OPINIÓN
Contrapunto: La opinión sobre pros y contras del Parque Industrial Sustentable
Ni seco, ni sustentable
Tommy Fogg
Presidente de la Codegu – Agencia de Desarrollo Gualeguaychú
Cuando se planteó la existencia de un nuevo Parque Industrial Municipal se lo denominó de diversas maneras. “Seco”, fue uno de ellos. Luego, la gestión municipal eligió la palabra “Sustentable”, término que resulta políticamente correcto, pero que no dice demasiado.
Obviamente que “Seco” fue desechado porque nacía desde un error grave de concepto, ya que no existe industria que sea seca en el sentido literal del vocablo. Así, llegamos a “Sustentable”, donde la contradicción en la práctica es aún mayor.
El proyecto del Parque Industrial Municipal para ser sustentable debiera aclarar en qué aspectos lo es, desde lo energético, logístico, económico o ambiental, entre otros.
En la cuestión energética para ser sustentable debieran tener la factibilidad de gas y energía eléctrica, sin poner en riesgo el desarrollo del Parque Industrial Gualeguaychú (PIG), otras empresas de la zona y la ciudad misma.
Del mismo modo, ese Parque no tenía resuelta la cuestión ambiental, de allí que no se tuviera en cuenta el tratamiento de los efluentes que se generarían en las distintas empresas, hecho que atenta la sustentabilidad de la idea.
Tampoco resulta sustentable en materia económica. Terrenos en la zona eran vendidos por alrededor de 20 dólares el metro cuadrado, en tanto las parcelas del Parque eran virtualmente regaladas a sólo 4 dólares. De aquí se desprenden varias cuestiones, una, que el precio irrisorio apuntaba a seducir empresas que de otro modo no hubieran elegido jamás ese lugar y, por otro, la prescindencia irresponsable del Estado por conseguirle rentabilidad al proyecto.
En otro orden, ni siquiera es sustentable desde el punto de vista logístico. En relación a los operarios, no existe ninguna línea de transporte público que llegue hasta allí y la zona no cuenta con un acceso acorde a la envergadura del proyecto, ni rotonda, ni derivadores para camiones y vehículos que todo Parque necesita para sus actividades.
Sobre esto vale decir que sí hay un Parque Industrial Sustentable: el PIG enclavado hace 50 años en Acceso Sur y Ruta 14. Ese sí es un conglomerado industrial que cuenta con todos los elementos para serlo ya que cuenta con gas, energía eléctrica, logística, es económicamente rentable, está ubicado en un lugar estratégico, el transporte público llega hasta su interior, posee una planta de tratamiento de efluentes que es orgullo de la ciudad y, en definitiva, es el parque industrial más importante de Entre Ríos, y referencia ineludible a nivel nacional por su configuración de carácter privado.
Dicho esto, surge la pregunta ¿Si existe en Gualeguaychú un parque como éste, porqué se intentó hacer uno en forma paralela? En verdad, hasta hoy nadie lo ha podido explicar.
Tengamos en cuenta algo: si la idea era realizar un reordenamiento de las empresas que estaban desperdigadas por diversas zonas del ejido, es un concepto a respetar y el cual respaldamos. El hecho es que se podría haber trabajado en conjunto para que las mismas recalaran en el PIG, sin necesidad alguna de crear otra estructura varias veces millonaria.
En rigor de verdad, la Codegu – Agencia de Desarrollo Gualeguaychú nunca fue ni siquiera consultada. Jamás desde la comuna se abrió un canal de diálogo a los efectos de conversar sobre la posibilidad de la reubicación de empresas, hecho que termina siendo un dislate y una dilapidación de los recursos de los vecinos.
En definitiva, resulta imprescindible volver sobre dos puntos a modo de síntesis: la Municipalidad nunca explicó las razones de semejante obra y dicho proyecto no es sustentable en ninguno de los aspectos. Por otro lado, la Codegu no fue tenida en cuenta para emitir opinión al respecto, siendo que está por cumplir 50 años como Agencia de Desarrollo y administra el PIG, que sin duda alguna es el Parque más trascendente y moderno de Entre Ríos.
Estado y Desarrollo Local
Martín Britos
Abogado
Para entender la importancia del desarrollo de un proyecto como el del Parque Industrial Sustentable en nuestra ciudad, necesariamente debemos acercar la mirada al rol del Estado, a su función, a la respuesta que, como tal, permanentemente debe dar a las tensiones que atraviesan nuestra comunidad.
Y bajo esta premisa, el primer concepto que debería erradicarse del imaginario es el del Estado socio del privado. Que, si bien esta última figura, como personalidad jurídica del derecho, es una posibilidad para que el Estado adquiera capacidad como entidad comercial para fines específicos, la función del mismo dentro de la comunidad sigue siendo la de representar los intereses del pueblo y darle debida satisfacción en el marco de sus obligaciones, y no la rentabilidad en si misma propia de una empresa privada.
¿Y si el estado no es socio del privado, desde que lugar se debe pensar el vínculo entre ambos sectores? Creo que la respuesta se encuentra en una alianza estratégica.
Por definición, una alianza implica una unión que potencia a quienes la integran para la consecución de una finalidad, el desarrollo de un emprendimiento común. Y si bien el sector empresario tendrá como norte principal la rentabilidad, el Estado deberá orientarse al cumplimiento de su finalidad social, la búsqueda del bien común.
Los puntos de encuentro son entonces puntos de interés en común. El Estado no tiene interés particular en las ganancias como tales, tampoco en transformar un producto en un estándar de mercado, ni mucho menos en crear nichos. Por lo que esencialmente, la respuesta a la necesidad de la participación del estado en proyectos público-privados deberá surgir del rol natural que tienen las administraciones públicas frente a sus administrados: garantizar derechos y maximizar esfuerzos para satisfacer necesidades sociales.
Esta mirada permite afirmar que el encuentro de ambos no tiene una matriz de competencia, no hay antagonismos ni disputas, cada parte se embarca en un proceso virtuoso de producción, de creación de espacios y de fuentes de trabajo, con la finalidad que le es propia.
El capitalismo de mercado precisa de sujetos libres e iguales, pero esta es una igualdad abstracta que se inscribe y opera básicamente bajo las reglas de la competencia. El Estado, tal y como se nos presenta hoy, está llamado a ser la herramienta que transforme esa libertad ficta y engañosa en una libertad de derechos, de oportunidades.
Uno de los principales desafíos radica entonces en crear propuestas y programas de gobierno que encuentren un camino sustentable, que apueste a los intereses conjuntos, como pueden ser los distintos mercados (Frigorífico, Munilla, de la vieja terminal) recientemente inaugurados en nuestra Ciudad, donde no solo se apuesta a lo local, sino también se incentiva la producción, ejecutando programas que permitan el desarrollo privado, pero estableciendo condiciones para ese desarrollo productivo sea conjunto, es decir con reglas para que exista reciprocidad en esas inversiones públicas, garantizando que se generen puestos de trabajo local, limitando el ejercicio de determinadas actividades o industrias incompatibles con el ambiente y otras cuestiones que emerjan de la propia identidad comunitaria.
El Parque Industrial Sustentable, próximo a abrir sus puertas en la ciudad de Gualeguaychú, es una expresión de lo dicho. Sintetiza el deseo de una comunidad que quiere ampliar sus horizontes industriales, que necesita de la inversión privada para motorizar el desarrollo local y el empleo genuino y que, respetando su historia ambientalista, decide invertir desde el Estado para promover un encuentro virtuoso con el empresariado que sea la síntesis de todo lo expuesto.