EDUCAR EN EL CUIDADO
Constantino y las semillas de Estela
El jueves, el Concejo Deliberante de Gualeguaychú reconoció a tres estudiantes, una docente y a la directora de la escuela rural Bartolito Mitre. El trasfondo del llanto de un niño de doce años que, súbitamente, ganó la escena. La emoción de una abuela, su lucha. El abrazo maternal de una viceintendenta. Una foto.
Luciano Peralta
El niño toma el micrófono con las dos manos y mira a su abuela, como pidiendo auxilio. Qué digo, le pregunta. Hablá de tu experiencia allá o lo de tu pelo, de lo que quieras, le contesta ella, después de apurar un vaso de agua que le ayuda a pasar la emoción.
Es jueves por la mañana y el Concejo Deliberante se dispone a sesionar. Será la última sesión ordinaria del año. El recinto está lleno. Habrá varios reconocimientos. La presidenta del cuerpo legislativo invita a pasar al frente a los representantes de la escuela rural Bartolito Mitre; Constantino, Bautista y Cándida, de sexto grado, son acompañados por la maestra Claudia y la directora Estela.
La escuela será destacada por su compromiso y labor en defensa del ambiente. Es la escuela que, hace poco más de una década, fue envenenada por una fumigación aérea, y con ella, su directora Estela, que es Estela Lemes, un ícono de la lucha contra los agrotóxicos y el cuidado de “la casa común”, como destaca al hacer uso de la palabra.
“Somos una escuela de campo y queremos que nuestros gurises tengan las mismas posibilidades que los gurises de la ciudad, una escuela que trabaja el cuidado del ambiente hace muchos años”, expresa, entre lágrimas. Y cuenta la experiencia que llevó a Constantino, Bautista y Cándida a ser parte de la consulta regional del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, evento internacional con eje en el cambio climático, las modificaciones del ambiente y sus consecuencias.
Para ello viajaron a Buenos Aires, donde contaron las realidades de sus barrios y su escuela, “en representación de los trece compañeros y en representación de Entre Ríos, porque fueron los únicos de la provincia”, remarca la docente que hace años convive con restos de veneno en su cuerpo y que, a fuerza de nunca bajar los brazos, se convirtió en ejemplo de resistencia y esperanza para miles.
“Mi semilla es cada uno de los 108 gurises que tengo en la escuela”, dice la Estela del documental “¿Cuál es tu semilla?”, en el que relata su experiencia y la de su querida Bartolito Mitre contra las fumigaciones y contra el modelo que las sostiene.
Ese exquisito trabajo audiovisual nos interpela a repensarnos, a preguntarnos qué estamos haciendo cada uno, cada una, de nosotros para revertir el desastre ambiental, para que el mundo no se consuma tan rápido entre agua contaminada, desmontes, incendios y venenos. Depende de nosotros, sí. De lo que hagamos este y cada día, y de lo que les dejemos a los que quedan, a los Constantinos, a los Bautistas, a las Cándidas de este mundo.
El niño toma el micrófono con las dos manos y mira a su abuela, como pidiendo auxilio. Qué digo, le pregunta. Hablá de tu experiencia allá o lo de tu pelo, de lo que quieras, le contesta ella. Ya apuró el vaso de agua y respiró hondo.
El llanto no lo va a dejar hablar ni de su paso por Buenos Aires, donde compartió miradas con otros niños y niñas sobre las problemáticas ambientales, ni del mal trago que pasó cuando desde el Instituto Agrotécnico, aunque parezca un chiste pasado de moda, les dijeron a sus padres que, a pesar de ser un excelente alumno y mejor compañero, no iba a poder ingresar a la institución si no se cortaba el pelo. No lo hizo, claro. Ellos y sus cabezas del siglo diecinueve se lo pierden.
“Estuvo buenísimo, muy. Nunca me sentí tan nervioso y tan feliz…”, alcanza a decir Constantino y su cuerpecito de doce años se consume en un llanto torrentoso, incontrolable. Se lleva la mano izquierda a la cara y la viceintendenta lo abraza, como una madre que consuela; su abuela, la directora, toma el micrófono y aclara que es su nieto y que vivió su lucha desde la panza de su madre. Está la foto. Y, aunque sólo haya tres en el recinto, también están las 108 semillas de Estela.