LOS COLETAZOS DE LOS ALLANAMIENTOS DE ADUANA
¿Competencia desleal? Súper chinos y los antecedentes del reclamo de los comerciantes de Gualeguaychú
En 2019 y luego de varios años pidiendo la regulación de la instalación de supermercados de origen asiático, desde el Centro de Defensa Comercial advirtieron que estos locales de venta "evitaban una fase de tributación", y plantearon la necesidad de controlar a “todos por igual”.
Fue en noviembre de 2019 cuando los comerciantes hicieron público el reclamo que se emparenta con el pedido de control a los comercios extranjeros de venta de indumentaria. Comercios sin facturas, venta sólo en efectivo y fraude en las marcas son solo algunas falencias que se señalan.
En aquella oportunidad Ahora ElDia publicó: “Comerciantes locales advirtieron que los super chinos emiten documentación de ventas a nombre de sus proveedores. Esto evitaría una fase de la tributación principalmente de impuestos y tasas con características piramidales. Apuntan a la desigualdad de condiciones”.
De esta manera “emiten documentación de ventas a nombre de sus proveedores, de distribuidores (que no son chinos) y que están ubicados en esta plaza. Es decir que facturan con identidad del mayorista sin estar habilitados a vender desde ese local para evitar una fase de la tributación, principalmente de impuestos y tasas con características piramidales”.
“Los negocios pequeños no acceden a este sistema de cuestionada licitud y de explícita operatividad. De igual modo, se quejan sobre otras instalaciones de comercios cuyos titulares son personas que no estaban afincadas en la ciudad, por el manifiesto acompañamiento municipal diferenciado en su instalación y del nulo control sobre la justificación del origen de los bienes comercializados”, expresaban desde el Centro de Defensa Comercial, entidad que en esta oportunidad celebró el accionar de Aduana, AFIP y DGI.
Asimismo, en el reclamo los comerciantes locales insinuaron que “causan importantes aumentos en el valor de los alquileres - que no se reflejan en las contrataciones- y visualizan un notable deterioro en la estética comercial, principalmente en el centro, que desfavorece a la ciudad”. Cuestionaron “sobre saladitas, con obras iniciadas y en trámite de habilitación municipal. Por último, requirieron el dictado de normas - que exijan a todos - de un capital mínimo arraigado acorde con el negocio a radicarse. En resumen, expresaron que no existe una política que vele por la probidad comercial. La competencia, la lealtad en la competencia requiere de igualdad en las condiciones y en los tratamientos”.
“La competitividad debe sustentarse en la eficiencia de la prestación del servicio y no en la transgresión de las normas o de los valores. Si nuestra intención es convivir en armonía es ineludible el respeto de las reglas. De no ser así se afianza la viveza, el atajo, que luego puede derivar en la reacción indeseada e injustificada que vemos en otras comunidades. Cuestión cultural y control Se ha dicho reiteradamente que la base del problema es cultural”, concluyeron desde la entidad que trabajan en la protección del comercio de Gualeguaychú.