UNA FIESTA IMPARABLE
Contra todo pronóstico, el Carnaval del País zafó de las lluvias y volvió a brillar
A pesar de la tormenta que tuvo lugar el sábado por la tarde, las cuatro comparsas le rezaron a su rey Momo y pudieron desfilar en la tercera noche del evento. Kamarr fue la encargada de abrir la pasarela con “Eclipsia”. La siguieron Ará Yeví y Papelitos, mientras que Marí Marí fue la encargada del broche de oro.
El que diga que Dios no es carnavalero o quiera poner en dudas el supuesto pacto que tiene el Carnaval del País con algún ser divino y milagroso, es que nunca estuvo en Gualeguaychú cuando el cielo amenaza con aguar la fiesta.
Las lluvias pasaron fuerte por la ciudad luego de las 15.30 horas, y siguieron su curso hacia otro lado, porque más allá de las nubes en el cielo, no volvió a caer una gota más. Esta mejoría en el clima permitió seguir adelante con los preparativos de la tercera noche, que estuvo envuelta en espesa humedad y el calor hasta bien entrada la madrugada.
La comparsa del Centro Sirio Libanés, Kamarr, fue la responsable de encender la pasarela y el Corsódromo entero, que cumplió 28 años este sábado. Con “Eclipsia” coloreó de azul y negro al Carnaval del País y contagió con su pegadiza canción y coreografía a todos los presentes.
La Comisión de Frente compuesta por lobos negros y blancos introdujo al público en la temática planteada para este año. En esta edición, Leo Rosviar, director de Kamarr, propone en escena la lucha entre el bien y el mal que habita en cada ser humano y la existencia de un ser maligno encarnado por “Eclipsia”.
La primera carroza se ubicó inmediatamente después del séquito de lobos: un gran castillo tenebroso se abrió paso en la inmensidad de la pasarela, haciendo de Kamarr la comparsa más abstracta de todas.
Luego, irrumpió una escuadra con tonalidades negras y azules presidida por Lucas García, quien no sólo forma parte del circuito sino que también es el responsable de la puesta en escena.
Inmediatamente, la comparsa tuvo un giro 180° en sus colores, ya que la pista se tiñó de naranja, fucsia, celeste y blanco. Detrás, hizo su aparición el primer destaque: un ave con la mitad del cuerpo esquelético que invitaba a remontarse a una era ancestral, un guiño a “Chá”,la temática elegida para la edición 2024.
Como una continuación, las escuadras que se desplegaron a continuación tenían claras referencias a la flora y la fauna de la tierra, destacando los integrantes que lucieron espaldares simulando musgo y con búfalos gigantes.
Como novedad, la Reina del Carnaval del País 2024, Itatí Guerra, desfiló en Kamarr delante de la carroza de los músicos y lució su traje de reina del año pasado.
A pocos pasos e interactuando con la banda, Agustina García, quien lleva la corona de la comparsa este año, brillo en la pasarela con su increíble espaldar de plumas negras.
No faltaba mucho para que comenzara a escucharse el sonido de la batucada con su pasista Daiana Delgui, quien le imprimió su sello personal a su samba e hizo bailar a todos los espectadores.
El broche de oro se lo dio la última carroza, un lobo gigante que se elevó majestuosamente mirando al público. A diferencia de las noches anteriores, en esta ocasión la carroza salió terminada y mostrando todo su esplendor.
En segundo lugar hizo su aparición en escena Ará Yeví, que ya lleva dos puntos descontados, una la primera noche por no contar con el mínimo de integrantes requeridos en el reglamento y otro la segunda noche por el cambio de traje de una de las integrantes, cuestión prohibida según las normas de la competencia. Sin embargo, la comparsa del Club Tiro Federal desplegó su encanto con la impronta norteña de “Endiablada”.
Luego le sucedió la tricampeona Papelitos, con el fantástico mundo de “Iguales”, una temática que plantea las diferencias sociales entre “Los Olvidados”, seres mágicos del lado oeste de la vía, y “Los Puros”, encarnados por seres humanos que se constituyen en la clase dominante y que viven en el centro.
El cierre estuvo a cargo de la comparsa del Club Central Entrerriano con “Ítaca”. Como de costumbre, Marí Marí hizo bailar y cantar a viva voz a todos los espectadores, que no pudieron evitar subirse a la ola de energía de la rojinegra y llegar al éxtasis con el final de la tercera noche.