OPINIÓN
Contrapunto: Opiniones a favor y en contra de la derogación de la Ley del Aborto Legal
IVE: Un relato con el peso de 245 mil muertes
Por Pilar Toller
Miembro de Parada de Familias y Red de Acompañamiento a Mujeres con Embarazo Vulnerable (P.A.M.E.)
La tragedia de Cromañón movilizó a todo el país y nos dejó el dolor de 194 jóvenes muertos y 1432 heridos. La guerra de Malvinas -¡y cómo sigue doliendo!- se llevó a 649 soldados argentinos, y 1.063 resultaron heridos.
Pues el aborto legal en Argentina ha matado un equivalente a 377 guerras de Malvinas, o a 1.262 cromañones. A 3 años de la aprobación de la IVE, hemos perdido por aborto en instituciones públicas de salud a 245.015 argentinos, bebés mujeres y varones, un promedio de 81.666 abortos legales por año en el país.
Evidencia mata inconsistencia y la verdad en números desenmascara el relato: ¡jamás hubo “500.000 abortos clandestinos al año” como argumentaban! Con ley y todo, se practican 81 mil al año. Y las “muertes maternas por aborto” que se usaban como justificativo eran en 2018… ¡43 al año, causadas por abortos espontáneos o por enfermedades prevalentes de las mamás!, según la estadística oficial del mismísimo Ministerio de Salud de la Nación de Ginés González, el ministro que mintió para lograr una ley.
Sigamos con la caída del relato. Agreguemos a los “heridos”, como en Cromañón y Malvinas. Hoy, en Argentina, se practican abortos hasta la semana 34 y 35, tercer trimestre del embarazo (ver las noticias), pese a que la ley autoriza hasta la semana 14. Esta práctica lleva a que la cultura del descarte arroje bebés que han salido vivos del aborto, terriblemente malheridos. Gracias a fallos judiciales, pudieron ser adoptados. Así, la IVE es el espanto de bebitos ya casi totalmente formados, a quienes trataron de matar su madre, padre, médicos y enfermeras, y que sobrevivieron, rotos y maltratados.
Hay más:
• En 3 años, hemos visto perseguir judicialmente a médicos y personal de salud por negarse a realizar abortos.
• Se han aplicado represalias contra quienes ejercen el derecho a la objeción de conciencia.
• Se ofrece la “solución” del aborto a las mamás embarazadas en situación vulnerable, y se obstaculiza o impide el acceso al plan de los 1000 días (Ley 27611).
• El eslogan del aborto seguro se terminó de caer con la muerte de María del Valle González López tras practicarse un aborto legal en Mendoza.
• La hipocresía del relato habla, según convenga, de mujer embarazada / mamá / cuerpo gestante y de bebé / embrión / producto / feto…
Llamemos a las cosas por su nombre.
No hay “IVE” porque no se “interrumpe”. Sí hay solución final (¿se acuerdan de la “solución final”? Igualito, porque la IVE se viene planteado como eugenesia desde que nació Planned Parenthood en 1916); hay muerte sin vuelta atrás, ABORTO (que significa “quitar, arrancar, frustrar a alguien de su origen, privar de su nacimiento”).
No hay “libertad de elección”. Sí hay presión sobre la madre vulnerable y hay ocultamiento, por ejemplo, del sonido del latido del bebé a la mamá, algo que la haría cambiar de opinión.
No hay “decisión sobre tu propio cuerpo”. Sí, se decide sobre el cuerpo y la vida de otro, el bebé, que tiene un ADN y un cuerpo distinto al de la madre.
No hay nada ligero, fácil, indiferente o pasajero en el aborto. Sí hay una decisión dura, cruel, una muerte provocada, un asesinato, que pesará por siempre sobre la conciencia y las energías, las alegrías y las tristezas de la madre.
