DE RECORRIDA
Caballos sueltos en la ciudad, un problema sin visos de solución
Durante la mañana del martes en la esquina de Concordia y Borques, tres ejemplares equinos deambulaban en búsqueda de alimento. Presentaban una condición corporal preocupante por la falta de comida. En una zona habitualmente transitada, la presencia de tres caballos generó preocupación en los vecinos.
Sin dudas que hay problemas mayores que atender por parte del Estado municipal y de las autoridades pertinentes, pero el de los caballos sueltos en la vía pública es un problema de larga data que, salvo cuando se registró un accidente con equinos como protagonistas, se había desinstalado de la agenda diaria. No quedan barrios en la ciudad, salvo el centro, en donde no se aprecien animales sueltos. Caballos adultos, que suelen estar acompañados por potrillos y potrancas que suelen ser más peligrosos que los ejemplares de dos o más años. En la mañana del miércoles los tres ejemplares mencionados, a pocas cuadras de Avenida Costanera, subían a las veredas en búsqueda de un poco de pasto que en algunos casos encontraron. Está claro que no se tratan de caballos sin dueños. Indudablemente que pertenecen a alguien, y que ese alguien por un descuido que roza la negligencia, no los cuidó como corresponde. O bien no tiene recursos, máxime en esta época de sequía en donde en los campos no hay pastos, los largan para que coman lo que encuentran, que en muchos casos sigue siendo basura. El problema de los equinos sueltos se agrava en las periferias de la ciudad, particularmente en los suburbios norte y sur, donde mucha gente tiene al equino como su medio de vida. Es el animal que utilizan para cartonear y cirujear, que en muchos casos, sin recibir los cuidados necesarios y terminan con heridas tremendas, además de una falta de alimentación mínimamente acorde.
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