CONSEJOS DE VETERINARIA MUNICIPAL
Cómo cuidar a las mascotas de la ola de calor
Frente a la ola de calor que se vive en la ciudad, se debe extremar el cuidado de nuestras mascotas, brindándoles agua limpia y segura, y un lugar fresco y ventilado.
Con la ola de calor que sacude a la ciudad, es importante cuidar de nuestras mascotas, proporcionarles sombra, permitir que se ubiquen en los lugares más frescos y ventilados y brindarles agua limpia y fresca. Estas acciones son algunas de las recomendaciones difundidas por médicos veterinarios para minimizar el impacto en pequeños y grandes animales.
Los especialistas recomiendan además, limpiar los bebederos y solo dar la alimentación durante las horas más frescas del día, o en las noches.
“Los animales no son objetos, son sujetos sensibles, sintientes y sufrientes, que padecen el calor al igual que los seres humanos”, aseguró el médico veterinario Juan Enrique Romero, especialista clínico en animales pequeños.
Una de las consecuencias de los períodos de altas temperaturas son los golpes de calor en los animales, causando una deficiencia grave en la compensación térmica del cuerpo, que eleva la temperatura del animal.
Los síntomas de un golpe de calor en animales son dificultad en los movimientos, respiración forzada, tambaleo, sialorrea o babeo, fiebre y la lengua y las mucosas azules.
Frente a esta sintomatología, en primera medida se debe mojar la cabeza del animal y ponerlo en un lugar fresco y ventilado. Es necesario comprender que se trata de una urgencia y una emergencia, por lo que rápidamente hay que recurrir al médico veterinario más cercano, buscar auxilio inmediato porque puede suponer riesgo de vida en el animal.
A diferencia de los humanos, los perros y gatos no sudan, sino que presentan otros mecanismos supletorios de la transpiración como el jadeo, la salivación profusa y, en el caso del perro, la dilatación de la lengua, que en momentos de calor puede llegar a tener el doble de su volumen. Otro de los mecanismos es la libertad de movimiento, es decir, atar a un perro y/o no permitirle elegir la zona más fresca de la casa es condenarlo a las consecuencias del calor y el riesgo es su vida.
Asimismo, se le debe poner a disposición agua limpia y fresca, pero no helada, en todo momento con bebederos distribuidos estratégicamente en los sectores donde frecuenta el animal.
Además, a los perros se les puede mojar la cabeza y la zona de la ingle, pero no así a los gatos, que no están acostumbrados y sólo les generará mayor estrés.
Se recomienda no pelar a los animales en verano ni exponerlos al sol, especialmente a los animales de pelo blanco, ya que pueden desarrollar ciertos tipos de cáncer de piel.