Y que ya pesa sobre la conciencia social de nuestro país. Es imprescindible y urgente dejar de normalizar la muerte de los inocentes y derogar la Ley de Aborto. La vida vale y se respeta en todas sus circunstancias y en todos sus tiempos.
Argentina es celeste. Somos mayoría los que seguimos con el pañuelo muy en alto, y no lo vamos a bajar.
La marea verde ya escribió la historia
Belén Biré
Feminista y Militante peronista del campo Nacional y Popular
Semanas atrás una diputada de La Libertad Avanza presentó un proyecto para la derogación de la Ley Nacional 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), vigente en nuestro país desde el 24 de enero del 2021.
Si bien la iniciativa no prosperó, es importante mantener la alerta para cuidar los derechos adquiridos y conquistados, porque las intenciones siguen vigentes y seguramente los intentos persistan, en un momento de nuestro país donde pareciera que está de moda esto de presentar y proyectos y decretos para retroceder en derechos.
No es ninguna novedad que quieran venir por esta ley ya que el Presidente lo ha manifestado en su faceta antifeminista y antiderechos, lo novedoso tal vez reviste en las formas, los tiempos y el momento que nos atraviesa. Con una suba de precios sin precedente alguno, con salarios que se licuan día a día y con promesas de compaña hasta ahora incumplidas. Porque todo indica que la casta finalmente somos las y los jubilados, las y los niños, trabajadoras y trabajadores, desempleados; en fin, la casta somos también las mujeres y los cuerpos gestantes que queremos tener acceso al sistema de salud como ya lo hemos proclamado en cada oportunidad durante todos estos años de debate.
La ley vigente IVE tiene una historia inmortalizada teñida de verde. Es imposible no recordar ese Congreso que enverdeció hasta arder con miles de mujeres que nos conocíamos sin conocernos, mujeres que pasamos a ser hermanas por la identidad que nos dio revertir tantos años de injusticia sobre nuestros cuerpos. Lo hicimos por las que estamos, por las que vendrán, pero por sobre todo lo hicimos por todas las que tuvieron que morir en la clandestinidad. Esa misma sangre corre en nuestras venas, la lucha por un mundo más justo. Siempre lo hemos dicho y eso tal vez desquicie al Presidente: aborto legal es justicia social.
Esta ley pone en perspectiva la mayor de las responsabilidades que el Estado tiene en esta materia y que reviste en el sistema de salud. A su vez, el sistema educativo a través de la efectiva implementación de la Ley de Educación Sexual Integral 26.150, el Plan ENIA (plan nacional de prevención del embarazo no intencional adolescente) cumple un rol fundamental en materia de prevención de embarazo adolescente, de cuidado integral de la salud sexo-afectiva, de la prevención de violencias, la promoción de vínculos sanos y del acceso a la información en articulación con el sistema de salud.
Con un compromiso ineludible se requiere por completo de un Estado presente, por lo que probablemente el gobierno de turno tenga intenciones de desistir en la continuidad de la garantía de derechos adquiridos.
En nuestra ciudad, con datos del Consultorio de Consejería en opciones (Hospital Centenario), desde su apertura en el año 2018 hasta la actualidad puede verse un ascenso en cantidad de pacientes atendidas por año, sobre todo a partir de que la ley entra en vigencia. En consonancia con esto un notable el descenso de embarazos adolescentes no deseados poniendo especial atención en lo que reviste menores de 14 años.
Es decir, hablamos de datos concretos, no de creencias.
La IVE es un de las leyes más reparadoras de la historia reciente en nuestro país. Se conquistó en las calles, atravesó generaciones enteras. Nuestras abuelas, madres, hijas y nietas salimos con el pañuelo en la muñeca, en la mochila, en donde sea que visibilice la tenaz y persistente lucha porque sea ley.
A días de un nuevo 8M nos preparamos para salir a marchar por lo que nos falta y para que no se atrevan a venir por nuestras conquistas.
La marea verde ya escribió la historia.