capital del Citrus fue sede de una fecha del campeonato nacional y él además de la agencia tenía un taller, el cuál fue contratado para las verificaciones técnicas de los autos de competencia.
“Ahí nació mi pasión por el rally y justo tenía un amigo de Concordia que corría con un Fiat 128. En ese momento me entusiasme, porque me gustó tanto el tema, y terminé comprando el 12 y arranqué a competir”, recordó.
“Empecé como navegante, con Yuyo Gross como piloto, en ese 128. Lo tuvimos dos o tres años y después compramos un Fiat Regata, con el cual fuimos a correr en 1995 una fecha en Córdoba del Mundial. Tuvimos una buena experiencia con ese auto”, añadió.
Su aventura como piloto arrancó en 1997 o 1998, porque no recuerda con exactitud el año. Pero sí que dejó de correr unos años hasta 2004, tiempo en el cual volvió a Gualeguaychú, adquirió un golcito, y empezó a correr con Adolfo Solari como navegante.
Hoy con 62 años, habiendo empezado a los 28, lleva más de tres décadas como piloto de rally, donde, entre otras cosas, se dio el gusto de trasmitirle la pasión y correr junto a su hijo Andrés, quien mamó el fervor por los fierros desde la niñez.
“Mi viejo me llevaba desde muy chico a la carreras, prácticamente desde que tengo uso de razón. Iba de clavo con los mecánicos que me apadrinaban”, rememoró Delía hijo entre risas.
Andrés fue aprendiendo el oficio de navegante y también algo de mecánica en la agencia. Entonces, en 2007, con 18 recién cumplidos, protagonizó su primera carrera como copiloto de su padre.
“Él me acompañó desde muy chico y la verdad que es algo muy lindo hacer y compartir una actividad con él”, sumó Cristian.
Juntos corrieron ininterrumpidamente desde 2007 hasta 2018, cuando Delía padre tuvo un suceso grave, que lo obligó a frenar con la actividad como piloto por unos años.
Cristian sufrió un infarto mientras jugaba pádel un sábado a la tarde en San José. “Sufrí un paro y caí redondo. Gracias a Dios me salvaron dos muchachos que sabían hacer RCP”, recordó el protagonista de ese terrible momento.
“Me tuvieron que poner dos stents y por uno o dos años tuve que dejar de correr por recomendación médica, que se extendieron más de la cuenta porque después vino la pandemia. Por suerte, hoy estoy bien de salud y puedo seguir disfrutando de correr”.
En el medio del párate de su padre por el problema de salud, a Andrés le llegó la propuesta de incorporarse a un equipo de Concordia (de la familia Cutro) para el Rally Argentino. “Cuando papá sufre el infarto, Victorio Ballay estaba armando el proyecto para competir a nivel nacional y pensaron en mí como navegante”, contó.
“Fue un crecimiento para mi carrera, porque en ese entonces el Nacional estaba muy lejos de mi alcance”, se sinceró y agregó: “Aprendí mucho en los primeros dos años y llegamos a lograr los dos campeonatos en la Junior en 2021 y 2022”.
Actualmente Cristian y Andrés transitan caminos separados, pero compartieron muchos años juntos en el deporte (donde fueron subcampeones entrerrianos en la Clase Nº7 en 2015) y lo hacen diariamente en la agencia.
Sobre la convivencia como binomio en el rally, Delía hijo afirmó: “Entre el negocio, el equipo y el auto, a la larga aprendimos a ser compañeros, además de padre e hijo”.
“Siempre nos entendimos re bien, gracias a Dios tuvimos pocas discusiones como compañeros. Siempre nos llevamos muy bien arriba y abajo del auto. Lo mismo en la agencia, nos complementamos muy bien. Además, él siempre me da una mano cuando tengo una carrera y yo trato de ayudarlo en lo que pueda”, suscribió Delía padre.
Cristian Delía: “Siempre nos entendimos re bien, gracias a Dios tuvimos pocas discusiones como compañeros. Siempre nos llevamos muy bien arriba y abajo del auto”.
En cuanto a los costos para competir, ambos coincidieron que hoy en día son muy elevados sobre todo a nivel provincial, porque en el plano nacional, Andrés compite bajo una estructura profesional.
Pero para Cristian todo es más a pulmón y así lo graficó: “Antes era todo más artesanal, había mucha más gente que apoyaba y trabajaba con uno. Ahora es difícil conseguir un mecánico que trabaje horas extras y la verdad que todo se hizo mucho más costoso. Gracias a Dios lo podemos seguir haciendo, porque tenemos gente que nos da una mano de una u otra forma, pero se ha puesto grave la cosa”.
“Es más, el parque del rally entrerriano bajó considerablemente. De un promedio de 40 autos hoy es de 25 entre todas las clases, entonces se nota que se ha puesto difícil para todos”, ejemplificó.
Pero Andrés tuvo una mirada positiva sobre esa problemática, en comparación al automovilismo de pista. “En el rally se gasta un tercio de lo que se hace en asfalto, al mismo nivel, contextualizó”.
En cuanto a la adrenalina y vértigo que se vive en el rally con respecto al automovilismo de pista, Delía hijo sostuvo. “Muchos de los pilotos de pista dicen que los que hacemos rally estamos locos. Porque en el rally vos no sabés con qué te vas a encontrar. Sabés que a mil metros tenés una curva, pero al lado puede haber un árbol o una piedra en el camino, además de la tierra y las huellas que dejan los que salieron antes.
Entonces el escenario cambia constantemente, porque en la pista te vas afuera y está el alambrado con las gomas de contención. Nosotros una vez dimos nueve vueltas y no sabíamos que es que lo que había pasado. Son los riesgos del deporte”.
Por su parte, Cristian destacó que lo que se disfruta del rally es la naturaleza del circuito y el objetivo de superar a uno mismo bajando marcas, entre otros atractivos.
Delía padre actualmente corre el Rally Entrerriano y reveló que este (o el próximo) podría ser su último año como piloto. A bordo de un Ford Fiesta Kinetic y con un navegante uruguayo, su objetivo es repetir el título de campeón entrerriano que consiguió en 2023 en la Clase Nº9, en cual el año pasado ganó cinco de las siete fechas y en 2023 estrenó la temporada con una victoria, en las dos jornadas que se disputaron hasta el momento.
En tanto, Andrés, de 35 años, es navegante del concordiense “Toio” Ballay, con quien fue dos veces campeón de la clase RC3 Junior, y en la actualidad el binomio compite en la categoría Maxi Rally, a bordo de un Citroën DS3. Este año apuntan a que el auto ‘sea rendidor’ y sumar experiencia en la nueva clase, con el objetivo de volver a pelear por un título a partir de la temporada que viene.