Catarsis, un cambio que provoca sanación
En el lenguaje cotidiano solemos hablar de catarsis para describir un tipo de experiencia de alivio luego de vivir un hecho traumático o un tipo de exaltación muy grande.Esto se echa de ver, por ejemplo, cuando una persona atraviesa un momento difícil de su vida pero no logra expresar lo que siente, hasta que de pronto se quita la angustia de su interior llorando.Decimos entonces que ese individuo pudo hacer "catarsis", sugiriendo que gracias a este tipo de liberación de una emoción reprimida (ira, dolor o cualquier otro afecto) alcanzó una suerte de sensación de alivio o de relajación.El término catarsis viene del griego y significa purificación, purga de humores dañinos del cuerpo, en el sentido que le dio Hipócrates, considerado el fundador de la medicina científica.Pero los filósofos griegos le daban a la catarsis connotaciones morales, concibiéndola como un proceso de liberación o de purificación del alma. Aristóteles, propiamente, concebía el procedimiento como algo fundamentalmente estético.Al respecto mencionaba que la tragedia griega cumplía básicamente una función catártica en los espectadores. Se trataba, así, de una experiencia colectiva en la que el público sufría una mutación liberadora tras la representación teatral.Mediante la contemplación de la tragedia -que es imitación de hechos graves y dramáticos, protagonizados por un héroe- el espectador se identifica de tal modo con la representación, que revive en su interior las peripecias de la historia, produciéndose en él una purificación de sus pasiones, pasando del dolor al placer.Para muchos críticos la catarsis perseguida por el teatro griego era una suerte de efecto de shock que conducía al público espectador a un alivio anímico, a un relajamiento sensorial, después de haber sido llevado a la máxima tensión simbólica con la turbulenta experiencia de los héroes.Se diría que el arte en su conjunto -teatro, música, poesía- tendría así un poder curativo especial en el alma de las personas a través de este tipo de experiencias estéticas.Por otro lado, en el psicoanálisis Sigmund Freud habla de catarsis como un efecto liberador producido por la descarga de emociones reprimidas ligadas a conflictos inconscientes o acontecimientos traumáticos.En tanto el cardiólogo polaco Andrzej Szczeklik (1938-2012) postuló que el fenómeno puede darle un giro humanista a la medicina. En su ensayo "Catarsis. Sobre el poder curativo de la naturaleza y del arte" hace consideraciones luminosas al respecto.Allí enfatiza la relación existencial entre el médico y el paciente en donde es clave, dice, la "escucha" del cuerpo. De esta forma la memoria de ese cuerpo narrada verbalmente por el enfermo y rescatada por el médico, prepara al organismo para la curación, de modo similar a como la representación trágica, en el teatro, educa para la reconquista espiritual."El enfermo acude con su dolor, su aflicción, su sufrimiento y su temor, y pide socorro. (...) Y el enfermo habla. Hay que escucharle, hay que oír su historia. Y de vez en cuando, es necesario hacerle una pregunta para impedir que pierda el hilo, aclarar un detalle importante o determinar la cronología. Para el narrador, su historia es lo más importante del mundo", refiereY añade Szczeklik: "Cuando detrás de la puerta yace un enfermo a quien no hay mucho que ofrecer (...) Sin embargo, siempre queda una cosa: la presencia. La presencia como muestra de simple solidaridad humana. La presencia: el último deber del médico".
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