FALTA DE PROFESIONALES
Crece la demanda fonoaudiólogos y ninguna provincia está cerca de la cantidad recomendada. La situación de Entre Ríos
Aunque se estima que es necesario contar con un fonoaudiólogo o fonoaudióloga por cada 2.000 habitantes, las jurisdicciones están muy lejos de esa proporción. Distintas entidades profesionales lanzaron una campaña para impulsar que más jóvenes estudien la carrera.
Según los especialistas, en el último tiempo aumentó la frecuencia de patologías que afectan a la comunicación y al lenguaje infantil y, consecuentemente, la demanda de fonoaudiólogos. Sin embargo, la cantidad de profesionales del rubro es insuficiente y en muchos lugares hay una demora de meses para obtener turnos.
Por eso, distintas instituciones del rubro relanzaron en agosto la campaña +Fonos +Salud 2, mediante la cual buscan impulsar que más jóvenes estudien esta carrera universitaria. La campaña es organizada por la Asociación Argentina de Logopedia, Foniatría y Audiología (ASALFA), la Federación Argentina de Colegios y Asociaciones de Fonoaudiólogos (FACAF), la Asociación de Fonoaudiólogos de la Ciudad de Buenos Aires (AFOCABA), el Colegio de Fonoaudiólogos de la Provincia de Buenos Aires (COFOBA) y el Servicio de Fonoaudiología del Hospital Universitario Austral.
Los profesionales estiman que se necesita un fonoaudiólogo o fonoaudióloga cada 2.000 habitantes. Pero ninguna jurisdicción del país se acerca a esa proporción. Por ejemplo, entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires hay uno o una por cada 3.881 personas, según señaló en una entrevista a Télam la fonoaudióloga Verónica Maggio. La que peor proporción tiene es Corrientes: apenas un profesional del rubro por cada 21.733 habitantes.
Hay otros datos que dan cuenta de la poca cantidad de fonoaudiólogos y fonoaudiólogas en las jurisdicciones argentinas. Por ejemplo, en Entre Ríos hay apenas 320 profesionales con matrícula y en Salta 380. En la Capital Federal hay apenas 200.
Esta alta demanda hace que la carrera cuenta hoy con buena salida laboral. El área de injerencia de estos profesionales abarca hospitales, clínicas o escuelas, públicos o privados y consultorios particulares. También suelen integrar equipos interdisciplinarios y trabajar como docentes de nivel universitario o en investigación.