Colombia: cicatrizar heridas de medio siglo
Cómo se vive en Bogotá el acuerdo que el gobierno firmó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el que se busca poner fin a un conflicto que dejó 300.000 muertos, 45.000 desparecidos y casi 7 millones de desplazados. La vida en la capital. Florencia Carbone BOGOTA.- Hace más de 50 años que Colombia tiene sus venas abiertas.El acuerdo que hace unos días firmaron en Cuba el presidente, Juan Manuel Santos, y Rodrigo Londoño, "Timochenko", el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), busca cicatrizar el conflicto que durante el último medio siglo desangró al país.Los enfrentamientos entre guerrilla, paramilitares, narcotraficantes y agentes del Estado dejaron un saldo de 300.000 muertos, 45.000 desparecidos y casi 7 millones de desplazados.El capítulo más negro de la historia colombiana causa tanto dolor como vergüenza a los habitantes de un país que por primera vez en mucho tiempo se muestran esperanzados en lograr un cambio.En La Habana, Santos y Timochenko sellaron un acuerdo que establece el cese del fuego bilateral y definitivo, y el desarme de los rebeldes.El proceso será monitoreado por Naciones Unidas (ONU) una vez que se firme el pacto definitivo de paz (se estima que ocurrirá en los próximos dos meses). Por eso, la semana pasada, mientras los medios argentinos reflejaban el clamor popular para que Messi no abandone la Selección, las noticias en Colombia mostraban de modo protagónico la llegada de los primeros 40 miembros de la ONU (sobre un total de 450), encargados de revisar las condiciones de las 23 zonas donde se concentrarán los guerrilleros, bajo su vigilancia.En esos sitios llamados "veredales" (la vereda es la subdivisión más pequeña en la estructura administrativa territorial colombiana), los miembros de las FARC entregarán las armas pero también articularán su reincorporación a la vida civil una vez que se firme el armisticio.El Ministerio de Defensa explicó que a la hora de elegir las zonas se tuvieron en cuenta criterios particulares como que estuvieran distantes de cascos urbanos o cabeceras municipales pero a su vez contaran con condiciones que facilitan el suministro logístico; que estén distantes de áreas de frontera y parques naturales, cultivos ilícitos, explotación minera y resguardos indígenas. Uno de los principales desafíos que deberá afrontar Colombia tras la firma del histórico acuerdo es volver económicamente viables los territorios dominados durante décadas por los grupos guerrilleros asociados al narcotráfico. En ese sentido, la canciller argentina, Susana Malcorra, adelantó que el país ayudará a reemplazar las áreas de cultivo de coca con producciones agrícolas sustentables y redituables.Según datos de la ONU y de los Estados Unidos, la producción de coca en Colombia se disparó en los últimos años. La Oficina para el Control de Drogas de las Naciones Unidas en Colombia (Unodoc) estimó que el cultivo de hojas de coca en el país pasó de 48.000 hectáreas en 2013 a 69.000 en 2014, y que la producción de cocaína trepó de 290 toneladas métricas en 2013 a 442 un año después.Por su parte, la Oficina Nacional para el Control de Drogas estadounidense informó que el año pasado Colombia alcanzó las 159.000 hectáreas cultivadas con coca, la mayor cantidad desde 2007.La capital colombiana se desparrama, elegante, justo en el corazón del país, en la región que se conoce como la sabana de Bogotá, arrecostada sobre los Andes orientales. Es la tercera capital más alta en América del Sur (después de La Paz, Bolivia, y Quito, Ecuador), a 2625 metros sobre el nivel del mar. En la zona metropolitana tiene alrededor de 11 millones de habitantes.En los últimos años el país mejoró su posicionamiento internacional al liderar diferentes ranking económicos (desde el crecimiento del PBI y la reducción de la pobreza y el desempleo, a la recepción de inversión extranjera y la facilidad para hacer negocios). Es, además, uno de los miembros de la Alianza del Pacífico (bloque que integra con Chile, Perú y México).La ciudad está repleta de contrastes de todo tipo, desde sociales a edilicios.En cuestión de pocas cuadras es posible pasar de las modernas torres y el frenesí del mundo de los negocios que se respira en la zona financiera (en donde también se ven gran cantidad de elegantes construcciones victorianas), a la maravillosa zona colonial (principalmente en el centro de la ciudad) o a los rudimentarios asentamientos informales.El centro histórico de Bogotá, conocido como "La Candelaria", alberga a los principales edificios de la ciudad concentrados alrededor de la Plaza Mayor, hoy llamada Plaza de Bolívar.Ese fue el sitio original de la fundación de la ciudad, el 6 de agosto de 1538. Caminar por las callecitas angostas y empedradas es sencillamente delicioso. Y después de algún esfuerzo físico mínimo (especialmente para los que estamos fuera de estado), se llega a la parte alta, Teusaquillo, hoy conocido como el Chorro de Quevedo, una pequeña plaza con una fuente que señala el lugar en el que teóricamente Gonzalo Jiménez de Quesada fundó la ciudad. Hay visitas insoslayables, como el magnífico Museo Botero, que alberga una numerosa colección de obras donadas a Colombia por el artista -Fernando Botero- con el objetivo de difundir las artes y la cultura en su país natal. De las obras, 87 corresponden a su colección personal de arte universal (Monet, Renoir, Degas, Dalí, Miró, Picasso y Pollock, entre otros) y el resto, cerca de 123 piezas, son de su autoría (óleos, dibujos, pasteles, y esculturas).En el circuito turístico tradicional bogotano figuran, además, el Museo del Oro, el Cerro de Monserrate (se llega con un teleférico que permite una vista privilegiada de la ciudad), y el Parque de Usaquén (un barrio colonial que se ha transformado en un reducto gastronómico donde se pueden disfrutar platos típicos y los domingos, del Mercado de pulgas).Colombia tiene un enorme valor agregado: la amabilidad de su gente. Ellos dicen ser así porque "viven del turismo". Los que llegamos de sitios en los que también el turismo representa uno de los principales ingresos sabemos que el buen servicio y la atención respetuosa del visitante no son condiciones necesariamente inherentes a eso. Gabriel García Márquez y Fernando Botero. Lulo, guanábana, piñas y granadilla entre cientos de exquisitas frutas. El mejor café del mundo (lo ofrecen como "un tinto") y buen fútbol. Playas paradisíacas y una riquísima historia para conocer y disfrutar. Aunque en los últimos años la imagen del "Patrón del mal" haya ganado, Colombia es un país con gran potencial. Ojalá el acuerdo prospere y la paz permita construir una sociedad más justa e igual.
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